Capitulo Veinticuatro.

579 57 5
                                    

-¡Ah! ¡Aquí estás! Deb Ven quiero presentarte al productor, Ricardo esta es la chica de la que te hablaba.
- Tienes razón, es perfecta
- ¿Que te dije?- contestó guiñándole un ojo - Bueno Deb, me temo que deberás esperar unos minutos tenemos que rodar un par de escenas antes de que te toque.
- No hay problema, ¿A parece Dante en ellas?
- Teniendo en cuenta que es el protagonista, sería raro que no fuera así ¿No?- me contestó con una tierna sonrisa.
- A todo esto ¿De qué película se trata?
- Bueno se trata de la biografía de Zachary Villalobos
- ¿El destripador más tonto de la historia?
- Él mismo- contestó sonriendo - Ahí viene Dante

Pero entre el grupo de actores que se acercaba no conseguí ver a Dante. De ellos cabe destacar la presencia de una mujer ya de edad, una jovencísima y de otra chica rubia, vestida con una falda a media altura y una chaqueta de franela que me resultaba extrañamente familiar. Lo más curioso es que algunos chicos del elenco le lanzaban piropos algo descarados a los que ella respondía provocativamente, haciendo que todos estallaran en carcajadas.

-Y esa ¿Quién es Dorian?- pregunté intrigada
- Bueno si tú no lo reconoces es que en maquillaje han hecho un gran trabajo - contestó él intentando ocultar su risa, sin lograr conseguirlo.
Entonces la desconocida se me acercó con andares algo torpes sobre esos finos tacones y pude reconocerlo
-¡¿Dante?!
- No, Lana - contestó él guiñándome un ojo, en esa instancia me uní a la carcajada general.
- ¡Está bien! - intervino Dorian- Suficiente provocación por hoy ahora a trabajar
- Como tú digas cariño - contestó Dante muy metido en el papel

Entonces comenzaron a grabar las escenas que eran como poco cómicas ya que una de ellas incluía una especie de danza del vientre que Dante tuvo que hacer disfrazado de Landa, lo curioso era que Zachary era un destripador que le gustaba vestirse con las prendas de sus víctimas y le gustaba exhibirlas en clubes nocturnos. Luego hice mi escena bastante desapercibida y me fui en busca de Dante, me fui recogiendo mis cosas para dirigirme en busca del camerino de Dante siguiendo las indicaciones me habían dado. Poco minutos después ya había dejado atrás la mayoría de los camerinos, de manera que sólo quedaba uno, que se encontraba muy distanciado de los demás. Me acerqué a él y la puerta estaba entreabierta de manera que se me hizo imposible no escuchar la conversación que estaba teniendo lugar dentro.

-¿Por qué no me dejas en paz de una vez? - dijo Dante con voz de fastidio y al oírlo me acerqué más a la puerta para ver con quién estaba hablando. Entonces la reconocí. Un rostro cadavérico con rasgos exóticos y un cuerpo a conjunto,acompañados ambos por unas ojeras considerables. Emilly estaba allí.
- Vamos Dante, ambos sabemos que no quieres que eso ocurra - dijo acercándose peligrosamente a él - Porque lo pasas realmente bien conmigo ¿Me lo niegas?
- No pero...
- Shh, no hacen falta peros - contesto ella acariciando su cara - Quedará entre tú y yo si así lo deseas, pero no recibió respuesta alguna.- Entonces se sacó una bolsita de plástico de la que extrajo una pastillita blanca - ¿La quieres? - susurró al oído de Dante - Ven por ella continuó mientras se la metía en la boca y la dejaba sobre su lengua a la vista de Dante.

Entonces él, sin lograr controlarse tomó su cara entre sus manos para darle un apasionado beso para lograr arrebatarle la codiciada pastilla. Pero lejos de separarse en el momento de conseguirlo, Dante la tumbó encima de la mesa y sabiendo lo que iba a ocurrir me di la vuelta y con lágrimas en los ojos me alejé del lugar tan rápido como pude. Dante me había destrozado el corazón dos veces en tres días y esta vez no podría perdonárselo.
Salí del set sin despedirme de nadie con la intención de pasar desapercibida, pero cuando estaba a punto de alcanzar la puerta de salida la voz de Dorian me detuvo, por lo que tuve que contener las lágrimas un poco más.

- Deb! ¿Oye te encuentras bien? - cuestionó al verme la cara
- Si, tranquilo es sólo que estoy un poco cansada
- A bueno, sólo quería decirte que todos hemos quedado muy contentos contigo y que me gustaría quedar contigo un día de estos, cuando tengas un momento libre, para hablar de tu futuro- Comentó entregándome una tarjeta con su teléfono personal
- Está bien Dorian muchas gracias.-le agradecí sinceramente, el problema era que estaba demasiado triste como para mostrar mi felicidad en ese instante
- Bueno necesitas descansar, así que ve a casa y hazlo, y llámame- dijo dándome dos besos - Por cierto, ¿Está Dante en su camerino? Me gustaría hablar con él- preguntó sin saber el daño que me estaba haciendo inconscientemente.
- Si, está en su camerino - contesté fríamente y mirando al suelo - Pero lo encontrarás muy ocupado
- ¿A qué te refieres?
- Nada Dorian, lo siento

Esas fueron mis últimas palabras antes de salir del lugar para llamar a un taxi que debía llevarme a casa.
Nos encontrábamos ya cerca del destino cuando pude ver tres coches patrulla desde el asiento trasero del taxi que ocupaba.
-Puede dejarme aquí gracias.
- Como quiera, son 11 dólares
- Tenga - dije dándole 20 dólares - Quédese con el cambio

Abandoné el taxi intrigada por la presencia de tanta policía frente del apartamento. Entré en el portal y subí los tres pisos que mi hogar del de los demás vecinos y al llegar al portal me encontré con la puerta de mi piso abierta. Traspasé el umbral de ésta y la imagen que me recibió me dejó estupefacta. Un grupo de policías estaban registrando nuestro piso, dejándolo todo de patas arriba.

-¿Que está pasando aquí?- inquirí algo asustada
- ¿Debora? - preguntó uno a modo de respuesta
- Sí señor, soy yo ¿Que hacen en mi casa?
- Hemos recibido una denuncia anónima que nos alertaba de una posible actividad de tráfico de drogas
- ¡Pero eso es una estupidez! ¿A caso tengo pinta de traficante?- grité ya desesperada por la situación
- Lo siento señorita, pero nuestro deber es comprobarlo
- Como quiera - concluí - Pueden quedarse aquí perdiendo el tiempo, de todas formas no van a encontrar nada
- ¡Señor!
- ¿Sí agente Cortez?
- ¡Lo tenemos señor! – dijo un chico vestido con el traje policial saliendo del cuarto de baño con una pequeña bolsa de plástico.

El precio de la Fama© (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora