CAPÍTULO 20

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Dos días.

Dos días completos de no saber nada de Emily.

Dos días enteros soportando esa agobiante angustia que se había instalado en su pecho en el instante en que ella, abandonó su casa en un profundo silencio.

Y dos días tragándose su angustia porque no quería hablar del tema con sus amigos. Sabía que lo escucharían y apoyarían, sin embargo, no quería molestarlos con sus problemas y, mucho menos, compartir la historia de Emily sin su consentimiento porque estaba más que seguro, que la conversación terminaría llegando a ese punto y no. Simplemente, no quería eso.

Ya tenía suficiente con haber peleado con ella al presionarla para que hable con su padre, como para agregar a la lista el andar compartiendo cosas privadas de su pasado.

Eso era una decisión personal que ella debía tomar. No él y eso, HoSeok lo tenía más que claro... además de que ya era suficiente de seguir jodiendo su bonita relación.

«Ya aparecerá. Tranquilo. Siempre lo hace» Se repitió así mismo eso días para intentar conseguir un poco de paz mental y, a pesar de que no sirvió de mucho, si ayudó un poco.

— ¿Solo eso llevará? — preguntó el hombre de la tienda, pasando el paquete de fideos instantáneos junto a una Sprite pequeña por la caja.

— Sí.

El hombre le hizo saber la cantidad a pagar. HoSeok le entregó el dinero y salió de la tienda cargando todo en una bolsa de plástico mientras ordenaba lo que haría el resto de su tarde de manera mental. Llegaría a preparar los fideos a su casa, después comería y luego de eso, se encerraría en su habitación para dedicarse a realizar sus deberes mientras intenta no pensar en Emily y lo mucho que le preocupa el no saber nada de ella.

— Pero que mala costumbre esa de desa... parecer — terminó murmurando al doblar la siguiente esquina, encontrándose de frente con la chica que se había apoderado de su cabeza de una manera casi absoluta. — Em...

HoSeok solo quería acortar la distancia entre ellos para poder abrazarla y besarla, pero no lo hizo. Porque tampoco quería presionarla y esa, es la razón principal por la que se quedó ahí, estático, a la espera de una reacción por parte de ella sin cortar la conexión visual entre ambos.

Y tras unos segundos que le parecieron eternos al muchacho, Emily desvió la mirada a otro punto lejos de su rostro. Admiró como inhalaba y exhalaba de una manera sutil antes de que, dubitativamente, diera un paso en su dirección que fue seguido de otro hasta que, finalmente, decidió apresurar la velocidad con la que avanzaba.

Una sutil exclamación de sorpresa se escurrió de entre los labios de HoSeok al sentir como sus delgados brazos rodeaban su torso con fuerza y su rostro, se escondía en su pecho como si aquel, fuera el único lugar seguro en el mundo al que pudiera correr. Sin poder evitarlo correspondió el abrazo, feliz de poder sentir la calidez de su cuerpo contra el suyo y de poder percibir el dulce aroma que emanaba de su cabello.

Apoyó su mentón en la cabeza de Emily y se quedó en silencio por unos segundos, disfrutando de su sola presencia que tanta calma le trajo a su corazón.

— Tenemos que hacer algo respecto a esas desaparecidas tuyas — susurró con tranquilidad. Emily movió su cabeza para mirarlo a los ojos y, la sonrisa llena de ternura y sinceridad que HoSeok le regaló, consiguió hacer que su corazón golpeara con potencia contra su pecho, robándole el aliento por un momento. — Me tenías muy preocupado, pequeña.

La chica tensó los labios y sin pensarlo mucho, tomó las mejillas de Jung entre sus manos con delicadeza para acercarlo. El aliento caliente de ella acarició sus labios y la anticipación por sentir su boca contra la de Emily, le pareció una tortura de un sabor agridulce.

La vio sonreír antes de culminar con la desesperante distancia entre ambos y sus sentidos, se nublaron con la fabulosa sensación que le provocaba el poder besarla.

Esto era lo que quería y deseaba desde hace más de cuarenta y ocho horas.

El poder tenerla otra entre sus brazos y embriagarse del sabor de su boca.

—Lo lamento — bisbiseó Emily, sin separarse del todo, con sus dedos entreteniéndose con el sedoso cabello de HoSeok. Pasó saliva y depositó otro casto beso en el corazón de la boca del chico para después, seguir hablando. — Lamento haberte gritado... pero no estoy acostumbrada a que la gente se preocupe por mí y, mucho menos, que se entrometa en mis asuntos privados. Puedo notar que te preocupas por mí, pero me asusta el...

— ¿El qué? — La presionó con ternura al que no continuaba.

— El terminar encariñándome más contigo de lo que ya estoy para después perderte también — Emily apoyó su rostro el pecho de HoSeok, escondiéndose de su mirada mientras lo estrechaba con afán, sintiéndose avergonzada e incapaz de soltar las siguientes palabras con los ojos de Jung fijos en su rostro. — Y me gustas, Hobi. Me gustas mucho y eso me asusta porque eres la primera persona que... — La escuchó hipar y supo que ya era suficiente.

— Hey, tranquila, princesa. Entiendo lo que sientes, solo... respira profundo e intenta tranquilizarte, ¿sí? — Sonrió, moviendo su mano de manera circular en su espalda. — Es normal tener miedo. Todo el mundo tiene miedo, pero lo que marca la diferencia, es que solo algunos son lo suficientemente fuertes y valientes para enfrentarlos. Y sé que tú lo eres — La animó, siendo ciento por ciento sinceridad. Porque él de verdad lo creía.

La percibió sonreír y eso lo hizo sentir mejor.

— Entonces tú eres muy valiente.

Sus cejas se fruncieron sin entender por completo.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— Porque le temes a medio mundo y, aun así, sales todos los días a la universidad, a comprar...Eres muy valiente, Hobi — lo halagó.

Él sintió como sus mejillas se teñían de un suave color carmín por sus palabras y beso su frente, en un intento por ocultar su vergüenza.

— Okey, dejémoslo en que ambos somos valientes, ¿bien?

— Sí, me parece bien — Los dedos de HoSeok se dedicaron a jugar con el cabello de Emily de manera ausente cuando la escuchó hablar nuevamente. — Hobi.

— ¿Sí?

— Hablaré con mi padre.

— ¿Hablas en serio? — cuestionó, notoriamente asombrado y sin ni siquiera intentar disimular.

— Sí, hablare con él, pero solo... si tú me acompañas.

La miró por un momento y, la manera en que Emily le rogó con los ojos que la asistiera en esa delicada situación, fue suficiente para que aceptara sin pensarlo dos veces.

Porque negarse a ella era algo muy difícil para él y, más aún, cuando sabía que lo necesitaba.

— Muy bien, te acompañaré, preciosa.  

WEIRD » JUNG HOSEOK ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora