Capítulo 81: Cuando la vida sucede [PT.1]

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Lexie no podía seguir aguantando más y no entendía por qué justo ese día Nick se estaba demorando más de la cuenta en la oficina. Adán había ido a comprar unos materiales que necesitaba para el colegio, por lo que estarían solos y esa sería una buena oportunidad para sincerarse con Nick. Lo amaba, pero no podía verlo como nada más que un amigo y su corazón se había quedado con el médico que ya no estaba en su vida.

No dejaba de caminar por la casa impaciente mientras esperaba, su cabeza no dejaba de dar vueltas. No sabía por dónde empezar y se imaginaba un montón de escenarios, entre ellos a Nick lanzándola por la ventana por más imposible que eso fuera.

—¡Lex, ya llegué! —la voz de Nick resonó por todo el departamento y ella se quería esconder pero no podía hacerlo. Sabía que lo lastimaría pero también sabía que él tampoco seguía enamorado de ella como antes, desde mucho antes de que muriera Cielo lo suyo se había acabado y ambos lo sabían incluso cuando se decidieron dar la segunda oportunidad.

—Hola, Nick. ¿Cómo estuvo tu día?

—Tranquilo, sin mucho que hacer —dejó el maletín en una silla y la observó con atención, algo le pasaba. Hacía días que andaba extraña y en el fondo él sabía por qué pero estaba esperando a que ella se lo dijera—. ¿Estás bien?

—¿Yo? Claro, ¿por qué lo preguntas? ¿No me veo bien?

—¿Qué pasa, Lex? Cuando estás nerviosa comienzas a hablar más rápido de lo normal. ¿Pasó algo con Adán?

—No estoy nerviosa —contestó ella y se fue a la cocina para evitar mirarlo a los ojos, la conocía demasiado bien—. ¿Tienes hambre?

—No, quiero saber qué te pasa.

Ella soltó un largo suspiro y volvió a la sala, se sentó en el sillón y Nick hizo lo mismo, sería una larga charla.

—Nick, necesito hablar contigo —comenzó sin quitar la mirada de sus manos inquietas, Nick sabía lo que diría, varías semanas atrás se había dado cuenta pero quería esperar a que ella se encontrara preparada. Aun así, decidió darle una pequeña ayuda.

—¿Cuántos meses tienes? —preguntó y Lexie lo miró sorprendida, con la mandíbula desencajada.

—¿De qué estás hablando?

—Por favor, Lex. Puedes engañar a cualquiera pero no a mí. ¿Olvidas que pasamos dos embarazos juntos? Supongo que aprendí a notarlo. Ni intentes hacerme creer que me equivoco porque te conozco más de lo que estás dispuesta a aceptar.

—Cinco meses —confesó ella sabiendo que ese número cambiaría todo. Nick lo comprendió enseguida, no había forma posible de que el bebé fuera de él. Lexie dio un largo suspiro y luego rompió a llorar—. Lo siento tanto, yo no sabía...

Nick se acercó a ella y la rodeó con sus brazos, sabía que existía esa posibilidad y de alguna forma no lo tomó por sorpresa. Estaba muy lejos de odiarla, al contrario de lo que ella creía.

—No lo sientas.

—Esto no debería estar pasando —sollozó en su pecho—. Estoy traicionando a todos, a ti, a Cielo. Perdóname, por favor.

—No estás traicionando a nadie, Lexie, mírame —tomó su cara para que lo mirara a los ojos, nunca había hablado más en serio en su vida—. Hace cinco meses nosotros no estábamos juntos, no me traicionaste. Y menos a Cielo, ella querría que siguiéramos con nuestras vidas. ¿Crees que no le gustaría ver a su mamá con ese brillo en los ojos que tienes cada vez que sostienes un bebé en tus brazos?

La vida sucede (LIH#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora