Capitulo Once.

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Cuando desperté sola en mi cama a la mañana siguiente temí que no se hubiera tratado simplemente de un magnífico sueño, pero salí de dudas cuando salí de mi habitación para llegar al salón. Encima de la mesa que se encontraba en el Salón-Comedor había un gran ramo de tulipanes blancos preciosos, una flor que me encantaba y que no había vuelto a ver desde que salí de Jerez de la Frontera para emprender la aventura de vivir de la música. Además, junto al ramo se encontraba todo un desayuno de reyes que constaba de frutas silvestres, Cruasán, huevos con beicon, zumo de naranja, y una taza de café, todo maravillosamente preparado.

Me acerqué al ramo para disfrutar del suave olor de los tulipanes cuando en medio del ramo descubrí un sobre que contenía una nota de Dant.

Buenos días cariño,

Espero que me puedas perdonar por no estar ahí para disfrutar de este desayuno contigo, pero me llamaron a móvil por una urgencia en el set y tuve que ir. Te llamaré para que quedemos esta noche, ¿de acuerdo?

Mil besos,

Dante.

PD: Como no sé qué acostumbras a desayunar pedí un poco de todo. Buen provecho. 

Cuando estaba terminando de leer la nota la puerta del departamento se abrió mientras Ferran aparecía, pero yo no me di ni cuenta de ello.

- ¡Hola pequeña Julieta! - me saludó dirigiéndose a su habitación, pero yo no llegué a contestarle cosa que frenó su avance - ¿Te encuentras bien?

Fue entonces cuando me percaté de su presencia, pero lejos de poder articular alguna palabra me senté en una silla y lo miré mientras agarraba una de las fresas que había en el plato.

- ¡Madre mía, es más grave de lo que pensaba! - exclamó

- ¿A qué demonios te refieres? - pregunté molesta por su tono burlón

- Vamos Deb, puedes decir lo que quieras pero no tenías esa mirada desde...

- ¡Cállate que no quiero ni oír su nombre! – No lo dejé terminar

- Bueno como quieras, pero me debes una muy grande - dijo agarrando uno de los Cruasánes y sentándose frente a mí.

- Ferran esto es un error...

- ¿Pero qué dices ahora? –preguntó intrigado

- La verdad, yo no puedo... No debo seguir con Dante – dije confundida 

- ¿Por qué? ¿Por qué realmente te gusta verdad? ¿Te da miedo enamorarte de nuevo?- me reprochó

- ¡Pues sí! Con una vez ya bastó para hacerme mucho daño, ¿Por que accedí a venirme  con ustedes?

- Deb, ya lo sé, estuve a tu lado, ¿Recuerdas? Pero no puedes permitir arruinar tu futuro por un incidente del pasado.

- Pero...

- ¡Pero nada! - me cortó - ¿Con cuantos chicos has salido desde lo de Tatte? - me preguntó serio

- Pues con bastantes, tú lo sabes mejor que nadie que los has ido viendo desfilar por aquí cada mañana -contesté a la defensiva

- ¿Te refieres a todos esos tipos con los que entrabas de madrugada y que se largaban antes de desayunar?

Iba a contestarle pero se me adelantó

- Seamos serios Deb. No has tenido una relación seria con nadie desde entonces.

- ¿Jacob?...

- ¡Jacob nada! Es idiota y lo sabías desde el principio - no pude replicarle eso, era verdad.

- Vamos Deb, dale una oportunidad... Sabes que puede salir bien y no me puedes negar que te gusta...

- No - respondí bajito mientras escondía mi cabeza entre mis piernas en posición fetal

- Entonces arregla esa cara, date una ducha y a darle.

El precio de la Fama© (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora