Capítulo 18: A la luz de la luna.

255 19 10
                                    

El cielo ya se había pintado con los colores del crepúsculo cuando Edythe regreso triunfante, con una sonrisa en su rostro hasta el cuartel donde estaban todos esperando por ella.

-¡Edy-chan!

-¡Señora!

-¡Edythe-kun!

Los soldados que pertenecieron a su escuadrón corrieron a abrazarla, después de escuchar su regreso, todos los demás escuadrones fueron a verla.

-¡Pensamos que no la volveríamos a ver!.- grito uno de sus compañeros.

-Jajajaja es lógico que pensaran eso, aún no me conocen mucho jajaja.- le dijo con satisfacción.

-¡Acero!.- le dijo muy molesto Mustang, cuando la vio llegar.- ¿Que fue lo que pasó?

-He firmado el tratado de paz con éxito.- dijo meneando la hoja frente a él.

-Bien hecho.- Mustang soltó un suspiro de alivio.

-¡Hay que festejar!.- grito Edythe feliz.

-¡Si!

Todos los soldados gritaron alegremente y cargaron a Edythe sobre sus hombros.

-No se que festejan.- interrumpió Kimblee su feliz festejo.- lo mejor era matar a toda esta plaga.

Mustang se puso frente a Edythe y los demás y se ajusto sus guantes como si estuviera amenazandolo, Edythe también se preparo para defenderse.

-Hemos hablado sobre ello con el Fuhrer, así que tú intervención aquí ya terminó.- gruñó Mustang.

-...Ya lo veremos...- Kimblee le dio una última mirada a Edythe, se dió vuelta y se fue.

-Ese tipo.- rugio Mustang.- quisiera hacerlo carbón.

-Bueno no importa, ya no puede hacer nada, ¿Cierto?.- dijo Edythe encogiendose de hombros.

-Lo mejor es no confiar.

-¡Edythe Elric!.- alguien la llamo desde lejos.

-Mayor Armstrong.- saludo al gran hombre que venia hacia ella mientras la bajaban de nuevo, el abrió los enormes y musculosos brazos y la abrazo con fuerza mientras el lloraba.- ¡Aaay!

-¡Hizo algo tan peligroso solo para proteger a quienes no conocía! Algo digno de admirarse.- dijo completamente conmovido.

-¡No me admire tanto que me va a romper las costillas!.- se quejo Edythe haciendo una cara graciosa.

Todos rompieron en risas. Después de todo lo que había pasado, por fin podían respirar con tranquilidad.

Después de festejar un poco y de recibir palabras de felicitación por parte de todos a los que se encontraba en el camino, tomo un baño y fue a su casa de campaña para estar sola.

-¡Aaah! Fue un día tan cansado.- dijo mientras se acostaba en su colchoneta. Se estiró y se rasco su vientre.- si Alice estuviera aquí me hubiera regañado por estar con la panza de fuera, umm, por cierto ¿que estará haciendo ahora?.- Pensó en su hermana menor que debería de estar preocupada por ella.- pero ahora, he encontrado esto, jeje supongo que esto no fue tan malo despues de todo, veamos que dice...

Abrió el libro que tenía entre sus manos y comenzó a leerlo, después de un rato lo bajo y se rasco la cabeza con desesperación.

-Umm ajá, como lo pensé, está en código.

-¿Edythe-san?.- alguien la llamo desde afuera de la casa de campaña.

-¿¿??.- Se levantó de la colchoneta y se asomo por la abertura de la casa de acampar. Eran dos mujeres, una de ellas lo tenía cabello castaño largo y atado en una cola de caballo piel blanca y ojos azules, y la otra el pelo corto y negro y de ojos verdes, ambas iban vestidas con el uniforme militar a quienes no conocia.

The Alchemist (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora