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Michael

Caminaba con mi maleta en el hombro por el sendero que daba a la primera entrada a los túneles, me troné el cuello y apresure mi paso, necesitaba llegar al puente.

- Bienvenido Michael - Me detuve antes de entrar a la sombra que daba el puente, Shun me esperaba recargado en el castillo del mismo - Te tardaste, hicimos un acuerdo.

- Tu acuerdo me lo paso por el forro - Shun sonrió y se miró las uñas como si fueran lo más interesante en el mundo, alzo la cabeza con delicadeza antes de tronar los dedos, en un segundo sentí como miles de piquetes atacaron mi cabeza, uno tras otro obligando a mis rodillas flaquear - Basta.

- Que no se te olvide que estas despierto por mí, que sigues aquí por mí, y que jamás hubieras ido a visitar a tu amante si no fuera por mí - Trono sus dedos por segunda vez y los piquetes cesaron de momento. Suspire - ¿Qué esperas para cruzar la línea?

Mire al suelo, había una línea trazada en el suelo, aquella que dividía la luz de la oscuridad que daba el puente, trague saliva, sabía que tan pronto como cruzará la línea me dormiría.

- Antes de eso... Tengo algo que decir - Shun me miro con una ceja alzada - Hice una promesa.

- Me importa muy poco tu promesa - Entrecerré los ojos.

- Pues te tiene que importar o de lo contrario no te dejaré vivir en paz - Él se río y camino hasta la línea sin salir de la oscuridad - Y bien sabes que si me duermes a la fuerza podré despertar en cualquier momento.

- Eres alguien verdaderamente molesto cuando te lo propones - Dijo cruzándose de brazos - ¿Y bien? ¿Qué es lo que prometiste?

- Prometí que le llamaría una vez al mes - Shun rodó los ojos pero aun así asintió - Así que le haras llegar uno de nuestros teléfonos y modificaras su auto.

- Pudiste a verle dado uno de los que ya tenemos modificados y así me ahorrarías el trabajo - Negué, eso era imposible.

- Tiene un auto algo particular así que preferí traerlo conmigo para que tú te encargues de modificarlo.

- Bien, ahora cruza la línea - Negué, aún tenía cosas que decir - No me digas que también prometiste ir a darle el culo cada tres meses.

- No, no lo hice pero me hubiera encantado imaginar cómo sería el que tú le dieras el culo a Garrett con tal de no despertarme - Me burle y el frunció el ceño.

- No te equivoques, aunque seamos iguales somos muy diferentes, a mí me gusta meter y sacar no sé si lo entiendas.

- Créeme, te gustará - Le saque de quicio - En fin, encontré la casa de los Seyer.

- ¿La encontraste? - Pregunto y yo asentí - ¿Donde?

- En Estados Unidos - Abrí uno de los cierres de mi maleta de donde saque una hoja. Di un paso al frente - Estas son las coordenadas - Se las tendí pero antes de que las tomará las aleje - Una cosa más, no puedes ir sólo, tienes que llevarte a las sombras contigo.

- No voy a esperar hasta que Shon regrese.

- Recuerda que tu vida no es sólo tuya, si tu mueres yo muero contigo así que piensa antes de actuar.

- Lo hare, ahora dame el papel - Se lo tendí y él me tomo de la mano - No pienso ser tu sombra ni un minuto más.

Tiro de mi mano con fuerza hasta obligarme a cruzar la línea, una vez dentro de la oscuridad la fuerza me abandono dejándome a su merced, mi mente se desvaneció al igual que todo lo que estaba a mi alrededor, aquel bosque en el que me encontraba desapareció, se evaporo junto a mi conciencia.

Libro 2. Sexo, Sudor & Lagrimas (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora