19: Estambul.

13 0 0
                                    

Estaba enfadada. Tenía un cabreo monumental. No podía creer que Noah la hubiese engañado así.

—Sí, como seguro apenas me gradué, no sé nada, para ti, seguro sólo soy una aprendiz que nunca subirá de nivel. —gritó desesperada.

Estaban llegando al aeropuerto O'Hare, el aeropuerto internacional de Chicago.

Noah bajó del coche, y sacó las dos maletas militares, y otras dos maletas de viaje.

—Si te decía la verdad, no ibas a aceptar. —intentó excusarse.
—¡Sabes que corremos mucho más riesgo así! Ellos tienen un ejército, nosotros somos sólo dos.

Noah camino dentro de la terminal, le dio a Milenka las maletas de viaje para que las tomara, habían pasado a recoger la ropa por el camino con una chica llamada Liv, quién ya tenía de contacto a Noah.

Se detuvieron en una esquina, a un lado de un hombre de traje. Milenka lo miró de reojo. Era rubio. Luego volvió su atención a Noah.

—Necesito que me expliques lo que está pasando. Quiero saber cuál es el plan.

Noah puso los ojos en blanco. Una maceta con una palma pequeña pero lo suficientemente frondosa como para esconder algún objeto, se encontraba en medio de ambos agentes y el tipo con traje.

—Noah. —saludó el rubio.
—Mac. —asintió Noah mientras miraba a Milenka. —Por favor, —le susurró a ella —finge hablar conmigo.

Ella lo miró con cara de póquer, miró al rubio, quién miraba a la multitud que se movía en el centro, sin prestar atención a ellos. Pero sí que les prestaba atención. ¡Sí hasta conocía a Noah!

—¿Lo tienes? —preguntó Noah.

Mac medio sonrió.

—¿Dudas de mi profesionalidad? Me ofendes, Ecker.

Ambos pasaron sus manos detrás de la palmera, y Milenka al no saber qué hacer, se colocó frente a ella, mirando en dirección a Noah, como si escondiera las manos de ambos hombres que tenía de frente.

—Espero que me expliques todo esto. —susurró ella con los dientes apretados.

Noah le sonrió, miró sus labios y se acercó demasiado a su rostro.

—Quédate quieta. Ya casi lo tengo.

Milenka lo miró a los ojos, luego a sus labios, se lamió el labio inferior y volvió a centrar su ojos en su mirada.

—Listo, Noah, me voy. Te he dejado todo con mucho cuidado. —Mac seguía mirando a todos lados, menos a la pareja que tenía junto a él. —Sé cuidadoso. Tienes mi teléfono, ¿No?
Mantente localizable y en contacto.

El rubio se fue lentamente, desapareciendo del campo de visión de la pareja.

—¿Qué estás haciendo?

Noah había tomado por la cintura a Milenka, mientras, discretamente, con la mano que estaba del lado del muro, metía los productos traídos por Mac en la bolsa de mano de Milenka que se encontraba en el suelo.

Noah simplemente quería disimular acercándose así a ella, pero ya no quería moverse.

—¿Quieres saber qué estoy haciendo?

Casi se le iba el aire. Milenka inhaló por la boca milésimas antes de que Noah se lanzara a besarla con intensidad. Él le tomó ambos brazos para subirlos a sus hombros y así encajarse mejor en ella.

Sus lenguas bailaban la una con la otra. Milenka no sabía describir la sensación de dicha en ese momento. No esperaba volver a probar los besos de Noah. Pensaba que ese placer, estaba vetado para ella desde que comenzó la misión. Desde que apareciera el estúpido sentimiento en él de "hermano mayor".

Golpes del Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora