La Misma Alma

Capítulo 31 Nuevo concejo

— ¡Sara! —alce la voz para que me escuchara y la inste a acercarse a mi habitación. Han pasado dos días desde que fui injustamente confinada a permanecer bajo vigilancia y la incertidumbre me vuelve loca. Espere hasta que Sara llego a mi lado para tomarla de la mano e ingresarla a la habitación, cerré la puerta en las narices de los guardias y verifique que no pudieran oírnos antes de volverme hacia ella, le hice un gesto para que me siguiera sin hacer ruino y nos dirigí a la salita.

— ¿Y? dime de una vez que respondieron —pregunte sin poner contenerme sentándome en el mueble, cruce las piernas mientras la observaba con ansias.

—Les comente lo que planeamos a un selecto grupo de aniquiladores y todos están de tu lado, iniciaremos cerca de las cuatro de la tarde con el plan, para esa hora los invitados se habrán ido a sus respectivos países y la torre quedara solamente con 50 miembros residentes, con 100 jóvenes aprendices en edades prematuras y al menos 1000 soldados repartidos en diferentes puestos —hizo una pausa mientras trataba de relajarme.

—Entiendo, ¿cuándo entro? La espera me vuelve loca —le conteste emocionada, después de la plática con Ethan le conté el plan que formule, aliarme con los aniquiladores para que me ayuden a tomar la torre de la luz norte por la fuerza, si el concejo cree que puede hacer lo que se le dé la gana y traicionarme lo llevan claro, es hora de demostrarles quien está al mando.

—Sky escúchame muy atentamente —hizo una pausa y asentí en acuerdo— tienes que aguardar hasta que se te de la señal y luego ir directamente al despacho del consejo, tienes que neutralizarlos o podrán pedir refuerzos y el plan se vendrá abajo —susurro y asentí.

—Bien todo listo, espera la hora y suerte —asentí y me estire para abrazarla, no puedo evitar que una mala sensación me recorra la columna, desafiaremos al consejo que ha reinado por décadas a los iluminados, aquellos que por creerse elegidos del universo abusan de su poder.

Espere pacientemente hasta que fue la hora indicada, abandone la habitación a hurtadillas tratando de hacer el menor ruido posible, observe a los alrededores y me sorprendí por la ausencia de guardias en mi entrada. Sin darle más vueltas al asunto me escabullí rápidamente por los pasillos procurando no ser vista y no hacer ningún sonido. Llegue hasta el vestíbulo y observe hacia ambos lados antes de correr hacia el pasillo que da al despacho del concejo, una vez en la puerta tome aire para darme ánimos y gire el pomo ingresando rápidamente, cuál fue mi sorpresa al encontrármelo totalmente vacío.

—No puede ser.... —susurre sin saber que parte del plan no resulto como se planeó. Se suponía que mientras los soldados estaban descansando tomaríamos la torre neutralizando al concejo pero el que no estén presagia algo malo, con temor a las repercusiones volví sobre mis pasos y eche a correr por los pasillos, llegue al comedor y me sorprendió encontrarlo atestado de seres, incluidos el concejo.

Sin saber que hacer tome mi celular y marque el número de Sara.

—Tenemos un problema —fue lo primero que dije cuando contesto— lo sé, los soldados están en descanso como anticipamos pero los residentes no están en sus aposentos, algo va mal —dijo susurrando y tuve que darle la razón, es lo mismo que siento.

—Están en el comedor junto con el concejo —comente— ¡imposible! Si están reunidos significa que están en reunión, lo que me parece extraño... —escuche pasos y susurros proveniente de su lado y me gire para observar al comedor, abrí los ojos sorprendida al ver justo a mi lado a un residente, el señor levanto una ceja interrogativamente y tuve que colgar.

— ¿Se le ofrece algo?, ¿no debería estar en su habitación? —me observo despectivamente de arriba abajo con ojos suspicaces y por su tono interrogante supe que no se creería cualquier cosa tan fácilmente.