Capitulo Trece.

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- Bueno, ¿Tienes planes para esta tarde?
- No, hasta las once no tengo nada que hacer.
- Perfecto- comentó- Entonces ¿Qué te parece si te invito al cine y luego a cenar algo?
- Me parece un plan ideal.

Subimos de nuevo al magnífico Jeep y nos dirigimos a un cine situado en el centro de la ciudad, donde echaban películas antiguas y nos decidimos por Casa Blanca, que casualmente nos gustaban mucho a los dos, lo cual siempre destacaba “Amor y Virtud”.
Fue una suerte que esa película me la supiera ya de memoria, porque a hermoso momento entre Bogart y Bergman hacían su magnífica actuación yo perdía el mundo de vista y se me hizo imposible concentrarme en la película. Cuando éste terminó nos dirigimos andando a un restaurante que yo conocía. Era un lugar muy acogedor, situado en la playa. Las mesas estaban ubicadas irregularmente y cada una disponía de su propia antorcha que servía de iluminación. Las sillas, a la par que las mesas, estaban hechas de cañas de bambú tallado y disponían de unos cojines muy blanditos que proporcionaban una gran comodidad al afortunado que se sentara en ellos.

-¡Hola Deb! Qué bueno verte de nuevo por aquí
- ¡Hola Sue! Ya sabes que es todo un placer visitaros- Sue era el gerente y propietario del local
- El gusto es nuestro, ¿Dónde te has dejado a la banda?
- En un rato me reúno con ellos, pero quiero presentarte a alguien -dije haciendo notar la presencia de Dante
- Hola, un placer, mi nombre es Dante Crane – dijo con voz de macho
- ¡Hola encantado de conocerte! Los amigos de Deb son amigos nuestros, ¿Verdad Will?
-¡Verdad!- exclamó un chico que estaba situado detrás de la barra. Will era la pareja de Sue y ambos hacían que el Bar/Club/Restaurante funcionara a las mil maravillas
- Pero oye me suena tu cara una barbaridad, ¿Te he visto antes? - inquirió haciendo que Dante se sonrojara
- Es muy posible Sue - intervine - Porque es actor
- ¡Claro! ¡Eres el actor principal de “Enamorado de un Fantasma”! Me encantó esa película, aunque qué manera de llorar con el final
- Si, supongo que el final es algo triste- dijo más rojo aún
- ¿Cómo que supones? ¿A caso no la has visto?- preguntó Sue extrañado
- En realidad no. No veo ninguna de las películas en las que aparezco, eso las convertiría en productos terminados para mí. Opino que en el momento que termina mi trabajo en ella, ya no tengo por qué volver a intervenir. Además, no me gusta verme a mí mismo- dijo tocándose su mentón, sus cejas y sus labios al hablar
- Bueno deja que un experto te diga que te encantaría lo que verías en ella.
- ¡Sue!
- ¡Es la verdad! - se defendió - En fin… ¿Mesa para dos supongo?
- Supones bien
Sue nos condujo a una mesa apartada de las demás, situada cerca del mar, permitiendo que se oyeran las olas al chocar con la arena.
-Bien, aquí una mesa íntima para los tortolitos- nos miro con cara de maldad
- Sue- sentía mi cara caliente
- ¡Está bien ya me callo! ¿Qué quieren para beber?
- Emm… ¿No tendrás un Château Calon-Ségur? - Dijo Dante algo precavido
- ¡Uff! Y encima tiene buen gusto para el vino, ¿No tendrás un hermano suelto por ahí?
- En realidad sí lo tengo - dijo Dante divertido con la conversación
- ¡Pues tienes que presentármelo!
- ¿Y qué diría Will a eso?- intervine
- ¿Sería nuestro secreto verdad? -dijo guiñándole un ojo a Dante
- ¡Por supuesto! - contestó este sin poder evitar su risa
- En fin ahora les traigo la carta- dijo, pero antes de hacerlo se me acercó para susurrarme algo al oído - Que no me enteré yo que dejas escapar a este hombre - dijo
- ¿Qué te ha dicho?
- Me ha dado un buen consejo
- Aaah Y… ¿Piensas seguirlo?
- Por supuesto que sí.

El precio de la Fama© (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora