Le tomó al menos tres intentos, con grandes lapsos de tiempo entremedio, el poder levantar sus pesados parpados de una vez por todas. HoSeok no sabía cuánto tiempo había estado inconsciente o seminconsciente, pero supuso que fue más que tan solo por un par de minutos. Escuchaba el ruido proveniente del electrocardiógrafo y el respirador, en conjunto con diversas voces que su adormilada mente no supo interpretar en aquel momento y a las que no les tomó mayor importancia. Su vista se encontraba algo nublosa en un inicio y, gracias a ello, se vio en la obligación de parpadear lenta y repetidas veces para despejar esos puntos blancos que arruinaban su visión. Se fijó en la mascarilla transparente que cubría su boca y nariz, la cual le administraba el oxígeno correspondiente y que, ahora, le comenzaba a fastidiar debido a que ya podía respirar de forma normal por sí mismo.
Tuvo ganas de quitársela. Sin embargo, no lo hizo debido a dos simples razones. La primera era que HoSeok no sabía si hacer aquello era lo correcto o no. Y la segunda era que el chico se sentía demasiado cansado como para hacerlo. En su actual y somnoliento estado, apenas y si era capaz de mantener los ojos abiertos y mover, un poco, la cabeza para analizar la gran habitación de color blanco en donde se hallaba postrado. Con solo darle un vistazo a la infraestructura, las personas y las maquinas que se hallaban ahí, fue capaz de deducir que se encontraba en una sala de recuperación. Se tardó un poco en llegar a esa conclusión, ya que sus neuronas no parecían haber despertado aún, pero pudo hacerlo al final de cuentas.
Se fijó en las otras camillas a su alrededor, con personas de variadas edades que parecían provenir del mismo lugar que él: el quirófano. Algunas aún se encontraban sumidas en un profundo sueño y otras, al igual que él, ya se encontraban despiertas y un poco aturdidos por los efectos de la anestesia.
La confusión y la duda del por qué se encontraba en aquel sitio lo sacudieron. Intentó recordar que fue lo que sucedió cómo terminar ahí y, con gran esfuerzo, logró rescatar pequeños y desordenados detalles entre toda aquella neblina que cubría sus recuerdos.
Emily.
El estruendoso ruido de una bocina.
Unas cegadoras luces amarillas en su rostro.
La dolorosa sensación de ser lanzado por el aire.
Y el ser envuelto por una profunda oscuridad.
«¿Me atropellaron?» se cuestionó a sí mismo, sabiendo la respuesta y con unas inmensas ganas de volver a acurrucarse entre los brazos de Morfeo.
Una de las enfermeras de turno, encargada de velar por los pacientes, se percató de que Jung ya se encontraba despierto y se aproximó a él. Con una sonrisa, le quitó la mascarilla y HoSeok agradeció mentalmente ese acto mientras movía un poco su boca que se encontraba seca.
Hizo ademán de querer sentarse, pero la enfermera se lo impidió de inmediato.
— No, no. Quédate recostado — le ordenó, sin abandonar su tono amigable. — ¿Cómo te sientes?
— Con sueño... — contestó en un grave y débil murmullo, con los labios tan secos como un desierto.
— Es normal. La anestesia aún está haciendo efecto — Tomó un portapapeles y anotó algo que él chico ignoró por completo. — Muy bien. Te ayudaré a ponerte la playera y un enfermero te trasladará a otra habitación, en donde podrás descansar... ¿Está bien?
Con las energías por los suelos, el muchacho se dedicó simplemente a asentir. La mujer le ayudó a colocarse una playera de color celeste y en el transcurso de eso, HoSeok recién se percató del yeso que envolvía su mano izquierda y el inmovilizador en su pierna derecha. Al moverse se le fue imposible no quejarse un poco, ya que algunas punzadas de dolor en su cuerpo resentido lo atacaron.
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WEIRD » JUNG HOSEOK ✔
Fanfiction" - ¿Me das de tus papas?". Jung HoSeok es un chico amable, dulce y de buen corazón que en busca de algo de emoción en su rutinaria y aburrida vida universitaria, se termina topando con Emily, una chica que se encarga de darle la emoción que deseaba...