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Gema

Abrí los ojos, mi habitación estaba a obscuras, el día habia llegado, un día más en el que ellos no están junto a mi, ya habían transcurrido varias semanas desde el incidente.

- Vamos Gema, arriba - Me alenté a mi misma para salir de la cama.

Mi cuerpo se negó a responder y yo claramente deje de intentar, aún no podía superar la muerte de Ryan y la desaparición de Jeremy, todo me recordaba a ellos, los veía en cualquier lugar y a cualquier hora.

- ¿Gema? - Abrí los ojos con lentitud, era ella.

- Hola

- Vine por que...

- No quiero salir, estoy bien aquí - Murmure echando las cobijas sobre mi cabeza.

- Gema basta - Kathleen de un tirón me quito las cobijas - Gema.

- No.

- Gema.

- ¡No!

- ¡Gema! Es suficiente, ellos ya no están, superarlo, Ryan no va a volver y Jeremy... Hay muy pocas posibilidades de que lo haga así que levántate, no puedes pasar toda tu vida postrada en esa cama, ellos no querrían eso, por favor - Negué con lágrimas en los ojos, no quería levantarme, habia construido un nido en mi cama del cual no planeaba salir.

- Déjame aquí - Murmure entre dientes - Vete.

- No te dejaré, venga, estaré contigo siempre, puedes apoyarte en mi, si gustas - Negué, no podía dejar atrás a mis amigos - Deja de aferrarte al pasado, déjalo ir.

- No puedo, más bien no quiero, Jeremy va a regresar y se va a quedar conmigo, el va a regresar yo lo se.

- Gema, ¿Lo piensas esperar todo el tiempo en esa cama? No es lo que ellos querrían así que arriba.

Salí de la cama muy forzosamente, mi cabello estaba echo un lio, pase de Kathleen entrando directo al baño.

- Mierda, no traje mi ropa - Salí con la misma a buscar algo que ponerme, me pasee por la ventana pero sorpresivamente algo llamo mi atención.

No dude ni dos segundos en correr escaleras abajo pasando a tumbar a mi hermano, abrí la puerta principal y continúe corriendo, era el, era Michael, se habia metido a un auto, afortunadamente logre plantarle enfrente deteniéndolo.

- ¡¿Quieres morir?! Venga no te muevas que te are el favor - Grite mas no me moví, quería que saliera pero no encontraba las palabras para hacerlo. Me mordí los labios y atañe el capo de ese costo auto.

- ¡Sal de allí! - Grite, no se movió, sólo me miraba a través del cristal - Que salgas, ¡Eres un hijo de puta! Sal de allí Michael.

Sin darme cuenta las lágrimas bajaban por mis mejillas, Kathleen estaba al otro lado de la calle con mi hermano observando en silencio.

- Te fuiste, lo abandonaste, ¡Te necesitaba! Y no te importó, ¿Qué era lo que querías? ¿Sólo era sexo? ¡Ryan murió! ¡Tú te largaste! ¡¿Y Garrett que?! Huiste como un cobarde ¡Sal de allí te digo! - La puerta del auto como por arte de magia se abrió y de ella salió ese chico rubio que tanto odiaba ahora. Me acerté con rapidez asestando una
fuerte cachetada en su rostro - Eres de lo peor, creí que ellos te importaban...

Guarde silencio esperando una reacción de su parte pero nada, sólo llevo su mano hasta su mejilla sobándose un poco.

- ¿Terminaste? - Trague saliva, su mirada era escalofriante. Asentí - Mira niña, no tengo idea de que me estás hablando, bueno si, la muerte de ese tal Ryan sólo fue un daño colateral, es una pena si pero que más da, la vida sigue.

Libro 2. Sexo, Sudor & Lagrimas (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora