Sus manos temblaban, no sólo eso, todo su cuerpo.
Se sentía nerviosa, incómoda, al mismo tiempo que deseosa y excitada.
Layla Summers nunca había tenido novio, carecía completamente de experiencia respecto a cualquier tema pasional. Sólo conocía lo de esas charlas de educación sexual y... El lemon en los fanfics y mangas que solía leer.
Y sin embargo ahí estaba... casi desnuda besándose con aquel ¿Chico? ¿Hombre? ¿Ser?
Sonrió nerviosa separándose de aquel beso.
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Cell era un caso curioso, no tenía mucha idea de que hacía... Sólo seguía sus instintos. Quería tocar toda extensión de piel de esa chiquilla sin embargo en repetidas ocasiones está le quitaba las manos poniéndose muy roja.
Su paciencia se iba agotando poco a poco. La sujeto por los hombros con apenas fuerza mientras besaba su cuello.- Ahh... N- no estoy segura... - murmuró Layla tratando de hacer distancia.
—No te estoy pidiendo permiso— dijo pegándola más a su cuerpo, esa sensación le enloquecía. Sus manos grandes y blancas tocaban el cuerpo de la muchacha; sus muslos, sus piernas , levantaba aquella playera disfrutando del tacto de su piel suave.
La chica se revolvía en sus brazos tratando de soltarse de manera persistente, sin embargo Cell hacia caso omiso, llegó un punto donde este coló su mano bajo su ropa interior apenas desplazando un poco ese trozo de tela delicada.
Cosa a la que la chica reaccionó al instante dando un respingo. Tomo su brazo como alejandolo.
Cell no entendía ¿Lo estaba rechazando? Su expresión paso a ser de indignación.
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Respiraba agitada, se acomodo la playera mientras se levantaba, dio la vuelta echándose un poco de aire con la mano — Sólo dame un momento... — dijo
Cell la miraba con enfado pero se mantuvo inerte.
Layla suspiró antes de sentarse a su lado mirando al suelo finalmente subiendo la vista a esos ojos color rosaseos.
— Será mejor que te dejes de tonterías... — soltó él.
— No, no son tonterías. — frució el ceño — Sólo es que no estoy lista. — dijo antes de retomar. — Tu... me gustas mucho y siento cosas. — tomo su mano entre las suyas.
Cell no parecía comprender ciertamente.---- -
Estaba confundido. Sí ella correspondía a sus sentimientos ¿Por qué no le permitía seguir?
Debería sentirse agradecida de que un ser perfecto, casi un Dios, le eligiese a ella una mocosa sin poderes.
Soltó su mano levantándose del sofá.
—Oye, no tienes que irte; podemos jugar a algo, conversar o ver vídeos, quizá te guste un grupo que... —
No la dejo continuar, a decir verdad en ese momento no le interesaba ninguna de esas cosas, sentía una gran frustración dentro de si, eso aunado a un ansía, semejante a un hambre que clamaba con ser satisfecha.
—¿Cell? No te enfades. — suplicó un poco la peliroja mientras lo seguía por la habitación. Éste se detuvo volteando apenas a mirarla.
— ¿Cambiaste de opinión?— preguntó dispuesto a darle una oportunidad sin embargo ella negó.
— Sólo quiero que te quedes un rato más. — dijo como una niña pequeña tomando su mano.
Guardo silencio antes de inclinarse hacia ella.
— Escucha bien lo que te diré pues no pienso repetirlo; soy muy persistente cuando se trata de tener lo que quiero. — comenzó — Prueba de eso, que fui capaz de acabar con miles de vidas humanas, así como de destruir poblados con tal de perfeccionarme... — suspiró con una sonrisa enigmática.
—¿Que quieres decir? — preguntó la joven.
— El punto, mi querida Layla, es que hay algo que deseo en este momento; algo que arde dentro mío como nada en el mundo y por lo que veo no lo conseguiré aquí. — decía con un dejo cruel.
Layla negó despacio, incrédula, sus ojos empezaban a ponerse vidriosos.
— Ahora, será mejor que me vaya, buena noche, mi mascota. — dijo el androide antes de llegar a la puerta y salir volando.
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No podía creerlo...
Claro, Cell no era un humano. Seguro todo ese tiempo estuvo jugando con ella.
Se limpiaba las lágrimas mientras iba por su ropa para vestirse, se sentía sucia y tonta.
¡Y pensar que estuvo a nada de entregarse a él! Suspiró abrazando el suéter y los jeans que llevaba en los brazos.
¿Cómo habría sido?
Era inútil negarlo, no era de piedra para no sentir lo que el mayor le provocaba, le imponía, era tan fuerte y seguro, además de que la había salvado un par de veces ¡Que más daba que no fuera humano! Le gustaba y mucho.
"Quizá me equivoqué..."
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Voló a otra ciudad cercana. Que estupidez haber pensado en que el podría experimentar esas cosas de humanos.
Busco con persistencia entre las calles a una víctima ideal.
No iba a quedarse con las ganas de desfogar esa sensación.
Cuálquier fémina humana serviría.
Vio a una mujer ya adulta, esbelta con un cuerpo más desarrollado. Ésta caminaba por la acera, vestía una minifalda negra y una blusa corta... cabello negro, muy curvilinea.La Joven miraba los aparadores de una tienda deteniéndose un momento, varios maniquíes con ropa de moda y bolsas...
En el reflejo del aparador vio una figura alta, le tomó un momento reaccionar y voltear con asombro y miedo. Detrás de ella estaba ese monstruo que amenazaba con destruir la tierra.
Retrocedió completamente aterrada mientras se escuchaba el clamor de la gente despavorida.
— Es tu día de suerte. — dijo antes de cargarla mientras aquella chica gritaba pidiendo ayuda mientras Cell emprendia el vuelo.
Le parecía muy molesta ya que no dejo de gritarle en el oído, pero serviría. Fue hasta un bosque cerca de las montañas, soltandola sin cuidado, sobra decir que no le tenía aprecio alguno.
La mujer lo miraba con el rostro.lloroso y el maquillaje corrido.
— ¿Que piensas hacerme? — preguntó temerosa sollozando.
Cell la levantó, está temblaba mucho, no pudo evitar recordar a la pelirroja. La acercó a el empezando a acariciarla rasgando su blusa, tocandola sin que ella a causa del miedo pusiera objeción.
Siguió un rato, sin embargo entre más tocaba esa piel menos deseaba seguir haciéndolo.
No dejaba de comparar a esa desconocida con la fastidiosa de Layla.
Suspiró resignado deteniéndose.
— No me provocas lo que buscó. — dijo Cell volando nuevamente perdiéndose de ahí dejando a la muchacha semidesnuda en el bosque.Regreso a su plataforma sin embargo desde la distancia no lograba ver esa casa de cápsula.
— ¡Demonios! — dijo contrariado buscando el ki de la chica no debía estar muy lejos.
Sin embargo ya no conseguía sentirlo.
Pensó en todos los peligros que había por ahí, así como las veces que había tenido que salvarla.
Layla era incapaz de ocultar su energía de manera que si no la sentía ella podía estar...
—¡Maldición! — gritó con potencia expulsando mucha energía de golpe ante una rabia incontenible que sentía en ese momento ¿¡Por que tuvo que irse?! No debió dejarla sola.
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(Cell x Oc) Siete días contigo +18 DBZ
FanfictionFanfic situado en los acontecimientos ocurridos en los días previos a los Cell games. Layla, una chica curiosa, decide ir a conocer a aquella criatura que aterroriza la Tierra ¿Cómo resultará su pequeña aventura? Todos los derechos correspondientes...