Evan
Respiraba una y otra vez tratando de recuperar el aire que mis pulmones habían perdido. Mazi me había golpeado en el estómago con demasiada fuerza cosa que hizo que me derrumbara en el suelo debido al dolor que me causaba y el poco oxígeno que me quedaba.
- Levantate, aún no terminamos - Mazi aplastó con el tacón de su bota mi mano izquierda.
- ¡Para! ¡Me duele! - Grite en un intento inútil porque me soltara - Por favor... Ya no más, no quiero. Me duele mucho.
- Es suficiente Mazi, deja a Evan en paz, ya le diste su paliza del día así que te deja que se valla - Lleve mi mano izquierda hasta mi pecho, Mazi por fin me había soltado - ¿Puedes caminar, Evan?
- Si - Murmure sin moverme del piso.
- Bien, ve a tu habitación y cúrate las heridas, mandaré a un médico dentro de poco a tu pieza, quiero creer que sólo tienes un labio roto - Asentí, él señor Ares me ayudó a ponerme de pie.
- Gracias - Él sólo sonrió antes de darme la espalda.
Camine de forma lenta hasta la habitación de mi amo, Mazi se había puesto más estricta desde que hable con Shon, no me daba ni un solo minuto de descanso ni mucho menos media su fuerza con un novato como yo.
Me levanté la camisa para observar mi cuerpo a través del espejo, tenía un gran moraton en el abdomen era una mezcla de colores desagradables, vomitivos diría yo.
Me pase de largo hasta el baño donde seguí observando mi cuerpo, tenía moratones en la espalda y otros tantos en las piernas, mi mano izquierda dolía por como Mazi me la aplastó de esa forma tan bestia y también la muñeca derecha por haberla metido para amortiguar el golpe contra el suelo a causa de una patada que me dio mi "maestra" detrás de las rodillas. Salí del baño buscando cremas para el dolor en los cajones, no recordaba donde lo había puesto. Después de unos minutos de incansable busqueda la encontré bajo la cama, me senté en el suelo comenzando a aplicar la crema sobre mis hematomas para después echarme en la cama, a los pocos minutos unos toques en la puerta me hicieron levantarme.
- ¿Tú eres Evan? - Era una mujer de mediana edad muy bonita.
- Si - Conteste desconfiado.
- Tranquilo, no estoy aquí para hacerte daño sólo quiero ver tus heridas - Suspire, no estaría en peligro después de todo.
- Pasa - Me hice a un lado sediendole el paso, una vez adentro cerré la puerta.
- Primero que nada, ¿Eres alérgico a algún medicamento? - Pregunto y yo negué - Bien, entonces cuéntame cuáles son tus malestares.
- Me duelen ambas manos y también mi abdomen.
- Toma asiento - Me senté en la cama siendo seguido por ella, con mucha delicadeza tomó mis manos y empezó a revisar las con suma paciencia. En algunas ocasiones hice unas cuantas muecas sacando pequeñas sonrisa de ella - Afortunadamente sólo es una pequeña torcedura, te causará malestar unos días pero estarás bien, ahora recuéstate y levanta tu camisa.
No dije nada y obedecí. Cuando sus dedos fríos entraron en contacto con mi abdomen me estremesi y un desagradable escalofrío recorrió mi columna vertebral.
- Duele - Murmure por lo bajo.
- Lo siento pero es que apenas y te toque.
- Si pero duele mucho - Pequeñas lágrimas se acumularon en mis ojos.
- Bien, te daré unos medicamentos para el dolor y la inflamación de estas áreas, ¿De acuerdo? - Asentí, ella era el médico después de todo - ¿Te duele cuando te mueves?
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Libro 2. Sexo, Sudor & Lagrimas (Yaoi/Gay)
Novela JuvenilDrake Despues de la partida de John, se a hundido en una deprecion causando que su peso caiga en picada dejandolo en los huesos y esta no va a parar hasta una visita innesperada... ¿Quien sera? Garrett La perdida de su novio, la captura de su herman...