Polos Opuestos

~28

Aquella tarde cayó una poderosa tormenta, la temporada de lluvias se había intensificado con el paso de los días, durante las mañanas las esponjosas nubes se habían transformado en rayones grises pintados a lo largo del cielo y por las noches el frío traspasaba las puertas y ventanas congelando todo a su paso.

Había pasado exactamente una semana desde que aquella tarde se le notificó a las chicas que después de su presentación en el concierto ya no serían parte de Jellyfish y mucho menos parte del grupo VIXX. El ambiente entre todos se había puesto lejos tenso, triste y agotador, pasaban los días y las comidas se volvieron silencios incómodos, las noches en vela que pasaban las chichas preguntándose que habían hecho mal, Leo y Ken habían tratado de seguir a su lado pero ellas parecían no estar ahí, Hakyeon arreglaba las miles de juntas que estaban ajustadas para que todo quedara perfecto y para Hyuk, su peor pesadilla se había vuelto realidad.

-La comida quedó deliciosa hyung.- le dedicó una vaga mirada a Leo quien todavía tenia el delantal puesto, Leo asintió sin decir nada.

Comían en silencio, el choque de las cucharas contra los tazones y los suspiros apagados llenaban el comedor. Hyuk sabía que había hecho mal, esa tarde se quedó petrificado ante todo el alboroto, de nuevo, frustró la paz del grupo y les robo el éxito que estaban obteniendo, todo por un capricho.

Eres genial Hyuk

La puerta del departamento se abrió de golpe dejando ver al líder exhausto y hambriento, cargaba una pesada chamarra de invierno y el tapabocas solo dejaba a la vista sus afilados ojos, recientemente más cerrados de lo usual. En ese momento las chicas de manera rápida y ágil colocaron sus tazones en el lavaplatos y salieron del comedor evitando el contacto con el líder, N entró al comedor y sin quitarse nada se dejó caer sobre su asiento.

-Tengo buenas y malas noticias.- dijo con su voz amortiguada por el tapabocas, las miradas fueron a caer sobre el.

-Primero las malas.- dijo Hongbin .

-Somos uno de los grupos más esperados a presentar en el concierto.-comentó.

-Como siempre.- Hyuk dijo desde el otro lado de la mesa recibiendo la mirada del líder.- No entiendo como eso es una mala noticia.

-La buena noticia- dijo ignorando al menor.- es que las chicas tienen su propia categoría mas aparte de estar con nosotros y también son nominadas por ser el acto fresco del año.

Hyuk no entendía el pensar de sus hermanos, seguían contentos con ellas apesar de que en algunos días ellas ya no estarían con ellos. Cada uno decidió irse a sus respectivos cuartos mientras que Hyuk se quedó ahí viendo como su líder miraba el tazón de comida humeante.

-Puedo preguntar- dijo sin mirarlo.- ¿Qué te hicimos?

La pregunta del millón, Hyuk le sostuvo la mirada unos segundos antes de contestar.

-Nada.

-Entonces porqué.- la voz tembló unos momentos antes de avanzar- Habíamos logrado tantas cosas, pudimos estar en los primeros puestos, porqué...

No pudo continuar y las lagrimas recorrieron sus mejillas cayendo sobre la mesa. No lo entendía, nadie entendía nada esos días. Se limpió lo que quedaba de lagrimas dentro de sus ojos, sorbió su nariz y se quito la pesada chamarra para que la poca calidez que quedaba dentro del departamento lo llenara.

-Pospuse mi servicio militar para darles una oportunidad.- directo en el clavo.

Olvidó eso, olvidó que cuando comenzó el proyecto se había hecho como último factor antes del enlistamiento de Hakyeon, era la última forma de que VIXX dejara marca en la historia de la música.

-Yo no...

-Yo sé que no lo pensaste bien, pero también sé que no te arrepientes de nada, al menos no ahora.- dijo, tomó el tazón y se levantó de un jalón- Temo que no te haya dejado nada el vivir como grupo todos estos años.

Salió del comedor y a lo lejos escuchó como cerraba levemente la puerta de su habitación, Hyuk no se había dado cuenta de que se había puesto tenso y había apretado la cuchara dentro de su mano.

Cerró los ojos unos segundos y respiró profundo.

Habían pasado juntos años maravillosos, es verdad que nunca pudieron ascender a los primeros puestos pero eso no importaba mientras estuvieran juntos, ¿no? Siempre lo estarían, siempre.

Volvió a escuchar la hermosa sonata, aquella que escuchó ese día e hizo que dudara de sus acciones, cruzó el pasillo y colocó su oreja cerca de la puerta, el violín sonaba roto y el piano cortaba las notas mucho antes de alargarlas. Tuvo ganas llorar.

Se sorprendió a si mismo, no había llorado en todo este tiempo, pero ahora al escuchar a Pame y a Andy tocar la hermosa canción su corazón dio un vuelco y la culpa le trepó por la espalda.

Curioso, se dijo a sí mismo.

Curioso de que ahora él mismo se esté diciendo mentiroso y traidor.

Curioso porque ninguno, ni si quiera las chicas lo habían llamado así.

Nadie le dijo que él tenía la culpa, al menos no de frente.