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Mientras los días pasaban las cargas de trabajo se intensificaban y eso significaba menos tiempo para verse entre ellos.

Las chicas pasan día y noche dedicadas a sus solos ya que las dos tenían diferentes enfoques en sus canciones, mientras que Pame pasaba horas tocando el piano y cantando en el estudio Andy repasaba una y otra vez las coreografías que tendría que hacer.

Los chicos tenían que preparar las coreografías grupales que se presentarían, ésta vez tienen la oportunidad de mostrar el nuevo álbum por lo tanto decidieron tocar el título mismo con otras 2 canciones que en su tiempo fueron un éxito.

Y mientras cada vez la fecha estaba cerca, todo se venía,las entrevistas, los vestuarios, los pregrabados, los fans, las presentaciones, el público esperaba juzgar a aquellas dos latinas que lograron impactar el mundo de la música.

Y eso las estaba comiendo por dentro.

Las teclas dejaron escuchar un espantoso acorde sobre el piano y sus pálidas manos comenzaban a temblar.

¿Cuál acorde es el que busco?- Pame se preguntaba una y otra vez, seguía tocando la misma parte, el coro, pero ningún acorde se escuchaba tan bien.

Intentaba un C menor, muy grave.

Un Fa mayor, muy ayudo, tal vez alguno sostenido, tendría que modificar la letra para alargar la nota.

Dejó escapar un quejido, miró la hora que marcaba su celular, 10:30 de la noche exactamente, no sabía cuanto tiempo había estado ahí.

-Debería comer algo.- decidida salió del estudio. Caminó por los pasillos de la empresa, ya era tarde y no sabía si los chicos seguían estando por ahí, divisó  a lo lejos una máquina expendedora y con el poco cambio que poseía saco dos barras de avena, porque claro, iría a ver a su mejor amiga.

No tardó en encontrarla en el estudio de baile, con la música al tope y ella dando de cara al espejo. Esperó a que Andy terminara de bailar, sus movimientos era casi siempre certeros y fluidos, la canción terminó y para sorpresa de Pame ella se dejó caer al suelo.

-Sigue sin salirme.- dijo al aire pensando que nadie la estaba escuchando. Pame dio tres golpes en la puerta anunciando su llegada.

-¿Gustas?.- le dijo lanzando la barra la cual cayó agilmente en las manos de Andy para luego ser literalmente devorada por ésta.

-¿Cómo va el sólo?.- Andy le preguntó aún con sus ojos clavados en la barra, o lo que quedaba de ella.

-Del asco, no sale como quiero,no encuentro la nota adecuada y el acorde se rompe.- Pame se había sentando junto a ella de frente al espejo, sólo ahí notó el calor y la bruma que tenía el estudio- ¿Cuánto llevas bailando?

Los ojos de Andy dieron con los suyos- No lo sé, horas quizá.

-Deberías ir al dormitorio.

-Lo mismo digo.

Se quedaron un momento calladas sintiendo el silencio, Andy se paró del piso para ir a poner de nuevo la canción.

-No tienes que repetirla, está perfecta,te vi bailarla.- le dijo Pame.

-Aunque la veas bien, desde mi perspectiva parece que bailo a lo tonto, sólo pienso en hilar cada paso pero no en hacerlo perfecto.- le contestó con los ojos en su celular.

- Si claro.- le dijo molesta, son ese típico tono de cansancio que sólo Andy podía distinguir en su hablar, sus ojos nuevamente fueron a dar en el espejo viendo como su pálida piel se fundia con el tono rojizo apareciendo en sus mejillas.

Polos Opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora