12. Cómo curar una herida.

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Fue tan doloroso como una fuerte menstruación, y allí estaba Neji, cuidándola. La hemorragia duró solo un día y medio y al tercero amaneció débil, pero segura de que todo había sucedido de forma correcta.

Lee no sabía nada de todo lo que estaba pasando, ya que decidieron que sería un secreto entre ellos dos. Y Gai Sensei tampoco contaría nada.

El cuarto día ella estuvo allí, de pie en el entrenamiento.

No hubo miramientos a la hora de enfrentarse, y lo agradeció internamente cuando se enfrentó a su ¿novio?, y este la empujó a defenderse con todo lo que tenía. El chico de las cejas grandes miraba emocionado como su bella flor demostraba ser una digna portadora de la llama de la juventud, aún luego de haber pasado lo que pasó.

Neji pudo notar en pleno enfrentamiento a una cuarta persona en el campo de entrenamiento. La distracción le costó un sembon incrustado en su hombro, lo que lo hizo soltar un pequeño gemido de dolor.

Tenten al instante volteó a revisar el perímetro, ya que Neji siendo herido por un ataque tan débil, era solo razonable si él mismo se había distraído por notar alguna presencia extraña en el lugar.

Y así era.

Dayki, bajó de un árbol a unos veinte metros de distancia de dónde ellos estaban.

-¿Qué es lo que quieres aquí?- Neji automáticamente se puso frente a sus compañeros enfrentando al tipo alto.

Lee volteó a mirar a Tenten, que con incomodidad se acercó unos pasos más a dónde estaba el Hyuga.

-Esta vez no vengo por cuestiones personales... Aunque, Tenten, quiero decirte que verte bien luego de no haber podido defenderte me hace sentir un poco mejor.- Le sonrió de forma cálida para luego volver a fijar su vista en los dos hombres del equipo. -Vengo a pedirles que me escolten a mi aldea, ya que la Hokage me negó el servicio a menos que personalmente ofrezca mis disculpas a ustedes dos por haberlos dejado esperando la vez anterior.- Se inclinó levemente. - Rock Lee, Hyuga Neji... Les ofrezco mis más sinceras disculpas.-

Lee sonrió y extiendió su mano de forma respetuosa al ninja de la aldea de la niebla, quién se la estrechó tranquilo. Neji solo se cruzó de brazos y asintió algo obstinado.

-Como sea... ¿Cuándo salimos?- Cortó Tenten, algo incómoda. Ese Dayki de verdad la inquietaba. No solo por la gran tensión que se generaba entre él y Neji, sino que porque aquel amor que decía sentir por ella no le parecía creíble.

-No te lo tomes a mal, Tenten, pero prefiero que me lleven tus compañeros y tu te quedes descansando, luego de todo lo que te ocurrió. La Hokage accedió a mi deseo de que quienes me lleven sean ellos dos.-

-No pienso quedarme.- Se cruzó de brazos enfadada. -Iré con ustedes. -

Neji volteó a verla y ladeó la cabeza. -Creo que deberías quedarte... Aunque odie decirlo, tiene razón.-

La castaña frunció el ceño y miró al genio con cara de odio pero no dijo nada más. Juntó sus armas del suelo y emprendió camino de regreso a casa.

Neji rodó los ojos y le pidió a Lee que acuerde con Dayki el horario de salida para el día siguiente por la mañana, alegando que iría a convencer a Tenten de quedarse.

Cuando la kunoichi notó que el Hyuga la seguía, comenzó a correr, subiendo a los techos de la aldea. Neji la siguió frustrado de lo infantil que la chica estaba siendo, y logró alcanzarla en el umbral de la puerta del departamento de ella.

-¿Para qué me sigues?- Gruñó la chica mientras abría la puerta y él se rió. Hace días que no lo oía reír. Realmente lo extrañaba mucho.

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