1. Conformación

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A Tenten no le daba miedo morir. Eso lo demostraba en cada misión, cada vez que arriesgaba el pellejo por sus colegas. Cada día invocaba armas de forma más eficiente, y encontraba la forma de idear un nuevo ataque aún más poderoso que el anterior.  Era fuerte, tanto como sus pares.

En un inicio, nadie lo habría creído. Eran el equipo más dispar de todos el año en el que se graduaron de la academia. Una jovencita un tanto torpe, un debilucho cuya habilidad distaba mucho de su increíble entusiasmo, y un genio del clan Hyuga. Demasiado habilidoso para su edad, heredero de los mejores dones de la prestigiosa familia a la que pertenecía. 

Desde un inicio, esta falta de equilibrio generó roces entre los jóvenes ninjas. Las primeras misiones eran un fracaso, no lograban actuar en equipo y discutían por todo. La arrogancia de Neji Hyuga se hacía notar inmediatamente ante el más mínimo fallo por parte de sus compañeros, la actitud efusiva de Rock Lee sacaba de quicio a los dos castaños del equipo, y por último, Tenten, solía llegar tarde a toda misión, olvidarse de los entrenamientos y cosas por el estilo.

Maito Gai era un ninja de elite pero aún así, se sentía incapaz de hacer algo para que aquellos chicos mejoraran su convivencia. Mas todo fue mejorando con el paso del tiempo. Tenten era una joven comprensiva y ayudaba a Lee a mejorar poco a poco, restándole importancia a lo que el chico poseedor del byakugan opinara acerca de las posibilidades del mismo de superarse sin poseer algún tipo de talento natural. Y por otro lado, generó un profundo respeto tanto por su sensei como por su otro compañero, quién a la hora de luchar o analizar las situaciones, era impecable. 

A medida que los tres crecían como shinobis, el respeto mutuo comenzaba a volverse una realidad, y ese respeto, lentamente, se convertía en aprecio y compañerismo. Entonces llegaron los exámenes chunin, a profundizar los lazos.

Gai Sensei se había negado a dejarlos presentarse siendo unos novatos, ya que sentía que por cómo andaban las cosas, sería para mal; pero al verlos un poco más maduros como equipo, al siguiente año, no dudó en inscribirlos.

Aquel evento evaluativo fue realmente duro para los tres. Se enfrentaron a situaciones extremas en todos los sentidos. Lee, intentando proteger a Sakura, su eterno interés romántico, y resultando herido, para luego luchar contra el ninja más poderoso y despiadado del certamen, quedando al borde de la muerte más allá de haber dado lo mejor de si y haber sorprendido a más de uno que lo subestimaba. Tenten, por su lado, enfrentó de la manera más digna a una ninja de la arena que casi rompe su espalda en dos cruelmente, preocupando a su compañero de grandes cejas; Y por último, Neji, quién luego de intentar asesinar a su prima Hinata debido al gran odio que sentía por la rama principal de su clan, fue vencido contra todo pronóstico por Uzumaki Naruto, un mocoso con la capacidad de cambiar la forma de ver las cosas hasta al genio más testarudo. Además, enfrentó a su tío Hiashi, a la verdad acerca de la muerte de su padre y a las disculpas ofrecidas por la rama principal de los Hyuga.

Fue quizás todo esto lo que llevó a conformar lo que sería una pequeña familia.

Lee se ganó el respeto de sus compañeros luego de su increíble demostración de poder, y a la vez, despertó el compañerismo de sus pares, que se preocuparon en visitarlo en el hospital, y alentarlo con respecto a su recuperación. La kunoichi con palabras dulces y flores día de por medio. Neji con su simple presencia y una que otra ayuda cuando debía cambiarse de vendas, o de posición (lo que era mucho pedir, teniendo en cuenta el desdén que demostraba el ojiperla anteriormente). A Tenten, su fracaso la impulsó a esforzarse aún más y fortalecer sus debilidades tácticas. Neji, por su parte, afectado en sus creencias más profundas por las palabras del joven jinchuriki y del patriarca de su clan, había podido calmar el dolor que lo empujaba a ser una persona tan fría y seria, intentando apreciar por fin lo que lo rodeaba, a sus compañeros, su sensei, e incluso su familia... aquella a la que le había jurado venganza.

Todo comenzaba a funcionar entre ellos. Las primeras misiones luego de la recuperación de Lee, fueron de lo más fructíferas. Al fin, Gai notaba orgulloso, como durante la cena, sus alumnos conversaban de forma amena, y como su bella estudiante comenzaba a sonrojarse cuando el joven Hyuga le sonreía de la forma más sutil.

En fin. Se había hecho fuerte, su equipo igual. Los lazos que los unían, también. Podían arriesgar sus vidas por proteger a sus compañeros, a sus amigos. Eso la llenaba de orgullo, de satisfacción. ¿Quién necesitaba un pasado con un presente tan prometedor?

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