18: Caso Virlenko.

12 0 0
                                    

—No nos desviemos del punto.
—¿Cuál punto?

Noah se puso de pie y fue a abrazar a Milenka.

—Enhorabuena, morita! Haz concluido la academia con éxito. Estoy muy orgulloso de ti.

Ella sonrió contenta, pero con un dejé de melancolía, y Noah se dio cuenta.

—¿No estás contenta? —la volvió a abrazar y la meció ligeramente. Su iPod reproducía los primeros acordes "Brillas" de León Larregui.

—Claro que sí. Es sólo que... —sentía un nudo en la garganta —Hace un mes me imaginaba ver a mis padres el día de hoy. —lo miró a los ojos —Agradecí mucho el que estuvieras presente. Al menos pude celebrarlo con alguien.

Noah la comprendió. Seguía abrazándola por un buen rato hasta que sintió que sus hombros se movían un poco y sorbía por la nariz.

—Oh, Lenka. —detuvo sus movimientos y la abrazó más fuerte.

Nos dimos todo lo que se nos dió...
Nos dimos todo eso y mucho más...
Para después, reconocernos otra vez...

—Los extraño tanto... aún no me hago a la idea de no volver a verlos nunca más. —sus ojos dejaban caer unas enormes lágrimas, que sí de ser posibles, serían de sangre al sentir tanto dolor en su corazón.

Noah volvió a mecerla, escuchando cada una de sus palabras.

—No me puedo imaginar lo que haría si no te tuviera a ti. Realmente eres muy importante para mí, Noah. —«Oh, mierda, Lenka. Alto ahí. No digas una palabra más.»

Noah se emocionó, pero no quería presionarla a nada. Realmente no existía algo que impidiera que ellos estuviesen juntos. Sólo la misión.

—Y yo también aprecio que estés conmigo. —murmuró él —Ven, necesitas dormir. —«contrólate, tío. No te dejes llevar.» —Pareces como mi hermana pequeña. Aún debo protegerte y arroparte.

Ella seguía llorando. Y ahora sentía que Noah estaba lejos emocionalmente. La veía como una hermana pequeña. Aunque en ese momento no le daba importancia, ya que seguía llorando la pérdida de sus padres.

—Sí, claro. Aunque entre hermanos no deben besarse. Es incesto. —dijo ella medio en broma.

Caminó hacia la habitación de Noah, no sin antes tomar su maleta y llevarla consigo. Se apoyó en el pomo de la puerta y le sonrió a Noah.

—Buenas noches, hermano mayor. Gracias por dejarme dormir otra vez aquí.

Noah asintió.

—Buenas noches, Milenka.

Ella cerró la puerta. Se dispuso a sacar una pijama, un chándal gris con figuritas de Hello Kitty, y una camiseta de tirantes del mismo color. Se desmaquilló y se acostó.

Se quedó mirando el techo, estaba ansiosa por saber qué le esperaba para su primera misión. Aún no sabía cuándo empezaría.

Quería vengar a sus padres, saber qué es lo que había sucedido con ellos exactamente. No se trataba lo del accidente. Para ella y para Noah era un asesinato. Y debía dar con los asesinos.

No sabía en qué terreno estaba metiéndose, pero sus conocimientos estaban para ayudarla a descubrir toda esa mierda. Estaba de luto, pero no inservible ni fuera de servicio. Y costara lo que costase, iba a dar con ellos.

Noah no podía dormir. De nuevo. Estaba pensando en todo lo que Milenka había despertado en él. Le gustaba, eso era obvio. Pero no podía poner en riesgo la misión. No era oficial. Él había pedido unas vacaciones después de regresar de una misión en París, para arreglar asuntos personales. Los cuales eran perseguir a Stanislov Virlenko. Milenka no lo sabía, pero entre ellos había una cuenta pendiente. Por eso mismo Noah había desistido de la CIA. Porque no comprendía como podían tener tanta mierda escondida. Milenka tampoco tenía conocimiento de que su misión no era oficial, no estaba relacionada con la Agencia. Esto iba por cuenta propia. Y Noah rezaba a todos los dioses que ella no le matara por ello, porque la pondría en peligro sea como sea.

_______________________________________

Había amanecido y Noah despertó a Milenka. Desayunaron algo rápido porque según Noah, tenían prisa.

—¿Vas a decirme a dónde vamos?

Él se mantuvo en silencio.

Iban en su Captiva, habían viajado hasta Chicago, en dónde Noah tenía una cita con un antiguo colega.

Necesitaba equiparse, ya que irían a un lugar donde no conocía a nadie, aunque sí conocía el lugar. Ya había estado antes ahí.

También necesitaba recoger la ropa que compró por internet, para ella y para él, porque después de todo, ambos sabían que no iban de vacaciones.

Llegó con Mike, a una joyería llamada "Magic Illusion". Entró rápidamente, dejando a Milenka en la camioneta, 10 minutos después, salió con dos bolsas militares  negras, una en cada mano, las metió a la cajuela y volvió a subir al auto.

Él se prometió a mantener una actitud demasiado profesional con respecto a Milenka. Realmente ya no era su guardaespaldas, aunque no dejaría de protegerla. Además de que sabía que ella serviría en su cometido. Cuando intentó hacerlo solo, fracasó monumentalmente. Así que por el bien de todos, debía actuar con la mayor profesionalidad posible.

Y Milenka se daba cuenta, y en vez de enfadarse más de lo que ya estaba, sólo respiró profundamente y se dijo que no iba a intentar nada. Si Noah no quería nada con ella y seguía con su actitud estúpida de "hermano mayor", que se jodiera, iba a hacer el papel de su vida protegiendo a su corazón de él y siendo la más frígida por el éxito de la misión.

Le extrañaba mucho que no fueran a por la carpeta del caso a la CIA, ni a seguir directrices para proceder como le habían inculcado que sería. Aunque sabiendo que Noah era el agente a cargo de la misión, pensó que tal vez ya había hecho todo lo debido, así que no cuestionó nada.

—Vamos a Estambul.

Milenka giró la cabeza en su dirección.

—¿Qué?
—Me has preguntado que a dónde vamos. Te he dicho que iremos a Estambul.
—Hasta olvidé lo que había preguntado. De haber sabido que contestas dos horas después, no hubiese preguntado nada.

Noah puso los ojos en blanco.

—Debemos aclarar unos puntos antes de comenzar todo esto.

Milenka, que iba en el asiento del copiloto, se cruzó de brazos y lo miro expectante.

—Tú dirás.

—Esta misión no es por parte de la CIA. En este momento vamos solos. Al todo o nada. No me fío de nadie.

Golpes del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora