Milenka sabía sus metas, y quería cumplirlas. Aunque su padre le impidiera cosas, ella no se detendría nunca. En su vida sólo existían ella y su soledad. Pero mejor sola que mal acompañada. "Maldito sea el hombre que confía en otro hombre." escuchó un día. No quiere vivir traiciones ni sufrir. Su vida no es fácil, pero ella trata de no complicársela. Hasta que un moreno de ojos grises la mira por un instante... Es cuando siente esa sensación de que su corazón están estrujándoselo en un puño. Le llama la atención de una manera muy extraña... Y quiere saber porqué. Milenka no se detiene de conseguir algo, hasta que lo consigue. Aunque eso la haga sentir en peligro a niveles inexplicables. Noah era un tipo atormentado. Después de que dejó a la CIA, decidió obtener un trabajo "digno". Aunque él no lo fuera en absoluto. Cuidaba de su madre y de su tía. Eso no lo hacía buena persona. Sus experiencias le habían hecho cambiar. Aunque, para ser sincero, él no perdía sus viejas costumbres. Follar hasta quedar inconsciente. Boxear un poco. E incluso cuidar de su perro, Luzu. Él ya no se enamoraba porque le habían hecho daño. Esas mierdas sólo existían en libros. En su mundo, el dolor reinaba en grandes cantidades. En su vida, sólo existían él, su madre y su tía. Nadie más. Que el mundo se jodiera. Cuando ambos se topan en la vida del otro, no saben que fuera como fuera, ellos debían conocerse. El destino de ellos dependía de un hombre. Y quizá, la vida de Milenka, dependa de ése familiar y Noah. Los golpes del destino pueden dejarte malherido. Y quizá ya no exista un segundo round para ti.