Imprevistos de última hora

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El sol brillaba, apenas habían nubes y gente a esa hora en la playa del Prat, por ser un día laboral. Amaia y Alfred estaban viviendo lo más parecido a una ensoñación, jugaban como dos niños que se acababan de conocer y se necesitaban el uno al otro para calmar su huracán de emociones.

-Lo siento -musito Amaia apartándose suavemente de sus brazos, con una risa nerviosa-

Una ola había hecho caer a Amaia sobre Alfred, este estuvo tentado a probar de nuevo de sus labios pero la chica se le había adelantado y no pudo hacer caso a sus sentidos, que le pedían a gritos que no se alejara de ella.

- Tranquila -dijo con la mejor de sus sonrisas intentando demostrarle que todo estaba bien-

De pronto escucharon como una señora de fondo gritaba desesperadamente a las pocas personas que se encontraban en la playa. Alfred y Amaia se giraron casi al unísono buscando en la arena de donde provenían los gritos, hasta que vieron a la señora señalando a un chico de unos 16 años que estaba rebuscando entre unos bolsos.

-Mierda Amaia, nuestras cosas

Alfred salió corriendo del agua y se dirigió hacia donde estaba el chico pero este se echó a correr. Intentó alcanzarlo pero le fue imposible, en un abrir y cerrar de ojos el chico ya no estaba. Volvió a la toalla donde estaban sus cosas y se encontró a una Amaia preocupada, estaba recogiendo el desastre que había hecho el ladrón rebuscando entre sus cosas y las de Alfred, pero antes fue a darle las gracias a la mujer que los había avisado.

Era una persona bastante mayor, de unos 60 y pico largos, le agradeció lo mejor que supo, tampoco pretendía que a esa edad fuera tras el chico.

-Hey -le acarició tiernamente el pelo que aún estaba mojado y se puso de rodillas para estar a su altura- todo esta bien Amaia -dijo al ver que en sus ojos las lágrimas amenazaban con salir-

-Nada esta bien, mira esto -dijo señalando todo lo que estaba tirado-

-¿Te falta algo? -empezó a recoger sus cosas y a comprobar si le faltaba algo-

-No... creo que no -termino de recoger y seguía sin mirarle-

-A mi tampoco -sonrio, pero ella no le devolvía ni la mirada ni la sonrísa-

Alfred se quedó unos segundos mirándola mientras ella estaba en su toalla abrazando sus piernas y mirando el mar. Entendió que no era nada con él, sino que simplemente estaba asustada.

No es nada agradable encontrarte a alguien hurgando en tus cosas.

Se puso detrás de Amaia con sus piernas a cada lado de ella y tiró de ella hacia el para abrazarla, en un principio ella se tensó al sentir su piel junto a la de ella, pero conforme pasaba los segundos su cuerpo se iba destensando y empezaba a corresponder el abrazo.

Una de las tantas cosas que le volvía loca de Alfred era su aroma, el cabrón olía muy pero que muy bien, pensó Amaia para sus adentros mientras el seguía abrazándola.

-¿Mejor? -dijo en un susurro cerca de su oído-

-Si -respondió tímidamente, todo su cuerpo se había erizado- lo siento, me bloquee al ver nuestras cosas esparcidas y tú corriendo tras el...

Alfred no dijo nada, se limitó a besar su cabeza, Amaia en ese momento decidió darse la vuelta y mirarlo a los ojos, era tan perfecto. Su ojos, su pelo, las paletitas separadas y ese lunar en su mejilla, ni en sus mejores sueños habría imaginado un hombre tan perfecto como el que tenía delante.

Sus mirada tenía un brillo especial, que poco a poco se fue transformando en deseo y ganas, ganas de comerse el uno al otro. Amaia no podía quitar su mirada de aquellos ojos negros que querían comérsela pero había algo que le llamaba aún más, sus labios.

El día de la pizzería había sidio ella quien se había lanzado a la boca de el pero esta vez fue al revés, Alfred dirigía su mirada desde los ojos de Amaia hasta sus lábios como queriéndole contar cual era el siguiente paso, repasando cada centímetro de su cara con su pulgar, dejando suaves caricias.

No se pudo contener más, después de unos segundos que para ambos se convirtieron en una eternidad Alfred atrapó su labio con los suyo y ella no pudo reprimir un gemido ante la intensidad del momento. Hacia solo un día que se había besado y ya necesitaban ese beso como si hubiesen pasado siglos de por medio.

Amaia puso los brazos al rededor del cuello de el para profundizar el beso mientras el la sujetaba de la cintura y ponía sus manos en su espalda desnuda. El contacto de sus labios y de las manos del chico en su espalda hacia que las pieles de ambos ardieran. El beso ya no era dulce como el del día anterior, este era diferente y mas intenso, cargado de sensualidad y deseo de más.

Ambos se besaban como el que necesita el oxígeno para respirar o el agua para vivir.
Tenían claro que tenían aún otra conversación pendiente.¿Es solo un calentón? ¿de verdad estaban enamorados? ¿les gustaba jugar con fuego? ¿estaban dispuestos a sufrir? un sin fin de cuestiones que tarde o temprano saldrían a flote.

Amaia y Alfred estaban sumidos en su beso, en las caricias y en sentir el contacto del otro, tanto que se habían olvidado de donde estaban y habían perdido la noción del tiempo.

Se oían unos murmullos de fondo y unos pasos firmes que iban en su dirección, Amaia juraría que sabía de quien se trataba esa voz, pero estaba tan pendiente de Alfred que decidió ignorarlo por completo.Hasta que alguien detuvo el momento en seco.

-Perdón -se oía un carraspeo de una chica y ambos se separaron sobresaltados- siento parar vuestro morreo pero por aquí te buscan Amaia -dijo irónicamente y casi escupiendo veneno en cada una de sus palabras-

-Amaia lo siento - dijo Aitana con cara de circunstancia- yo... te juro que no sabía nada de esto-

Pero había alguien más.

No podían creer a quienes tenían delante, con lo grande que era la playa del Prat y tenían que encontrarlos precisamente a ellos, interrumpiendo el momento.

Amaia se quedó blanca y casi sin respiración al ver una mirada que ella conocía perfectamente. En sus ojos se podía ver claramente el enfado y la decepción.

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Holaa, espero que estéis todos muy bien, la historia empieza a caminar y a coger su rumbo. ¿Quién será la tercera persona que acompaña a las chicas?, una de ellas es Aitana pero ¿y la otra?.

¿Por qué Amaia se habrá quedado tan sorprendida?, contadme en los comentarios, que os parece, que os gusta más y que os gustaría que pasara.

Os subo el capitulo ya porque después me pondré a ver el ConciertOT y el especial de Comando Actualidad, y supongo que muchos también haréis lo mismo. Sabiendo que acaba todo tan tarde os lo dejaba ya y así podíais disfrutar tranquilxs 🐠.

Si os gusta dadle a la estrellita y hacédmelo saber en los comentarios.

Que el amor, la música y las luces os sigan siempre💞💖💐. Hasta más ver :)

¿Y si fuera ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora