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A Pame le habían estado tomando las fotos por todo el edificio, en las diferentes plantas que lo componían y le habían cambiado el atuendo alrededor de 5 veces. No se sentía agobiada, le gustaba estar bien vestida, le había cansado el hecho de estar de aquí para allá.

-Es la última sesión, por favor cambienle el cabello- Y a si lo hicieron, comenzaron a pasarle sujetadores y pinzas para hacer que su cabello se viera diferente.

A Ken le había tomado menos de cinco minutos encontrarla, había estado en un piso donde una de las habitaciones mas grandes era una sala de descanso llena de sillones y plantas, daba el aire de ser alguna recepción de un hotel caro.

Ahí estaba el, detrás de una planta falsa con medio cuerpo entumesido por adoptar una posición algo incómoda. Y allá estaba ella, agradeciendo a todos los que la rodeaban y posando para las últimas fotos del día.

A Ken también le sonaron las palabras de Leo en la cabeza, ¿cómo no hacerlo?, esa chica era perfecta, a sus ojos todo en ella estaba bien, era alta, de piel sedosa, cabello único y grandes ojos con unas enormes pestañas, definitivamente se había enamorado de ella. No le iba a importar que probablemente Hakyeon lo regañaría si se enterara que le gustaba la chica nueva.

Estaba dispuesto a tomar ese riesgo.

-¡Gracias a todos, de verdad!- todo mundo se despedía y Pame se dirigía a la puerta con la esperanza de no encontrase a nadie, y menos a un Ken detrás de una planta.

-¿Te encuentras bien?- su voz había sonado tan cerca que hizo que diera un brinquito.

-Claro, ¿y tú, que tal la sesión?- sus palabras sonaron algo atropelladas y había jurado que la vio sonreír.

Pame divaga con la mirada viendo como todo el apoyo del staff estaba recogiendo las luces y miraba las fotos recién tomadas- Fue cansado, me divertí mucho.

-Me alegro, ¿estás libre ahora?.- Ken de verdad quería y anhelaba estar a solas con ella.

-Ahora si, iba a reunirme con Andy, creo que también ya acabó su sesión.

-Bueno, en ese caso te guío.

Los dos tomaron camino hacia el piso de los estudios y de la sala de baile. Pame también estaba anhelando un momento a solas con el, también había comenzado a sentir atracción, algo que había olvidado como se sentía.

La puerta del elevador se abrió y los dos caminaron hacia la sala de baile, al entrar, Pame lanzó un gruñido al no encontrar a su amiga dentro.

-Podríamos esperarla, a lo mejor y su sesión todavía no acaba- Ken le había dicho cerrando la puerta y yendo con Pame a sentarse sobre el piso.

Ella lanzó un suspiro de cansancio, después de todo, no había dormido casi nada. Le ardían los ojos y por inercia se le cerraban de vez en cuando, luchaba contra el sueño, era algo superlativo para ella, podía dormir donde sea a la hora que fuera, pero ahora tenía al chico de frente a ella preocupándose por la cara de cansancio que traía.

-¿Te sientes bien? Te ves agotada.

-Lo estoy, es mi primer día trabajando oficialmente aquí y ya estuve cinco horas modelando- dice con su típico tono bajito. Ken se sentía culpable, fue su idea de jugar a las preguntas en la madrugada y ahora su amiga se encontraba a punto de dormirse.

-Perdón...- dice sin pensar, Pame deja a un lado el cansancio para concentrar su atención sobre el.

-¿Porqué la disculpa?

-Si yo no hubiera hecho ruido en la madrugada no te hubieras espantado y tampoco nos hubiéramos quedado hablando tanto tiempo, así que lo siento.

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