Desperté fuera de la camioneta, a un lado estaba Zero.Me moví con cuidado y sentí el pinchazo de dolor. Maldito, mil veces maldigo el que me hirió.
Qué bueno que ahora se pudre en el infierno.
Me levante con mucho cuidado y sentí que el estómago se me revolvía. Quede en cuatro y las arcadas no se hicieron esperar, hasta que por fin pude vomitar.
El esfuerzo que hacía, me obligó a sacar las lágrimas.Lloré de frustración, de dolor, y sobre todo, que por poco me quitaban a Zero de una manera tan brutal.
Yo me importa matar hasta un niño, si implica a Zero, todos morirán.
Zero se levantó y comenzó a dar vueltas un poco inquieto.
Alguien se acerca.Me levante lo más rápido que pude y camine hacia la camioneta con mucha dificultad, la abrí y subí junto a mí Zero. Quien comenzó a ver a una dirección. Están cerca.
Encendí rápido la camioneta y comencé a andar.
El estómago me ardía, pero este lugar no era un buen refugio, no ahora que estoy mal.
De lo poco que recordaba, fui directo a la carretera, cuando menos lo pensé estaba llegando a ella.
Suspiré. Estos días serían difíciles. No hay comida, tengo pocas armas, Zero tendrá hambre, y yo estoy herida.
¿Qué más podría pasar?
Y dicho y hecho, pasó.
La llanta de la camioneta pincho.
¡Jodida mierda!
Baje y mire, no sería nada fácil y estoy en la nada ahora mismo.
Tengo que caminar. Y muero lentamente al caminar.
Tome una mochila de viaje y coloque lo poco que tenía para sobrevivir al menos dos días.
Le dije adiós a la fiel camioneta y camine a paso de tortuga. Zero pego a mi pierna para que yo pudiera apoyarme en él.
Seguí caminando hasta que comenzó a caer la noche, no había ninguna casa cerca, hoy tocaría en el exterior.
Busque algunos matorrales altos para que nos taparan. Y encontré el lugar perfecto, una especie de cueva hecha de pura hierba y matorrales, sonreí, aquí pasaríamos desapercibidos.
Coloque una cobija gruesa para poder recostarme y Zero se convirtió en mi almohada.
Mire el techo de ramas entrelazadas y desee que esto terminara ya.
Mi mente comenzó a trabajar hasta olvidar la necesidad de dormir. Me llevo directo a mis recuerdos de infancia, donde tenía el libro de la elegida.
Donde un demonio se enamoraba de una simple humana, quien resultó ser la elegida.
El mundo se acabaría, y ella desaparecería, el demonio dormiría hasta que ella apareciera de nuevo.La tristeza del demonio que representaba ese libro eran hojas en negro. Completamente carentes de letras, solo, el color negro.
Me pregunto, ¿dónde habrá estado la elegida?
Suspiré, es un Estupido libro infantil.
Mis ojos comenzaron a cerrarse y un calor familiar me envolvió abrace a Zero y agradecí al cielo por poder tenerlo un día más conmigo.
A la mañana siguiente me sentía cansada, me levante con pesar y de nuevo me dirigí a la carretera.
Seguí caminando hasta no poder más. Zero se veía agotado.