Lucy.
Esa voz. Yo le he escuchado antes, mi piel la reconoce como si fuera alguien especial, el corazón se me estremece y siento todo el dolor del mundo.
Gimo.
Grito y lloro por saber que reconozco esa voz pero no lo recuerdo.
Siento los lametazos de Zero y chillo más. Siento una fuerte agonía que me consume el alma. El saber que por poco lo pierdo, me hace sentir miserable, en mis dedos se enredan con otros con un calor cálido, aun en la oscuridad siento todo el ambiente en silencio. No hay más gritos, solo silencio.
-¿Quién eres?, ¿Por qué no puedo ver?- pregunto deseosa de escuchar de nuevo esa voz.
El silencio prevalece y un apretón en mi mano me hace temblar.
-No me recuerdas... Yo... Me llamo END, soy alguien de tu pasado. Te recuerdo como la primera vez que te vi. Y sigues igual aunque hayan pasado miles de años. No puedes ver ya que mi oscuridad te está protegiendo. Siento llegar un poco tarde, pero tus pies ahora están sanos. No quiero que veas cómo han acabado todos. Así que estarás un poco más en la oscuridad.
-¿De mi pasado?, yo... no entiendo nada. ¿Cómo es que tu oscuridad me está protegiendo? ¿Qué eres? ¿Eres otro loco que quiere matarme?
Escuche una burla.
-Si quisiera matarte te hubiera dejado ahí. No tendría sentido en salvarte y después matarte. ¿No crees? Yo soy tu protector, soy tú... Soy el demonio que va a destruir el mundo.
Sentí la oscuridad desaparecer; tarde en poder enfocar con precisión, mire a Zero quien estaba frente mío, corrí hacia él para poder abrazarlo. Mis lágrimas no se hicieron esperar.
-Mi Zero, mi pequeño, por poco te pierdo para siempre. Perdóname, perdóname.
Solloce.
-Y ¿a mí no me voltearas a ver?
Mi cuerpo se estremeció. Un cosquilleo me hizo levantarme y dar poco a poco la vuelta.
Me quede de piedra al ver a un chico alto, de tez tostada, un cabello peculiarmente rosa, sus ropas negras y manchas negras en sus brazos me hicieron dar un paso hacia él. No entendí el porqué de querer acercarme más a él. Tocarlo. Sentir su extraña piel. Inhalar su aroma. Quería estar junto a él. Y lo hice.
Me acerque y observe sus ojos, un tono carmín me saludaba. Sus facciones bastante marcadas me hicieron jadear.
-Yo te he visto antes, te conozco. En mis sueños apareces. En la hoguera tu recuerdo se intensifico. – dijo con desesperación.
El asiente y yo jadeo.
Mis pulsaciones suben de ritmo, el aire comienza a faltarme y siento morir. Siento mi vista nublar y creo perder la razón en segundos, lo último que veo es a END correr hacia mí.
Y una vez más caigo en la oscuridad.
END.
Cuando la veo desmayarse la tomo entre mis brazos y cargo sin dificultad. Sigue igual de delgada. No hay cambios en ella. Sigue siendo igual. ¿Habrá despertado como yo? ¿Reencarno?
Veo a mi alrededor y lo único que quedan son manchas negras en el piso donde se carbonizaron los cuerpos de esas personas.
Tienen razón, Lucy esta purificando el planeta. Sin que ella se de cuenta. Pues es más sutil el cambio a que ella lo haga por cuenta propia.
En mi sueño casi eterno. Estaba con los dioses. Mavis y Zeref. Ellos me explicaron lo que sucedería, y lo único que puedo decir es que lo que viene no es fácil. Y mucho menos para Lucy que aun tiene la mentalidad de un humano.
La vida en la tierra desaparecerá. Cada ser vivo morirá, nadie se salvara, incluso los dioses morirán al ver la misión cumplida. Y después la nueva era nacerá.
La oscuridad abundara en el aire pero la luz también lo hará.
Observo a Zero.
-Llévame al lugar donde los atraparon.
Su gran cuerpo camina lento y veo que cojea de una de sus patas, me acerco a él y su mirada queda fija en el.
-Yo se que estas con Lucy desde hace mucho, se que no fue coincidencia. Así que vamos, déjame sanarte.
Y así lo hago. Mi fuego lo cubre y hace que su energía, heridas y pelo se recuperen. Hago un intento de sonrisa al ver que agradece inclinando su cabeza.
-No porque sea un Rey signifique que tú te tengas que inclinar hacia mí. Eres parte de Lucy.
Y Lucy es mía. Por lo tanto tu también.
