Día 6 Primera vez

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Cell amplió una sonrisa satisfecha al tiempo de volvía a  entrar en la pequeña casa.
Bastó un beso apasionado para cortar la tensión entre ambos.
La diferencia de alturas no era del todo cómoda. Layla rió al darse cuenta que de pie tenía que pararse de puntas.
— Eres demasiado alto. —
Cell rodó los ojos antes de cargarla con cuidado.
Ella se abrazo de su cuello acurrucandose en su pecho mientras el androide la llevaba a la recámara.
Podía ver a la chica encantada con aquel gesto.
La dejó sobre la cama antes de volver a besarse, esta vez con más intensidad. Mordió levemente su labio mientras sus manos acariciaban su cintura delineando sus formas así como la piel suave de la muchacha.
Layla seguía aquel beso rozando con su lengua la del mayor que empezó a despojarla de su ropa, ante eso ella le ayudó quitándose los jeans.
Disfrutaba mucho de notar a su mascota tan cooperativa, pudiendo tocar de nuevo y sin reparo su trasero notando como  la pelirroja se revolvía en sus brazos separándose de aquel beso para dejar escapar un sonidito indecoroso.
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Un rubor intenso poblaba sus mejillas, desvío la mirada.
¿Ella hizo ese ruido?
Cell tomó su barbilla con la mano para verla bien.
— Déjame ver esa cara. — dijo altivo con aquella sonrisa pretenciosa. — Sólo yo puedo verte de esta manera y si alguna basura lo intenta no voy a dudar en eliminarla ¿Te quedo claro?— su voz sonaba imponente. Layla asintió mirandolo fijamente a los ojos con dulzura.
—Eso es lo quiero; ser sólo tuya... — contestó.

Conforme las caricias fueron subiendo de intensidad parecía que ambos tenían química y se iban sintiendo más cómodos.
Cell repartía besos en su cuello disfrutando el aroma de su piel mientras mordía levemente al tiempo la joven acariciaba su cuerpo fuerte apegándose a él notando el contacto de ambas pieles.
Sus pezones duros se rozaban con el pecho del ajeno que no dudo en acariciar los pequeños montes con delicadeza.
El androide fue bajando dejando un camino de besos imaginario desde su clavícula pasándose en sus pechos devorandola con ansía e igual que complacido al escuchar cada gemido y respiración de la joven.
Layla acariciaba su cabeza delineando sus astas con los dedos.
Todo aquello era nuevo e intenso, lo nombró una y otra vez, se sentía vulnerable e irónicamente segura en los brazos de aquel ser que días antes amenazaba con hacer pedazos su mundo.
Pero no era justa esa aseveración; el error constaba en juzgarlo por lo que amenazó con hacer y no por lo que había hecho, había salvado su vida...
Entre aquella marea de pensamientos, sensaciones y placer se encontraba desnuda sentada sobre él acariciando su cuerpo con cariño. Se sentía bien incluso el dolor de la herida de la pierna había amainado.
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Cell delineaba con su índice sus muslos pese a esa impaciencia y deseo que ardía en él, se tomó el tiempo para admirar el cuerpo de la chica. No era perfecta, ni siquiera estaba del todo desarrollada pero era de él... Lo único que aquel bioandroide poseía en el mundo, su única pertenencia por ende su todo.

Entorno sus ojos mientras se iba hundiendo en ella, aquello no tenía comparación con nada en el jodido mundo. La miro con esa expresión llorososa y de dolor de manera que buscó su mano apretando ligeramente. No se detuvo sólo iba calculando sus movimientos, ella era frágil y suave pero pronto se acopló a él tanto como le fue posible.
La escuchó decirle palabras dulces, declaraciones de amor y demás sin contestarle  limitándose a besar o buscar la forma de hacer su experiencia más placentera. No estaba hecho para esas cursilerías y no iba a cambiar por ella, sin embargo en el  momento del clímax...
—T-te amo, Cell. — dijo ella con voz entrecortada agarrándose a su cuerpo.
—Y yo a ti, mascota — dijo depositando un beso casto en sus labios. Layla sonrió, seguro no era exactamente lo que esperaba escuchar pero estaba conforme.

(Cell x Oc) Siete días contigo  +18 DBZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora