Libro 2. Sexo, Sudor & Lagrimas (Yaoi/Gay)

21

Garrett

Respire profundo el olor salino de la playa, las piezas olas arrastrándose en la arena provocaban un sonido relajante ayudándome a vagar en las profundidades de mi mente, perezoso y ajeno a todo lo que a mi alrededor pasaba, seguro de todo el desastre que era provocado a las afueras de esta isla.

Estaba cansado de ver todos los días en las noticias las muertes de muchas personas, algunos culpables y otros tantos inocentes que murieron por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, simples daños colaterales.

Me deje caer en la arena observando el cielo matizado en tonalidades naranjas por el triste atardecer de otoño. Maldije en voz baja porque el frío comenzaba a calarme los huesos a través de mi delgada chamarra, tenía que volver pronto a la casa o moriría hecho hielo.

- Señor Borkan, Sky pregunta por usted - Hice una mueca al escuchar el fuerte llanto de mi hija - Sasha está de mal humor porque Sky lo despertó.

- Fue mala idea convertirme en padre ¿No? - Me lamente arrepintiéndome una vez más por a ver dicho que me haría responsable de ese par de demonios.

- Lo fue, pero haces un gran trabajo.

- Y una mierda... Como sea, es el único trabajo que tengo así que creo que tengo que hacerlo bien - Con pesar me levante de la arena sacudiéndome la ropa en cuanto estuve de pie - ¿Alguna otra cosa?

- No soy su secretaria señor - Me reí ante lo dicho, era verdad, no era mi secretaria pero hacia la función de una - Pero la cena ya está servida y según se me informó el servicio tenía una llamada telefónica del señor Dawson.

Fruncí el ceño dudoso he intrigado cuando escuche el apellido de Drake. No dije nada, simplemente me dediqué a asentir en muestra de agradecimiento.

Me encamine hacia la casa siendo seguido por Annel. Suspire, aún no terminaba de acostumbrarme a ser custodiado por alguien las veinticuatro horas del día.

Bufé molesto, Annel había sido mi sombra el último año y medio que había pasado. Ella se encargaba de todo y yo, solo me dedicaba a cuidar a los niños en compañía de las niñeras, se podría decir que me había olvidado por completo del mundo exterior.

- ¡Papi! - Sky se abrazó a mis piernas tan pronto como entre al recibidor.

Lance un suspiro al aire, la rutina empezaba... Otra vez.

- Hola princesa - Murmure agachándome hasta su altura para cargarla - ¿Por qué lloras?

Sky hizo un puchero escondiendo su rostro en mi cuello mientras sollozaba. Suspire haciendo una mueca, esta niña era muy caprichosa.

- Ya, deja de llorar o no habrá postre - Como por arte de magia Sky levanto la cabeza con una gran sonrisa sobre los labios - ¿Donde esta Sasha?

Sky apunto con su dedo hacia la cocina removiéndose para que me apurase a caminar hacia donde ella señalaba.

Obedecí a pasos lentos su silenciosa orden, al llegar Sasha se encontraba sentado en su silla comiendo a grandes bocados su cena.

- Hola bebé - Me acerque acariciando su pequeña cabecita revolviendo esos inmanejables cabellos castaños.

Sasha como de costumbre solo me gruño para que lo dejara comer en paz, sonreí, el niño mientras más crecía más se parecía a Vicktor, su rostro, sus ojos, su color de piel y comportamiento eran exactamente iguales a los de su padre, si no tuviera el cabello ondulado, la nariz chatita y ese bonito lunar bajo el ojo izquierdo sería un mini clon de Vicktor.

- Deja de jugar con la comida Sky - Regañe a mi hija por tercera vez en los últimos cinco minutos.

- Es verde... Ugh - Pase mis manos por mi rostro, estaba cansado de la misma discusión que tenía con Sky debido a que la niña no quería comer brócoli.