Capítulo 4: La Princesa Del Este "La Alquimista De Acero"

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-Oh así que ustedes son de Youswell.- preguntó un hombre de mediana edad a una encantadora joven de 15 años (aunque parecía menor) sentada frente a el. La joven llevaba unos pantalones cortos a la altura del muslo color negro, que dejaba ver sus esbeltas piernas, una camisa del mismo color de de manga larga con unos guantes blancos y un abrigo rojo. Y para aparentar ser más alta, unas botas de plataforma que le llegaban a la rodilla (un leve reflejo metálico se veía atraves de la bota en la pierna izquierda). Su cabello dorado estaba recogido en una trenza.

-Asi es.- dijo la chica con una sonrisa angelical.

-¡Oh! Entonces ¿Ustedes conocen a la "princesa del este"? dicen que es una joven muy hermosa y con poderes alquimicos impresionantes. A los 12 años consiguió el título de alquimista nacional y como parte de su primera misión derrotó con astucia al antiguo gobernador de Youswell. Además de conseguir gobernar ese pueblo por 3 años, lo convirtió en una de las potencias mineras del este.- el hombre parecía conocer muy bien la historia de la joven.- Pero esa chica, solo tiene un defecto...

-Oh... ¿Cuál?.- los jóvenes ojos dorados se llenaron de curiosidad y se inclinó un poco sobre su asiento. Su hermana al lado de ella soltó un suspiro al verla tan concentrada.

-Se dice que es muy bajita para su edad...- el señor dijo rascándose la cabeza.

La sonrisa angelical de la joven se convirtió en el rostro de un demonio de un momento a otro.

-¡¡¡A QUIEN HAS LLAMADO ENANA, DEL TAMAÑO DE UNA PULGA QUE SE CONFUNDE CON UN DUENDE!!!

El grito resono a lo largo y ancho del tren mientras un suspiro era ahogado por el.

Yo no estoy muy chaparrita... No por supuesto que no, ¡además estoy en desarrollo! El mes pasado crecí 2 centímetros... Si si, voy creciendo poco a poco quizás para no asombrar a todos con mi impresionante altura.- reflexionó Edythe con una sonrisa en su rostro. Iba caminando tan sumida en sus pensamientos que no vio al hombre frente a ella.

-¡Ouch! Ah, lo siento mucho no lo vi. Discúlpeme.- cuando alzó la vista se sorprendió al ver a la persona increíblemente grande que tenía frente a ella. Tenía un mechoncito en la frente de cabello rubio y unos diminutos ojos (que desde la altura de Edythe no se veia que color eran) y un bigote del mismo color que su cabello.- Como carajos no lo vi si está tan enorme.

-No te preocupes pequeñita, está bien. Dime ¿eres nueva por aquí? ¿estás pérdida?¿Buscas a tu madre?.- Contesto el hombre con una voz amable y gruesa. Edythe se dio cuenta que el hombre llevaba puesto un uniforme militar, intento ignorar el hecho que le dijo pequeñita, no era buena idea pelear con un hombre que era 3 veces su tamaño.

-No, es solo que estoy buscando a alguien que me vendría a recoger. ¿Usted es del ejército?.- le pregunto de manera inocente.

-Asi es.- le contesto el gran hombre lleno de orgullo.

-¿Que hace alguien del ejército por aquí?.

-He venido a esperar a una alquimista nacional. Ella viene desde muy lejos y no queremos que se pierda o tenga algún inconveniente. ¡Oh supongo que ya ha llegado!.- dijo el hombre mientras corría hacia el tren. Cuando Edy miro en dirección a donde se había ido, lo que vio la hizo enojar tanto que se puso roja del coraje. A quien había ido a buscar era a su hermana menor Alice...

-¡Oh cielos! Disculpe mi falta de respeto Edythe-san. Soy el Mayor Alex Armostrong.- después del gran malentendido que habían tenido, el Mayor se presentó con respeto.

-No, no se preocupe Mayor... Ya hasta creo que me acostumbre.- dijo con una voz derrotada Edythe mientras miraba la ciudad que corría atraves de la ventana del auto militar.

The Alchemist (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora