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Mina era casi dos o puede que tres centímetros más baja que Andy, sin embargo el cabello le llegaba a la cintura y parecía tener aires de grandeza.

Cuando se paró delante de la mesa donde ellos estaban sentados las manos de Taekwoon le apretaron tanto las suyas que se pusieron blancas.

-¿Cómo te va querido?.- las ganas de reír se le subieron a la garganta. Andy era altanera y orgullosa, sin embargo no había dicho nada.

Leo respiró profundo algunas veces para contestar.

-Bien.- fue lo único que dijo.

Ahora Leo no tenía la cara sin expresión ni frialdad. Había cambiado en tan sólo cinco segundos, el Taekwoon que conoce se esfumo dejando a alguien con miedo y completamente indefenso.

-Ya veo, ¿y tú, quién eres?.- el tono que utiliza es demasiado dulce que llega a empalagar de tan sólo escucharlo.

-Andrea, soy nueva en la compañía y...

-¡Ah claro! Las caras bonitas.-

Pame no estaba ahí para detenerla, sacó una de sus manos, claro que la iba a frenar, tenía que hacerlo.

Pero Leo le suplicó con la mirada que no lo hiciera, que no la tocara, y se aferró a un más a sus manos.

- Soy Mina, Yoo Mina, y en algún momento fui la pareja de Taekwoonie.- Su mano fue a parar a uno de los hombros de Leo causándole escalofríos.

-Fuiste, ya no...

-¡Pero si nos llevamos bien!

La tal Mina sacaba de sus casillas a Andy, y es que de no ser porque estaban en un lugar público y porque Leo casi le pide a gritos, se le hubiera ido a los golpes.

¿Quién era para que Leo bajara la guardia de esa forma?

Lo iba a descubrir cueste lo que cueste.

-Taek mira la hora.- gran escapatoria- Hakyeon debe de estar preocupado, disculpa tenemos un horario muy ajetreado.

Se paró dispuesta a irse, tomó las sudaderas y sujetó fuertemente a Leo.

-Gusto en conocerte.- había aprendido que en Corea los desconocidos recibían una reverencia por parte suya, sin embargo ella no es coreana y ni de chiste iba a mostrar respeto ante tal mujer.

-Eres una maleducada.-

-No es mi país, lo siento mucho.- y terminó con una sonrisa amplia lo que hizo enfurecer a Mina.

Sacó a rastras a Leo de ahí y juntos caminaron calle abajo.

-Andy yo...

-Llegando al dormitorio quiero que me cuentes.- Leo tuvo que desviar la mirada, no quería contarle nada, era vergonzoso.

-Está bien.- ¿Porqué lo hacía?

-No sé quién haya sido ella para ti, pero se nota que no estás cómodo con su presencia, tranquilo no va a pasar nada.

De nuevo sintió que estaba bien con Andy, ella era la indicada. Una sonrisita adorno sus labios y apretó su mano con la de ella.

Ken sentía como si su mundo se le viniera abajo en cuestión de segundos

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Ken sentía como si su mundo se le viniera abajo en cuestión de segundos.

¿Que haría? ¿Salir corriendo cual cobarde?

O tener que enfrentar a la persona que más daño le causó.

-Hola Sana... tanto tiempo.- tenía un nudo en la garganta lo suficientemente grueso como para hacerlo tartamudear.

-Tanto tiempo.- repitió ella con sus ojos posados sobre los de el. Tenerla tan cerca le causaba escalofríos.-¿Cómo te ha ido? cuenta cuenta, no seas tímido.

De verdad, quería salir de ahí.

Pame se acerco a paso rápido, sentía esa vibra de que algo no andaba bien desde que vio en la distancia a Ken tratando de evitar cruzar miradas con aquella chica, el no es así, Ken es amigable y abierto con todos.

¿Quién es ella?

-Ken, ¿todo bien, nos vamos?.- al llegar junto a el definitivamente supo que el ambiente se ponía tenso, la chica, que por el momento no sabia su nombre lo miraba como si quisiera comérselo vivo, no era odio, era deseo.

Y eso la enfurecía.

-Claro Pame, yo llevo el vestido.

-¡Que bello vestido! ¿tu te lo pondrás?.- Ken tuvo que cerrar los ojos para suprimir esos impulsos de querer simplemente darse la vuelta he irse.

Pame lleva viviendo con Andy cerca de 6 años y dos de las valiosas cosas que su mejor amiga se empeñó en enseñarle fue, uno, nunca quedarse callada, y dos, proteger lo que es suyo, no importaba que en ese preciso y mal momento Ken no era oficialmente suyo pero al diablo las formalidades, al diablo la chica, al diablo todo aquello.

Y le tomó la mano tan fuerte que sus diferentes temperaturas se acoplaron al instante.

-¿Tú quién eres?.- directo al grano Pame, nada de niña bien.

-Lee Sana, ¿y tú?

-Pamela Goitia.- Sana la miró raro, de una forma celosa, dominante.

-Lindo nombre, extranjera, pálida y con ojos grandes, eres linda.

"¿Y ese comentario qué?" Ken pensaba mientras veía como Pame una vez más le salvaba el trasero, la primera vez fue cuando se quedó dormido comiendo una hamburguesa a mitad de semana de promociones sobre el sofá, Hakyeon lo hubiera castigado e incluso quitarle el poder comer rámen instantáneo, pero ahí estaba Pame, siempre estaba ahí.

Siempre era Pame quien llegaba en sus peores momentos.

-Vámonos Ken, le prometimos a Hakyeon llegar temprano.- tomó su bolso y se sujetó del antebrazo de Ken.

-Si, vamos.- se dieron la vuelta y juntos se fueron dejando a Sana desconcertada detrás de ellos quien antes dejó a Ken de una manera despiadada pero ahora le llamaba la atención porque estaba con una bella extranjera y por que claro, se le veía feliz y contento a su lado.

- se dieron la vuelta y juntos se fueron dejando a Sana desconcertada detrás de ellos quien antes dejó a Ken de una manera despiadada pero ahora le llamaba la atención porque estaba con una bella extranjera y por que claro, se le veía feliz y cont...

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SALSEOOOO






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