—Buenas días. Busco a la señora Yorke. Vengo de parte de la Agencia de Seguridad Personal.
La ama de llaves asintió.
—Vaya, claro. Pase, pase. —Murmuró.
El hombre entró a la casa y esperó en el vestíbulo.
—¿Gusta algo de beber? —Preguntó la mujer.
—No, gracias. —Murmuró el caballero.
—Vale. En un momento viene la señora.
Noah asintió y se quedó en el vestíbulo. Estaba en firmes y con los brazos frente a él. Como un guardia debe de estar.
Mientras, en la sala estaba Loise Yorke, hablando por teléfono con su hermana Elizabeth.
—Señora Loise. —La llamó Julia, el ama de llaves.
Loise se despegó del teléfono.
—¿Sí, Julie? —Preguntó pacientemente.
—Verá, em... La buscan de la Agencia de Seguridad Personal. Es un tío que pregunta por usted.
Loise frunció el ceño.
—Pero se supone que llegarían a las 11:30... —consultó su reloj de mano. —Madre mía! Pero si son las 11:30! —Miró a Julia. —Dile que pase. Encamínalo aquí y traele un vaso de agua.
Julia asintió y fue a por el tío. Y Loise se pegó de nuevo al teléfono.
—Tengo que colgar, te llamo más tarde, querida. ¿Está bien? Cuídate mucho y cuida a los niños. Nos vemos.
El guardaespaldas entró y la saludó con un movimiento de cabeza.
—Señora Yorke.
—Hola, ¿Cuál es tu nombre? —Le preguntó.
—Me llamo Noah Ecker. Vengo porque ha solicitado mis servicios.
—Sí, sí. —Ella río un poco. —En realidad lo ha hecho mi esposo.Yo no quería pero... Bueno, es él.
—Vale, y... ¿A quién hay que proteger? —Preguntó con una media sonrisa. —¿A usted?
Loise río de nuevo y negó con la cabeza.
—No, mala suerte, pero a mi no. Se trata de mi hija. Es que ayer durmió en el apartamento de un amigo y su prima le dijo a su padre. Entonces él no durmió en toda la noche. Así que después de que ella llegó, discutieron, ella se enfadó y él mejor decidió ponerle un guardaespaldas.
—Oh, entiendo. —Murmuró. —¿Entonces la chica es fiestera? —Si era así, iba a ser difícil.
—Pues sólo con fiestas de familia. Aunque son muchísimas. La familia es grande.
—Ya veo. ¿Y dónde está ella? Debo familiarizarme con ella. —Dijo Noah.
—Vale, en un momento la llamaran. —Se dirigió a Julia, quién estuvo presente en la conversación.—Julia, llama a Milenka. Por favor.
Noah se alarmó.
—¿Cómo ha dicho que se llama? —preguntó tratando de no tartamudear.
—Ah, se llama Milenka. —Noah procesaba la información. —¿Por qué? ¿La conoces?
Él se apresuró a negarlo.
—No, no, no, en absoluto. Sólo preguntaba. —*MIERDA D:* pensó.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Cuando no tenía nada qué hacer, se ponía a escribir incoherencias en un pequeño cuaderno negro de pasta dura. Escuchaba "Something From Nothing" de Foo Fighters. Mientras escribía. En su libreta anotó su noche y cómo Noah la había cautivado. Lástima que no lo vería de nuevo. Y si debían conocerse, eso tenía que se porque el destino así lo quería. Ella no iba a forzar las cosas.
ESTÁS LEYENDO
Golpes del Destino.
RomansMilenka sabía sus metas, y quería cumplirlas. Aunque su padre le impidiera cosas, ella no se detendría nunca. En su vida sólo existían ella y su soledad. Pero mejor sola que mal acompañada. "Maldito sea el hombre que confía en otro hombre." escuchó...