Abrió los ojos con pesadez, no sabía cuanto había dormido en realidad. Sin embargo esa paz que experimentó duró poco, no tardó en recordar lo sucedido.
Se quedó sentada en la cama, no quería hacer nada ni moverse, no le veía sentido.
Su abuela estuvo preocupada por ella, dos días antes la vio llegar, sucia y herida, apenas se podía sostener en pie.Layla trataba de ser positiva, estaban vivos, la Tierra estaba a salvo. Sin embargo no lo conseguía, le dolía la pérdida.
Incluso cuando milagrosamente toda la gente revivió ella deseaba que el bioandroide también lo hubiera hecho o que no hubiera muerto, como cuando se hizo explotar.
-----En un lugar muy distante por encima de nuestro universo se encontraba el otro mundo. El lugar donde van a parar todas las almas de quienes han fallecido, buenos o malos todos van ahí para ser juzgados.
Aquel sitio es más una enorme oficina donde se lleva a cabo la burocracia del mundo espiritual. Enma Sama era el encargado de dirigir el lugar así como de mandar las almas a su destino final, sea cual sea el destino el decide que hacer con ellas.
—No puedo creer esto ¿Qué piensan en la Tierra? Parece que están jugando. — comentó el gigante mientras iba eliminando los nombres de todos los humanos de la lista que habían revivido, la cantidad significativa de decesos era mucho trabajo para que resultará que siempre no; esa gente sería revivida con las esferas del Dragón.
Para colmo de males tenía un problema con el responsable.
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Llevaba bastante tiempo esperando en una pequeña sala, estaba ya algo fastidiado pero desde ese lugar no podía teletransportarse ni usar sus poderes. Definitivamente esta vez no logró sobrevivir.
Además de que estar incierto de lo iba a pasar con él.Un ogro de lentes entró a la estancia, iba vestido de camisa y corbata.
—Disculpe ¿Cell, verdad? El jefe Emma Sama quiere verlo. — Dijo mirando unos folios.El bioandroide se levantó, ahora era un poco diferente tenía una aureola de energía así como una cola de fantasma donde antes estaban sus piernas. Avanzó fastidiado saliendo de la sala.
Al llegar se plantó frente al gran escritorio de la recepción sin decir nada observando fijamente a Enma.
Este dejó sus papeles a un lado, flotando en una bola de cristal una mujer diminuta se acercaba a ellos.
El gigante habló.
—Normalmente las almas malvadas son juzgadas, purificadas y se vuelven a usar en alguna forma de vida. Pero tu caso es diferente; tu alma por algún motivo no pertenece aquí o está demasiado contaminada por todos esos seres que absorbiste, no es posible limpiarla con la máquina que usamos aquí.— explicó Enma mirándolo serio.— Además de que al ser tu naturaleza casi animalistica no se te puede juzgar igual que a un ser humano, por mucha consciencia que tengas. —añadió la anciana.
Frunció el seño.
—No entiendo a donde quieren llegar con esto. En ese caso mandenme a infierno de una buena vez. — soltó para sorpresa de ambos.—Queríamos proponerte algo que quizá te pueda interesar.— Dijo Enma con calma.
— Lo escuchó. — Dijo descruzando los brazos al haber captado su atención.
—Necesitamos guardianes en el otro mundo, trabajadores. Creo que esa sería una solución, siempre y cuando cooperes. —Dudo un poco en aceptar.
—¿Y yo que ganó? Tendría que obedecerlos. — objetó Cell.La bruja Uranai baba se acercó a él.
— Pese a lo que pienses el infierno no es un lugar agradable. Si aceptas en cambio podrás moverte con ciertas restricciones, entre otras ventajas. —Le dieron un tiempo para considerarlo, aún no entendía por que tenían tantos miramientos con él. Sin embargo era mejor que desaparecer.
Si bien era 'vender su alma al Diablo' ya que tendría que trabajar eternamente para ellos, recuperaría su cuerpo. Si hacía bien su trabajo podría entrenar en sus ratos libres con los guerreros Valhalla, entre ellos Goku, Kaio Sama aunque molesto, pues fue su explosión lo que le causó la muerte, había accedido, con la condición de que no se le ocurriera acercarse.
Eso le emocionaba bastante aunque sabía que no podía tomar represalias contra nadie, así como que tendría un trato diferente al de los héroes, sin embargo hubo una cosa que le hizo decidirse; una vez al año podría visitar la Tierra durante 24 horas.Tuvo que trabajar duro y hubo de pasar mucho antes de que pudiera empezar a tener beneficios.
No fue sencillo, conservaba su poder y solía frustrarse con frecuencia ante sus tareas, estando al borde de perder el control un par de veces.
El tiempo era diferente allá, sus labores era ayudar a los ogros a vigilar el infierno, transportar los tanques de la máquina lava almas, servir de mensajero para Enma Sama y cualquier cosa que se le ocurriera a éste último, que parecía disfrutar tener un asistente tan fuerte como cualquier guerrero Valhalla.
El androide tuvo que doblegarse, poco a poco fue cambiando, sin quererlo ni darse cuenta aprendió a obedecer reglas, a comportarse y a pedir las cosas de mejor modo.
A veces Uranai baba le permitía observar a Layla por unos minutos.
Aunque esto lo hacía feliz, se daba cuenta que ella no lo era del todo.
Suspiró con resignación. -Falta poco... - susurró para el mismo antes de hacer una inclinación de agradecimiento a Uranai Baba.-----------
Hola a todos^^
Espero que les agrade la resolución que irá teniendo esto; quería hacer algo distinto a aquello de Cell en el infierno compartiendo celda con Freezer xD y pues se me ocurrió esto.Incluso y si les gusta la idea podría hacerse un apartado que aborde las desventuras del bioandroide desde el otro mundo.
Sin más por el momento, me despido, los quiero ;)
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(Cell x Oc) Siete días contigo +18 DBZ
FanfictionFanfic situado en los acontecimientos ocurridos en los días previos a los Cell games. Layla, una chica curiosa, decide ir a conocer a aquella criatura que aterroriza la Tierra ¿Cómo resultará su pequeña aventura? Todos los derechos correspondientes...