Libro 2. Sexo, Sudor & Lagrimas (Yaoi/Gay)

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Garrett

Fruncí la nariz entre sueños, un agradable olor habia llegado a mis fosas nasales, lleve mis manos a mi cabeza, empezaba a sentir los síntomas de la resaca, me levanté del sillón aún con las manos en mi cabeza, sentía que explotaría en cualquier minuto. Lleve mi mano derecha hasta la mesita de centro buscando una de las tantas botellas de licor que había allí pero nada, deje de buscar a ciegas, limpio, no había ni una sola botella en el piso tampoco estaban las cajas de pizza o envolturas de comida chatarra en el suelo.

- Buscabas esto - Levanté la mirada observando al chico de ojos azules y cabello rubio que agitaba galante una botella de whisky a medias.

- ¿Que...? - No termine de hablar ya que término interrumpiendo.

- Vengo de visita y lo único que haces es casi preguntar ¿Qué hago aquí? Levantate ya de ese sillón y ve a ducharte, la cena está lista - Le mire mal.

- ¿Con qué derecho vienes a mi casa y me ordenas que hacer? - Michael alzó una ceja y se cruzó de brazos

- Con el derecho que me corresponde, no te lo voy a repetir dos veces, la cena está lista - Se fue camino a la cocina, me quedé con la boca abierta y con las palabras en ella.

Con pesadez y pereza subí las escaleras hasta mi habitación, deje mi ropa sucia de hace una semana votada a media habitación la cual no me paré a mirar por que me traía incontables recuerdos. Tarde casi una hora en la ducha, me afeite la barba que tenía de aproximadamente un mes. La ropa limpia y perfectamente doblada me esperaba sobre el buro, ¿Cuándo la metió? Sacudí mi cabeza evitando pensar en ello. Salí quedando pasmado en la puerta, la habitación que yo había despedazado después del funeral de mi amante estaba reluciente. Toque mis mejillas húmedas, de nuevo los recuerdos, me acerqué a la cama pasando mi mano por ese edredón donde habia echo el amor por primera vez con Ryan, sonríe al recordarlo boca a bajo completamente desnudo cubierto por una delgada sábana blanca, con el cabello revuelto y los labios rojos, sus ojos café brillantes por pequeñas lágrimas de placer previamente obtenido, me limpie las lágrimas con rapidez. El día en que su cuerpo fue encontrado en un callejón mi mundo se calló. Cuando le vi en esa camilla mi corazón se rompió en miles de pedacitos, lloré abrazado a su cuerpo inerte hasta que me lo arrebataron. Después de ver los resultados de la autopsia el amor que le tenía a la humanidad se extinguió, lo que le habían hecho a Ryan era inhumano y atroz.

No hice esperar más a Michael y baje a la cocina, lo encontré de espaldas, se veía tan concentrado... Le abrace postrando mi cabeza sobre su hombro, aspirando el olor de su colonia.

- Te tomaste tu tiempo - Murmuró siguiendo con su trabajo.

- Lo siento - Me disculpe frotando su cintura - Limpiaste toda la casa.

- Si, no creí encontrar tantas envolturas de comida chatarra en el suelo o toda esa inmensa cantidad de botellas sobre las mesas - Michael dejó lo que estaba haciendo y se giró tomando mi rostro entre sus manos - Subiste de peso.

- Sólo un poco - Contesté besando su frente - ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me abandonaste Michael? - Algo en sus ojos cambio, adquirieron un brillo de tristeza.

- Yo... Te diré después de cenar, ¿Quieres? Así te podré contar sin interrupciones, responderé todas las preguntas que tengas para mi - Contestó bajando la mirada.

- ¿Por qué no me dices ahora? - Pregunte en un susurro.

- Es que yo, me muero de hambre, tuve un viaje largo y no he probado bocado desde que baje del avión - Confesó apenado, sonríe por primera vez desde el incidente.