Narra Amaia
Por fin empezaba a ver luz a través del túnel que parecía no tener fin.
Hasta que Javier empezó a hablar de nuevo.
— Te vas a Pamplona -dijo mientras miraba a mi madre desafiante- has demostrado que no sabes gestionarte sola y sinceramente estoy cansado de cubrirte las espaldas, te vuelves con mamá -la miró de nuevo buscando la aprobación de sus palabras-
Estaba apunto de erupcionar como un volcán ¿cómo podía ser tan egoísta? ¿que le costaba ver que mi felicidad era esa? ¿por qué no quería a Alfred?
Entre mi caos, mi desorden, el llegar tarde por mucho que me esforzase, el romperme los dedos en el piano tocando alguna melodía cuando estaba enfadada y las palabras no surgían en mi.
Era Yo, más yo que nunca después de mucho tiempo de oscuridad en mi vida y el era incapaz de verlo. Estaba cegado por una irá absurda, cuando el siempre había sido un pilar fundamental en mi vida.
Cuando estaba apunto de soltar toda la clase de palabras por la boca, enfadada y llena de dolor, mi madre empezó a hablar mientras Alfred mantenía firme su mano con la mía, inmóvil ante todo este circo absurdo, preparado para un nuevo ataque.
Mi padre me era el único que me comprendía, éramos tan parecidos a pesar de compartir la mayor parte de mi apariencia física con mi madre. El era el único que sabía como me sentía y mi manera de ver el mundo.
El haber sido violada no me convertía ni mucho menos en una inútil, si tengo que demostrar a capa y espada que se lo que hago lo haré. Mi principal motor será él porque a la música ha sido casa desde siempre, hasta que llegó él, convirtiendose en casa, en todo.
— Nadie se va a ir a ninguna parte Javier, ya no tienes cinco años, reacciona -dijo señalando a Amaia y Alfred que se mostraban impasibles, mientras Javier negaba- tu hermana se ha enamorado -dijo con una leve sonrisa, intentando buscar el perdón de su hija por el mal rato que le hizo pasar- siento haber estado tan ciega hija -acarició su pelo- eres mi bien más preciado junto con tus hermanos -echo un vistazo rapido-
— Jo mamá -dijo entre sollozos mientras abrazaba a su madre-
Angela que era igual de sentimental que su madre no pudo reprimir sus ganas de unirse al abrazo.
— Sois unas blandas -bromeó Angela provocando la risa de su madre y su hermana- siempre terminamos llorando -rieron más fuerte-
Cuando se calmaron lo suficiente como para terminar de hablar continuaron con la charla, ante un Javier y un Rubén claramente molestos.
-Pues yo estoy con Javi -pasó su mano por encima de su hombro, gesto que no agradó del todo a Javi. Nunca le había caído bien del todo- Amaia en Barcelona corre peligro -trato de sonar lo más convincente posible- podría volver a pasar...
— No -dijo Alfred de forma cortante y severa mientras daba un paso al frente en dirección a Eugen- jamás mientras ella me permita estar a su lado -miró a Amaia buscando la aprobación de sus palabras-
Amaia al oír la declaración de intenciones de Alfred se le derritió el corazón de ternura. Parecía un niño de dos años defendiendo a su amiguita del cole. Estaba tan seguro, tan serio, sintiendo lo que decía con un amor inmenso hacia ella que no pudo evitar empezar a sollozar de nuevo.
— Ami -dijo su hermana enternecida mientras limpiaba una lágrima que surcaba su mejilla-
— Es un sol -dijo refiriéndose a Alfred- desde que lo conocí no ha hecho otra cosa más que cuidarme y todos -dijo señalando uno por uno, menos a su hermana- lo habéis juzgado sin razón.
Alfred estrujo un poco más su mano y dejó un suave beso en su pelo.
— Le puedo asegurar señora que mi última intención con Amaia es la de hacerle daño. Se que vive con miedo como toda madre y es normal pero también me comprometo a que Amaia mejore sus notas del Conservatorio y acabe el grado de piano como la mejor pianista de toda España -le dedicó una sonrisa-
— Lo se hijo -se acercó para acariciar su hombro- siento haber estado tan ciega. Y tú Javi -dijo seria- creo que le debes una disculpa a todos por tus formas, y Eugen aquí nadie corre peligro.
Javi se disculpó de una forma cordial con Alfred mientras Angela daba pequeños saltitos de alegría por su hermana y por su recién estrenado cuñado. Fue corriendo a donde estaban para abrazarlos.
— Pues a mi sigue sin gustarme este tipo Ami -se cruzó de brazos y empezó una guerra de miradas con Alfred-
— Eugen -dijo paciente- hemos tenido suficiente ya por hoy, no quieras provocar más incendios ¿si? -a regañadientes obedeció.
— Bueno y para celebrar la paz ¿que os parece si comemos todos juntos en casa con unas pizzas? -dijo Angela feliz por su familia-
Todos asistieron, Javi cruzó un par de palabras con Alfred y se dieron la mano en señal de paz.
— Cuida la mucho, vale su peso en oro y no merece más dolor -dijo sereno y en son de paz y sin más se fue a la cocina a hacer el pedido-
Alfred se quedó en el salón poco después de que Amaia y su hermana fueran al baño a lavarse la cara. Habían estado llorando y llevaban según ellas una cara espantosa.
Justo cuando iba a poner rumbo a la cocina que era donde estaban todos, alguien se interpuso en su camino.
— Tranquilo catalán -dijo con sorna mientras empezaba a colocar la ropa de Alfred como si fueran amigos de siempre, después del tropiezo- te estaré vigilando, no me creo tu cuento de niño bueno. Cuidado por donde pisas
Y sin más se fue.
______________________________________
Holaa me vais a matar y con todo el derecho pero entre que seguimos de obras y este tiempo me tiene entre gripe y gripe no veía la forma de acabar el capítulo como yo quería.
Sólo me pasaba por aquí para disculpar y daros las gracias a todxs 💕🦄😍🌼.
Espero que os guste y ya sabéis para hacérselo saber dadle a la estrellita y dejadme vuestros comentarios que me encanta leeros.

ESTÁS LEYENDO
¿Y si fuera ella?
Fanfiction¿Qué es realmente el amor? Adentrate en esta historia y descúbrelo con ellos.