Eran cerca de las once de la mañana ya. Neji caminaba de un lado al otro bajo la gran entrada a Konoha, ante la mirada divertida de Izumo y Kotetsu. Lee simplemente aprovechaba el tiempo libre haciendo sentadillas alternadas con lagartijas.
El hombre a quién debían escoltar debió haberse presentado en ese punto hace tres horas exactamente. El castaño estaba irritado y maldiciendo a quién le hacía perder su valioso tiempo, además de ser su gran rival amoroso.
-¿Y si vamos por él?- Consultó Lee mirándolo preocupado. A veces temía que a su compañero le estallara aquella vena que se hinchaba en su sien cuando se ponía nervioso.
-¿Cómo se supone que encontremos a alguien a quién nunca vimos?- Respondió reacio, llevando sus dedos a la punta de la nariz.
De pronto Kotetsu habló, interrumpiendo a ambos shinobis. -Si el tipo al que esperan es un tal Dayki, lo reconocerán fácilmente.- Se cruzó de brazos y miró a su amigo. -Muy alto ¿verdad, Izumo?- El otro asintió con rapidez.
-Cabello negro, ojos claros, más alto que la mayoría aquí...- Acotó. -Buen partido para ti, no Izumo?-
-¡¿Qué mierda dices?!- El ninja se escandalizó y lo empujó casi haciendo que caiga del otro lado del mostrador en el cual hacían sus guardias de la entrada. Neji ignoró el escándalo, sintiendo arder en lo más profundo de su alma aquella inseguridad que mutaba en desprecio al saber que el sujeto era bien parecido, más alto que el, de ojos azules, probablemente un príncipe.
-Vamos a buscarlo.- Bufó decidido tomando a su compañero del cuello de sus mallas estrafalarias y pseudo arrastrándolo al interior de Konoha.
Tenten llevaba al menos una hora en silencio, sentada en su sofá. Daiki se había servido ya una sexta taza de té.
-Puedo esperar tu respuesta todo el día.- Le dijo bebiendo despacio.
La castaña posaba sus ojos sobre él y lo recorría de a poco. Era bello, tal vez el hombre más bello que haya visto jamás. Pero no podía fingir que Neji no existía en su vida. El problema es que tampoco quería rechazar a quién había dado tanto por ella, a quién la había salvado.
-Tu debías irte a Sunagakure...- Mencionó bajito. El negó con la cabeza.
-Puede esperar...- Y de pronto un gran estruendo los sacudió violentamente. Ambos se pusieron de pie exaltados.
Y allí apareció él frente a sus ojos. Un hombre corpulento de ojos azules y con la cabeza afeitada. Estaba distinto, anciano, pero pudo reconocer esa mirada que veía en sus peores pesadillas. De pronto una especie de humo empezó a nublar sus visiones.
-Muchas Gracias, joven... Al fin me has traído a ella...- Tenten abrió los ojos desmesuradamente. Esa voz le dio ganas de vomitar, y así fue, calló al suelo y devolvió lo poco que tenía en el estómago. La risa perversa que le siguió a eso llenó el lugar de pesadez.
Dayki se puso frente a la kunoichi e invocó una kusarigama, poniéndose en posición de ataque.
Neji caminaba a paso rápido, seguido por Rock Lee, mirando en toda dirección con su Byakugan. No había señales de aquel sujeto, más que el relato de Naruto acerca de habérselo cruzado dos días antes, comiendo ramen en Ichiraku.
Lee comenzaba a sospechar de la actitud del castaño. Conociéndolo, ya se habría ido a su casa luego de esperar tanto. ¿Qué interés podía tener por esa misión?
Nota de autora:
Muchas gracias por seguir apostando a la historia. Estoy con menos tiempo que de costumbre y eso explica esta demora para actualizar, pero espero que me tengan paciencia. Muchas gracias a quienes dejan su voto o un comentario, ayuda mucho a que el alcance del fanfic crezca.
Espero que puedan pasar por mi otro fanfic NejiTen "Cuando estalle la guerra" que ojalá les guste.
Muchas gracias por leer y disculpen la lentitud. Saludos.
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Rota.
FanfictionNejiTen Sentimientos encontrados luego de años de un lazo profundo. Secretos ocultos. Dolor, amor, todo junto. En el equipo de Maito Gai, todos se conocen entre todos, o eso creían. Es mi primer intento de fanfic NejiTen, espero que lo disfruten tan...