Capítulo 4: Estúpidos y sensuales espías.

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—Mira, gracias por destrozarle y curarle la nariz. Es un cabronazo, pero es mi primo. Pero no puedo hacer nada. 

Milenka se rascaba la nuca. No entendía porqué, pero le debía las gracias a Noah. 

—No fue nada. Era mi deber. —Esbozó una sonrisa de medio lado. 

Milenka asintió y miró sus dedos del pie, desnudos. Los movió. 

—Bueno, debo irme, Morita. Lo siento. Pero debo terminar de trabajar. 

La chica alzó el rostro y los miró con curiosidad. 

—¿Por qué razón me llamas "Morita"?—Preguntó desafiante. 

Noah se jaló un poco el cuello de la camisa, signo que mostraba que se sentía en apuros. 

—¿Te molesta? ¿Te molesta que te llame así?—Respondió con una pregunta.

—No, en absoluto. Pero quiero saber porqué me llamas así. 

—Bueno... Simplemente, me... me nació decirte así. —Balbuceó.

Ella agachó la cabeza para esconder una sonrisa. Era obvio que estaba mintiendo. 

—Bueno, para estar a mano. —Lo observó con una mirada fugaz — Mi apellido no es Russo. Siempre digo que es ése para despistar a la gente. En realidad, mi apellido es Yorke. Milenka Yorke. 

Noah sonrió. Se mordió un poco el labio inferior y le dijo:

—¿En serio? Lo sospechaba. Tu nombre no combinaba con apellido. —Se echó a reír. — La verdad es que yo también te he mentido. —Puso cara de niño bueno, lo cual no cuadraba porque tenía el cuerpo de un angel vengador. 

Milenka frunció el ceño sin entender sus palabras. 

—Mi apellido no es Grimm. De hecho, igual lo uso para despistar a la gente, en especial a als chicas que me quieren bsucar en facebook y así. Por eso no doy mi verdadero nombre. 

La chica puso los ojos en blanco y resopló como un caballo.

—Uau! Qué genial idea! —Comentó sarcásticamente —Eres todo un genio. 

Él quiso hacerla sonreír así que le siguió la puya. 

—Lo sé. Soy jodidamente inteligente. Es como si fuera un superhéroe, sólo que no uso máscara y no combato al crimen. 

Milenka le miró como si tuviera un tornillo de fuera. Pero no puedo evitar echarse a reír. Era medio ocurrente su respuesta. 

—Eres un torpe. —acusó. —Pero, para variar, dime cuál es tu apellido. ¿O tu nombre también es falso? —preguntó coqueta.

—De hecho... No. Mi nombre es el verdadero. —El hombre esbozó una sonrisa. —Me llamo Noah Ecker. 

Milenka sopesó su respuesta. Hasta su apellido suena sexy.

De pronto Ruth salió de algún lugar escondido.

—¡¿Pero ustedes qué son?! ¡¿Unos jodidos espías?! 

Milenka se echó a reír con fuerza y cerró los ojos cuando se fortó la frente.

—No lo sé, pero al menos yo quiero ser un agente doble. —Replicó Noah. 

Milenka en sí, estudiaba para ser una detective, pero también quería ser escritora, así que no se decidía aún.

—Debo irme. Papá me matará si huelo a alcohol.—dijo Milenka.

—¿Y en dónde pasarás lo que resta de la noche? —Preguntó Ruth. 

*Buena pregunta* Se dijo.

—Estaré en un hotel. Y ya mañana por la mañana llegaré a casa. 

Noah estaba pensativo.

—Sabes que te llevaría a casa conmigo y Adam... Está disponible un cuarto. ¿Vamos? —Ruth se preocupaba por su prima, y eso que era menor que ella. 

—No, no, no... No quiero ser una molestia para Adam y para ti. Prefiero ir a un hotel. ¿Vale? En la mañana te veré en casa. 

—Claro, Mile.  

Ambas chicas se acercaron entre sí y se despidieron dándose un casto beso en las mejillas. 

—¿Y por qué no te quedas en mi apartamento? —Preguntó Noah, de golpe. 

Las dos se detuvieron en  seco y lo miraron con los ojos abiertos como platos. 

—¡¿EN TU APARTAMENTO?! —Preguntaron al unísono. 

Noah se encogió de hombros y le restó importancia al asunto. 

—Sí. ¿Por qué no? Yo puedo dormir en el sofá.

Adam llamó a Ruth para que se fueran ya de ahí. 

—Te dejo, querida. —Miró a Noah con curiosidad —No sé que vayas a planear, pero si le haces algo, te corto los kinder ¿Estamos? 

Noah la miró desfiante.

—Relaja las garras. Cuando quiera hacerle algo, se lo hago y ya, no necesito avisarle a nadie. Tócame los huevos y te juro que te arrepentirás ¿Estamos? —Mantuvo su mirada altiva. 

Él sabía que no le haría nada, pero a veces unas simples palabras asustaban a muchísimas chicas. 

Pero al parecer, no asustaban a la prima de Milenka. Ni siquiera se inmutó cuando Noah la amenazó. 

—Estamos. Te cortaré las pelotas si le haces algo.Lo demás que has dicho no me interesa. —Se dio media vuelta dándole la espalda —Me voy. 

Entonces caminó a la salida, donde Adam la esperaba y la miraba con un mirada llena de lascivia. 

—Eres pura garra, amor mío. Como me pones cuando te enfadas. 

Milenka sabía que lo que harían esos dos, iba a ser placentero, y debería estar prohibido por la ley querer así. Les tenía envidia, pero de la buena.

—¿Entonces? —insistió Noah.—¿Te vas conmigo? 

Milenka lo pensó un poco. Pero al final accedió. 

—Vale, vamos. Sólo iré a descansar. —Se dijo a sí misma esto útlimo. 

Noah fue por sus cosas. *A mi casa cagando leches!* Gritó entre sí. 

Quería conocer a esa chica y desaparecer esa incertidumbre que despertaba en él. 

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PERDÓN! 

Siento no haber publicado mucho, pero fue por razones personales, lo siento.!

Golpes del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora