Yo-kai watch/Barreras "Temporada #1"

Mi amigo yo kai

Esto es extraño – Pensó una joven de ojo fucsia.

El sr. Jibanyan, no vino como acostumbraba a verla.

Y no, no exageraba, ya que desde hace una semana no lo ve.

No sabía porque de repente dejo de venir, pero ciertamente eso la preocupaba, pensando que algo malo le haya pasado a su nuevo amigo.

Si, desde hace tiempo que empezó a conocerlo, le consideraba su amigo.

Extraño ¿no?

Ya que siempre le rehuía y le ponía nerviosa sus repitentes visitas a su trabajo.

Al inicio, ni cuenta se dio de su presencia, por tener toda la concentración y atención en el que rescato, de tener una muerte segura.

¡No le gustaría ver a otros morir, frente a sus ojos!

¡No lo permitiría!

Bueno volviendo donde les contaba al inicio ni cuenta me di que, después del incidente, el me seguía, todo el día su concentración estaba en el pequeño minino, pero sintió en esa sensación de que la observaban, pero no le hizo caso en absoluto.

Cuando finalmente se dio cuenta de su presencia al día siguiente, empezó a incomodarme y buscar escusas para estar en la bodega o en el baño de la veterinaria, con la esperanza de que se cansara de esperar a que salga y se marchara, pero no fue así, se quedó en esa azotea de una casa frente a la veterinaria, sin moverse de su lugar.

Decidió resignada seguir con su trabajo ignorándolo por completo, pero no podía negar que le ponía nerviosa de que la mirara tanto ¡como si fuera él un depredador, que me miraba a mí como una presa!

El tiempo paso volando y siempre él aparecía en mi turno, me repetía mentalmente "¡ignóralo!", todos los días eran lo mismo, aparecía cuando llegaba a la veterinaria y se iba cuando terminaba mi turno.

Me aliviaba que se fuera cuando ya era tarde, aun en una ocasión lo sentí seguirme después del trabajo, suponía que quería ver donde vivía.

En ese tiempo se sintió en una película de terror, donde le perseguían, pero como era astuta lograba perderlo de vista y nunca más volvió a intentar seguirla, en ese entonces solo se conformó con verla en su trabajo.

El tiempo siguió avanzando y ya acostumbrada a su visita, ya no le incomodaban del todo.

No quiera decirse que él era malo o que tenía malas intenciones, al contrario, por lo que me contaron, él es un gato muy bueno con todos, ya que le gustaba apoyar a sus amigos, eso me tranquiliza.

Pero no entiendo su apañé de esconderse para verme.

Un día me decidí, a dejar ese temor que le tenía antes.

¡Él, no tenía la culpa de nada!

Yo solo me comporte como una miedosa, pero ya no soy esa chica que fui antes y si me tengo que enfrentar a mis miedos así, que así sea.

Así que un día me decidí a cambiar eso, acercándome a él.

Ese día cuando me le acerqué, vi un temor en él, al parecer se percató que me dirigía a él, pero eso no cambio mi decisión.

Lo vi esconderse tras un poste de luz, mientras temblaba como gatito indefenso con las orejas bajas, escondiendo y abrasando al poste de luz intentando esconderse.

¡Kawaii!

¡No pude evitar pensar, que se veía adorable así!

Contuve mis ganas de abrazarlo, por lo lindo y tierno que se veía así.

Cuando llegue a su lado, le salude con un simple "hola" de inmediato me miro con una tierna carita sorprendida, al parecer no se esperó que le hablara, pero me devolvió el saludo con una timidez.

Enserio, tenía que usar mi fuerza de voluntad para no apacharlo.

De ahí empezó una charla que fue amistosa, lo vi ya más tranquilo, pero no dejaba de ser tímido conmigo.

Al final le propuse que ya no tenía que seguir escondiéndose y le ofrecí a que me acompañe en el trabajo, también porque me preocupaba, sé que los yo kai no les puede pasar nada, pero eso no quiere decir que no me preocupara que sea el primero, en pescar un resfriado ¡En las tardes, hace un frio que te mandaría a la cama!

Lo vi feliz, cuando se lo propuse, esta es la oportunidad que le estoy dando estos seres de mostrarme, a no temerles y la mejor forma de empezar, es con el sr. Jibanyan, asiéndome su amiga.

Todo desde ese entonces fue diferente y cálido, nos divertíamos y el no paraba de hacerme reír, con sus relatos de sus amigos ¡era muy gracioso!

Un domingo, me fui con Brandon mi hermano, al supermercado para comprar las provisiones y la cena de esa noche.

Nunca espere que mi hermano me preguntara de mi repentina amistada con el Sr. Jibanyan, conocía a mi hermano y era muy listo, aparte que no quería tener secretos con él, pero le pregunte primero como lo supo.

Te vi hablando muy alegre con él, cuándo fui a comprar algo que necesitaban para el restaurant y esperé para que poder hablar de esto cuando estabas libre – Él me dijo tranquilo, pero pude ver cierta preocupación en sus ojos.

Eso me sorprendió ¡cómo no! si él actúa sin pensar, si se trata de mí, cuando me ve con un chico o cualquiera del género opuesto a mí, de cierta manera me sorprendió que no saltara encima del Sr. Jibanyan, como perro rabioso que osaba acercarse a su hermana, me impresionó que lo tomara con calma.

Y como dije no hay secreto entre hermanos, así que le conté todo y que era mi plan donde dejaría temerlos, lo vi prestarme mucha atención y al final me dijo que hace tiempo quería escuchar eso y que me felicito por eso, que me apoyaría si es necesario, a lograr mi nueva meta.

Eso me lleno de alegría, sabía que siempre él me apoyaría en todo y no pude evitar abrazarlo con tanto cariño, con lágrimas de felicidad se deslizaron por mi rostro, mi hermano me abrazo también, casi alzándome yo era pequeña a comparación de él, pero lo quería, algunas personas se nos quedaron viendo y yo muy apenada escondía mi cara en su pecho, aún no me acostumbro al cariño en público con mi hermano, de ahí seguimos comprando lo que nos faltaba e irnos.

Desde el lunes ya no vea aparecer a mi amigo, el Sr. Jibanyan, al principio pensé que tenía un trabajo o estaba ocupado, pero ya pasado una semana comencé a preocuparme, pero decidí ser fuerte tenía que seguir con mi trabajo, sin distraerme.

Al otro lunes si apareció, aliviándome ¡me tenía preocupada! pero no tenía derecho a exigirle una explicación, pero no lo vi como solía ser. Vi una pequeña chispa de tristeza en sus ojos dorados y sé que esa sonrisa que trae es falsa.

¿Qué le pasa?

¿Le habrá ocurrido algo a él o a uno de sus amigos?

¡Espero que, no!

Trate de no presionarlo o preguntar por su estado y seguimos con la típica rutina que solíamos tener los dos, pude ver algo de alegría y poco a poco sonreír de verdad, un que esa chispa de tristeza siga ahí.

Una noche cuando estaba acostada en mi cama me quede pensando, en todo lo que había pasado desde que llego a esa ciudad, en todos esos pocos, pero lindos momentos con su amigo de dos colas y tomo otra decisión riesgosa, pero valerosa para ella.

Le dirá al Sr. Jibanyan quien era en realidad, su secreto, ya que, para ella no hay secreto con las personas que ella quiere y aprecia.

Y el gato rojo se ganó su cariño.

Te prometo Sr. Jibanyan, que te diré quién soy, pero sola hasta que esté preparada para decírtelo, me esperes – Se dijo la castaña, antes de caer en el mundo de los sueños.