— ¿Estás seguro de que estarás bien? — cuestionó por décima vez.
— Claro que sí, mamá — volvió a asegurar con cansancio el moreno, dedicándole una suave sonrisa en busca de disipar los miedos e inseguridades que invadían la mente de su madre por dejarlo a solas. — No te preocupes por mí. Ve a divertirte — le pidió desde el sillón de la sala.
HoSeok nunca se imaginó el peso que tendría para su familia el que él se hubiera herido de esa manera, debido a que de por sí, jamás se vio a sí mismo en aquel estado en un futuro ya sea lejano como próximo. El estar con un brazo y una pierna inmovilizados le dificultaba hacer muchas cosas de su rutina diaria, y necesitaba ayuda para cosas que jamás creyó necesitarla. Casi todo había subido un grado de dificultad, y si aquello ya de por sí ya era desagradable, el sentirse un obstáculo para que su madre hiciera las cosas que le gustaban era detestable.
Ya llevaba dos días en casa y se sentía como un enorme estorbo para todos y, en particular, para su progenitora. Él no estaba acostumbrado a estar tirado en un lugar sin poder cooperar. Le frustraba toda la situación, dado que siempre era el primero en ayudar a hacer la comida, poner la mesa, con la limpieza, etc.
— Además, Jimin vendrá a verme en un rato y me ayudará a lavarme el cabello — mintió al ver la inseguridad de su madre escrita en su rostro.
— Yo puedo ayudarte a hacer eso.
— Mamá, Jimin también puede ayudarme. Además, él y YoonGi son expertos con el tema del cabello — los halagó. — Se lo han teñido tanto y aún no están calvos. Así que supongo que algo deben estar haciendo bien — Su comentario logró sacarle una suave risa que fue suficiente para elevar su espíritu. Al menos, todavía era capaz de hacerla reír. — Tú disfruta de tu tarde — le pidió, rogándole con los ojos que obedeciera su petición.
HoSeok sabía cuánto disfrutaba su madre en el club de artesanías con sus amigas, además, de que se notaba lo mucho que le ayudaba a despejarse. Y aquella era la razón principal por la que le rogó que asistiera ese día al club. Ya había faltado una vez para centrarse solamente en su hijo herido y eso, lo hacía sentir mal.
— De acuerdo — Suspiró profundamente, notablemente nerviosa aún con la idea. — Tienes tu móvil junto a ti. Cualquier cosa me llamas. Por más mínima que sea, Jung HoSeok. Me llamas y vendré corriendo.
— Sí, sí, mamá. Ya, ve. Que se te hace tarde.
La mujer asintió. Antes de irse definitivamente se aseguró de que el chico tuviera: una sábana para taparse, comida cerca, su móvil, cargador portátil y otras cosas triviales que creyó que, en algún momento, el muchacho necesitaría. Todo para asegurarse de que el chico no tuviera la necesidad de levantarse.
Se despidió de él con un sonoro beso en su cabeza y la promesa de volver apenas terminara el club, cosa que él sabía que ella haría sí o sí.
Ya solo, HoSeok se dedicó a ponerse al día con un anime que estaba viendo y cuando ya estuvo listo con ello, se puso a leer un libro para matar el tiempo. En un momento dado, las ganas de ir a orinar lo invadieron y, a pesar de que le costó un poco llegar al baño de la primera planta para satisfacer sus necesidades, pudo realizar la tarea con éxito. Y se sintió orgulloso.
Se dejó caer nuevamente en el sillón, exhalando un profundo.
— Necesito lavarme el cabello — bisbiseó, tomando un mechón y acariciándolo.
«Tal vez no sea mala idea llamar a Jimin, así no estaré tan solo...» Pensó, cogiendo su móvil y el número del chico.
Mientras su dedo se deslizaba por la pantalla con descuido, un suave toqué en su hombro consiguió sacarle un grito de horror desde el fondo de su garganta y hacer que se sacudiera con furia en el sillón. Intentando alejarse de sea lo que sea que le tocó su hombro.
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WEIRD » JUNG HOSEOK ✔
Fanfiction" - ¿Me das de tus papas?". Jung HoSeok es un chico amable, dulce y de buen corazón que en busca de algo de emoción en su rutinaria y aburrida vida universitaria, se termina topando con Emily, una chica que se encarga de darle la emoción que deseaba...