Capítulo 32 Revelaciones

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Sky —susurro una voz melodiosa, me gire sin saber de dónde proviene y me encontré en un prado interminable, todo está rodeado de naturaleza, de flores de todos los colores y justo a mi lado derecho se haya una gran cascada.

Sky —volvió a susurrar la voz, me puse en pie y me percate que me encuentro vestida con una tela semitransparente brillosa, el viento soplo levantando las flores y formando un espectáculo hermoso.

—Wau —susurre con asombro, el agua se elevó en forma de pequeñas gotas y empezó a danzar suavemente junto a las flores en el viento, de pronto cayó del cielo una pepita luminosa, al contacto con el viento se transformó en una pequeña llama, que aumento de tamaño hasta que las cuatro esencias naturales se mezclaron en perfecta armonía.

Alguna vez fue así... —susurro otra voz, logre identificarla como la de un chico, pero no parecía provenir de nadie en específico, simplemente era traída por el viento.

— ¿Quién es, que hago aquí? —pregunte sin saber qué hacer susurrando para no arruinar el momento.

Las esencias siguieron danzando una junto a la otra en perfecta sincronía sin alterarse las unas a las otras, de pronto algo increíble sucedió. En medio de las cuatro esencias se formó una luz, que se expandió en el centro y emergió junto a ella, deteniéndolas en el instante y transformándolas como si tuviera conciencia. Adoptaron distintas formas y se mezclaban creando nuevas esencias, hielo, electricidad, metal, luz... una gran cantidad de formas y poderes provenientes de un solo lugar.

Hace millones de años surgieron las cuatro esencias en su forma más pura, su forma elemental —susurro la voz del inicio, con calma— las cuatro esencias eran iguales en todos los sentidos pero servían para cosas diferentes.

A medida que la voz hablaba la iba sintiendo más cerca, tanto que empecé a caminar por el prado en dirección a la cascada.

Las cuatro esencias brindaban una armonía al mundo... pero, en el momento en que se juntaron emergió de ellas otra energía, una mucho más antigua y más pura... la esencia del todo y del nada, de la materia, de la realidad, de lo imaginable y lo extraordinario... se le nombro... el éter...

Me senté a los pies de la cascada y la observe atónita, la hermosura y el esplendor de la visión no tiene comparación con todo lo visto en libros o en películas, el circular del agua y el inicio de su cauce es algo mágico.

— ¿Para qué servía el éter entonces?, si ya estaban las demás —pregunte al aire.

Tenía el poder de restaurar, de terminar y de comenzar la vida, de dar nueva vida... el éter permitía vencer las barreras del tiempo y del espacio, de hacer lo inimaginable, de crear un mundo a partir de una idea... El éter era el todo y podía ser nada... —me contesto otra voz masculina, observe el estanque y pasee distraídamente mis dedos por la superficie.

—Ya entiendo el éter hacia muchas cosas —respondí sin pensar— ¿Qué sucedió entonces? Cuando todas las esencias se mantenían juntas como una, ¿Qué cambio con él?

Cuando los elegidos fuimos creados el ser superior deseaba brindarle a un ser la misma capacidad de crear, de transformar el mundo pero vio que el corazón de los humanos estaba corrompido, no podía ser cualquiera, fue entonces después de miles de años que se lo brindo a alguien —frente a mis ojos la cascada se volvió traslucida y mostro una imagen, aparecía un joven caminando, de pronto empezó a correr y doblo en una esquina, el sitio se veía peligroso pero el joven seguía corriendo, adentrándose entre callejones cada vez más peligrosos y asquerosos.

La Misma AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora