Chiasa es una mujer entrada en la ancianidad y de un caracter tan maternal como temperamental. Cocina delicioso, tiene una casa bonita, muchos gatos, y una nostalgia inmensa. Desde la juventud trabajó para los Mizukages y, crío y entrenó a los miembros del clan Amma entregados a la aldea en nombre del tratado de paz. En total fueron tres. Los dos primeros murieron en pleno entrenamiento, sus cuerpos no toleraron aquel sello que debían aprender para manejar los poderes de sus familiares en caso de una rebelión. El tercero fue el único en lograrlo, y además, la quiso como a una madre, y ella como a un hijo.
Fue una shinobi excepcional a lo largo de su vida, y tenía frente a ella a una kunoichi con sus mismas energías. Tenten estaba tan nerviosa cuando llegó, que al principio no la creyó capaz de lo que se proponía. Sin embargo, con el pasar de los días, comenzó a conocerla en profundidad. Era una muchacha fuerte, intensa, alegre y dulce, y además, tenía a su lado a un joven apuesto y tan enamorado que daba envidia. El día que por fin logró realizar aquel sello, sus ojos se llenaron de lagrimas y no se contuvo en abrazar a su nueva aprendiz.
La noche es tan oscura como sus sueños. La piel se le eriza sin poder evitarlo, y una sacudida repentina la despierta. Allí está él, sus ojos blanquecinos, sus labios suaves, sus cejas algo fruncidas, su preocupación.
De nuevo la vergüenza, la humedad en su ropa interior, en las sabanas. El llanto es incontenible.
Neji la abraza contra su pecho, sin importarle ensuciarse o mojarse. De todas formas no es la primera vez que pasa, que Tenten se orina durmiendo y se despierta agitada, aterrada. Sabe que ella lo sufre, sabe que se siente humillada, pero para él no hay nada que duela más que ver sus ojos chocolatosos llenos de horror.
-Perdón, perdoname.- Sus movimientos son bruscos. Se levanta y saca rapidamente las sabanas dirigiéndose al baño, donde se mete a la ducha. Él la sigue, bastante preocupado.
-Yo las lavo, tu bañate... Te amo.- Sus palabras son tan dulces que la hacen sentir peor.
-Deberíamos dejar de dormir juntos... Esto es un asco.- Le dice desvistiéndose pero Neji le sonríe y se muerde el labio.
-No podría... Mírate.- Sonríe y se pone a lavar a mano la ropa de cama llena de orina.
Ella se sonroja pero prosigue a bañarse intentando calmarse.
El miedo parece crecer semana a semana. Ahora que ya sabe realizar aquel sello, tan solo necesita tomar la decisión de buscar a aquel hombre que la lastimó tanto. Pero le asusta... Por eso las pesadillas, el miedo, el sentirse una niña indefensa aunque fuera ya una mujer, una mujer fuerte y entera.
-Tendremos que casarnos...- Le menciona Neji esa madrugada mientras volvían a armar la cama para acostarse luego de aquel incidente. La castaña se encoge de hombros y suelta un suspiro.
-Por eso te dejaron acompañarme en todo esto...-
-Así es... Pude acompañarte porque le dije a todos que eras mi prometida, que nos casaríamos al volver de esta misión.- Se sienta en la cama y la mira fijamente. -¿Qué piensas de eso? Yo sé que no debí... Pero no podía dejarte hacer esto sola, no podía tenerte lejos tanto tiempo... Solo me lo iban a permitir si estaba justificado... La vida de mi prometida es una justificación válida...-
La castaña suelta una lagrima pequeña y se abraza a él. -Perdoname por todo esto... No quería que tuvieras que hacer algo así por mi, no quería meterte en todo esto.-
Neji le regaló una sonrisa dulce antes de sujetar su rostro con ambas manos, secando aquella gotita salada que rodaba por su pómulo sonrojado y moreno. -Es que sí quiero que seas mi prometida... - Susurra. -Sí quiero acompañarte en todo esto.-
La chica cierra los ojos y se esconde en su cuello nuevmente.
-Cuando todo esto termine te lo propondré como es debido, soy un caballero después de todo.-
Entonces no pudo evitar una pequeña sonrisa, una pizca de ilusión en su corazón tan maltratado. Tenía a su lado a un hombre increíble, incondicional, hermoso.
-Tu aroma, Neji...-
-¿Si?-
-Te deseo.-
La luz del sol estaba iluminando la habitación, se metía por las ventanas. Neji despertó solo, desnudo. El olor a sexo aún impregnaba las sabanas.
Los pájaros cantaban armoniosamente y todo parecía sereno. El olor al desayuno le llegó a las fosas nasales y casi en automático se vistió y levantó. Chiasa odiaba que dejaran enfriar la comida. Por la ventana pudo observarla. Bella, inmensa, serena. Meditaba con los ojos cerrados, sobre una roca. El cabello suelto le caía como cascadas por los hombros.
(NOTA: Gracias por la infinita paciencia. Les dejo un capítulo cortito. En breve vuelvo a actualizar. Gracias también por los bonitos mensajes. Esta historia me hace muy feliz, y que les guste hace que todo sea aún mejor. )
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Rota.
FanfictionNejiTen Sentimientos encontrados luego de años de un lazo profundo. Secretos ocultos. Dolor, amor, todo junto. En el equipo de Maito Gai, todos se conocen entre todos, o eso creían. Es mi primer intento de fanfic NejiTen, espero que lo disfruten tan...