Las Llamas Doradas. (Completa).

Capítulo 9

Esto se está poniendo feo. Muy, muy feo.

Creo que ya no puedo estar más estresada. Primero, veinte minutos antes de que sonara el despertador, mi madre entró a mi habitación para despertarme. Luego de ducharme, con agua helada, por cierto, mi madre quería obligarme a ponerme un vestido rosa de grandes flores moradas, a lo cual, obviamente me negué.

Después, mi madre quería peinarme como una de esas damas de la Reina Elizabeth. Y para finalizar, mi madre quería llevarme a la escuela, eso no me hubiera molestado, de no ser porque escribió con pintura blanca: TEN UN BUEN INICIO DE AÑO ESCOLAR, CLARE. Y HAZ MÁS AMIGOS, en el auto. En realidad no tengo ni idea de por qué, pero lo hizo.

Terminé poniéndome unos jeans claros con una blusa de manga larga negra un poco ceñida, con, por supuesto, mis Converse negras. Dejé mi cabello suelto, y aburrido, como siempre. Y luego me escapé por la puerta del garage, después de haber llamado a Lilly para que viniera a recogerme.

Esa, más o menos, fue mi mañana. Yo sólo espero que el día mejore. Por favor.

Ahora voy en el Jeep Commander de Lilly, en mi, ahora oficialmente designado, asiento como copiloto, tratando de recordar porque aún quiero estar viva. De pronto Lilly frena con brusquedad. Es tan repentino y con tanta fuerza, que estoy segura de que hubiera atravesado el parabrisas de no ser por el cinturón de seguridad. Ahora ya sé por qué son tan importantes.

-¿PERO QUÉ DIABLOS PASA? - Le pregunté.

-No es nada. - Dice ella.

-¿Qué no es nada? Casi me matas, y ¿no es nada? - Mi corazón late tan deprisa que lo siento en cada centímetro de mi cuerpo.

-No quise hacerlo. - Me contesta. - Es que olvidé que aquí había una señal de ALTO, y casi me la paso.

La miro. ¿Es en serio? ¿Eso es todo? Tiene que ser una maldita broma. Pero ya no importa. Otro día le preguntaré por qué es tan respetuosa de las leyes de tránsito. Hoy, ahora, no estoy de humor. Respiro profundamente.

-Bien. Está bien. Vamos, o llegaremos tarde. - Le digo.

-De acuerdo.

Y no hablamos más hasta que llegamos a la escuela. Son como quince minutos, y luego frente a nosotras aparece la Secundaria Riverside. Luce como una escuela cualquiera. Tiene un único piso y es bastante grande. De la puerta principal se extiende un pasillo, saben, esos que no tienen paredes, sólo techo. Al cruzar la calle se encuentra una inmensa área verde con varios árboles que ya tienen el color naranja rojizo del otoño.

Lilly conduce el Jeep más allá de todo eso, a un estacionamiento que se haya lleno de autos. Algunos lucen costosos y elegantes, otros, se ven como si los hubieran sacado del vertedero. Hay unas cuantas motocicletas. Las miro por un rato antes de darme cuenta de lo que estoy haciendo. 

Estoy buscando una Harley roja. Una que tiene llamas doradas pintadas en el depósito y los guardabarros.

Sacudo la cabeza. No. No voy a ponerme a pensar en el chico Harley ahora. Mejor me concentro en otra cosa, algo más importante. Como en el hecho de que podría enterarme de más cosas sobre el incendio aquí.

Como ya dije, en estos pueblitos casi nunca ocurre nada, espero que alguien quiera hablar sobre lo que pasó. Logan no sabe lo que dice. Que haya habido personas que no pudieron resolver el misterio del Terrible Incendio, no significa que nadie sea capaz de lograrlo. Y esa persona seré yo. Eso me recuerda otra cosa.

-¿Dónde está Logan? - Le pregunto a Lilly.

-Dijo que vendría luego, o algo así. - Responde ella. Se encoge de hombros. - Mi hermano puede ser muy extraño cuando quiere. Vamos adentro.