DOS REYES, UN CUERPO

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-¿Entonces, por donde empiezo?-. Dijo con tranquilidad.

-Eeehm, supongo que deberías empezar por los poderes que tienes ya que es lo primero que me enseñaste-. Dije asustado de lo que me esperaba oír.

-Entiendo, tiene sentido.
¿Qué quieres oír primero de mis poderes?-.

-Hombre, me gustaría escuchar el origen de tus poderes-.

-Todo tiene origen en esta vida y el mio es el siguiente: mi familia, los Hunter hace miles de años solían ser lo mejor de lo mejor, dinero, poder sobre el pueblo y sobre todo destacaban por sus poderes, los cuales yo heredé, con estas habilidades conquistaban y derribaban todo lo se les pusiera en el medio, ellos eran dueños de algo más importante que los pueblos que tenían ellos creían que eran propietarios del cielo y el infierno, eso creían hasta que nací yo y mi hermano Angel crecimos hasta los 20 años y nuestros padres decidieron que debíamos ser los reyes de todo lo que teníamos pero para eso debían hacer la tradición de los reyes, hacer un torneo para elegir a la nueva alteza, yo pasé las pruebas sin problema, pero en cambio, Angel no heredó los mismos poderes que yo, y por eso todos se rían de él porque no podía pasar las pruebas, todos nosotros ya habíamos despertado el infierno pero el en cambio, en medio de las pruebas despertó el cielo, un poder inimaginable que empezó a eliminar a cada rival que se encontraba solo con levitar, sabiendo que yo era el más fuerte de los que despertaron el infierno, fui a por el y en ese momento se cumplió la profecía que decía: Solo UNO de la familia Hunter despertará el Cielo y el junto a su hermano serán los auténticos reyes del Cielo y el Infierno.
Pero algo falló y tras una intensa batalla, los dos casi muertos fuimos uno contra el otro, al chocar nuestros puños nos fusionamos en uno, ese uno soy yo, al tener dos almas en un solo cuerpo nos descontrolamos convirtiéndonos en Jackgel, un ser sin control que destruía todo a su paso dando así el final del clan Hunter, siendo nosotros los últimos de la familia, menos mi padre, él sigue vivo, estaba fuera de las pruebas y se libró de la mierte-.

-...- Me quedé sin palabras pero con más de una pregunta.

-Ya basta de charlas estúpidas. Vamos.- dijo sonriendo.
Pregunté el adonde íbamos, el respondió que solo me quedara quieto, movió su mano izquierda dejándola en una posición bastante rara cuando derrepente salió otro clón, este era nuevo, este sacó un escudo de la nada, un escudo azul que al parecer detuvo algo que había lanzado Jack.

-(Aplaudiendo) un poder fascinante, pero no te voy a hacer daño, tranquilo-. Mi clón desapareció y Jack me volvió a lanzar esa cosa.
Todo era blanco íbamos por una especie de túnel, no entendía nada, hasta que llegue al final, donde se encontraba el mismísimo Infierno.
Me quedé perplejo, ya entendía porque Jack se enfado antes, pero me surgió una pregunta, la cual le dije a Jack.

-Oye si estoy aquí es porque estoy ¿muerto?- dije con miedo.

-Ya tardabas en darte cuenta.- dijo mientras que íbamos por el infierno y nos dirigíamos a lo que parecía un bar.

-Hombre, pero si es el legendario Jack, oye (susurrando) ¿Quién es la rata esa que está a tu lado?- dijo creyendo que no lo oía.

-Alex, el es el único que, sin esfuerzo a parado mi ataque que mata de un golpe, creo que sabes cual es-. Dijo mi amigo sonriendole a esa especie de monstruo rojo de grandes cuernos.

-Jack...- dije yo.

-¿Sí...?-. Dijo esperando mi respuesta.

-¿Qué le ha pasado a tus ojos? Parece que tienes el Sharingan-. Dije medio riéndome.

-Ah, esto es lo que le pasaba al clan Hunter cuando utilizaban el poder del Infierno, ojos rojos con una cruz en medio de ellos y convirtiendo tu pelo en lo más oscuro posible, y una cosa que solo puedo hacer yo es sacar el máximo del Infierno, con el máximo poder te sale un cuerno, está guay-. Dijo con su típica sonrisa.

-Y que van a tomar caballeros-. Después de lo que dijo Jack me empezó a respetar. Bien.

-Dos copas de Dolor- dijo resaltando la último palabra- por favor-.

-Serán 5 dientes caninos-. Sigo sin entender la moneda del Infierno y como se consigue.

-Prefiero pagar con todos tus dientes y tus ojos como regalo-. Respondió mi amigo con ganas de pelear.

-Aquí tienen, caballeros-. Dijo el con miedo en la voz.
Al final nos llevamos las copas y seguí a Jack hasta una llanura cuando empezaron a salir una especie de pequeños diablos rojos que me empezaron a rodear, oí a Jack susurrarme que yo debía acabar con ellos, yo solo.
Saqué al único clon que tenía, al parecer, el parecía otro nuevo, decidí no darle más vueltas y pude hacer algo que no esperaba.
Mi mano se vio rodeada por aquel rojo claro, pero esta vez salió por mi voluntad, a partir de ahí supe que se les venia de lo peor a esos pequeños monstruos.
Con mis poderosos guantes y mi nuevo clon, con un mínimo de fuerza explotábamos sus cabezas que por fuera parecían más duras que el hierro, en menos de un minuto mi clon desapareció dejándome a mi en medio de un círculo de sangre de diablo y a Jack de fondo aplaudiendo impresionado por saber que el ya no es único capaz de derrotar ordas de de diablos.
Nos íbamos por el túnel blanco, supongo que al cielo y mientras me explicaba que, donde yo no había ni siquiera había tardado un solo minuto en matar a todos, ahí esos diablillos habian "matado" (dejado inconsciente para siempre) a más de mil personas y también me explicó que cuando mueres apareces en el túnel blanco y te lleva a tu destino: o el Cielo o el Infierno.
Llegamos al Cielo, todo parecía tranquilo, bonito y limpio, todo lo contrario al Infierno, un lugar ruidoso, peligroso y sucio con sangre por todas partes, pero eso ya quedó atrás ahora estamos en el cielo.
Jack me dejó que vaya a buscar a mis familiares muertos mientras el me esperaba, antes de irme me fijé que ahora era rubio, y de ojos azules claro con un bordeado azul oscuro. Al final me fui y me encontré con todos mis abuelos, la verdad es que pasamos un buen rato juntos.
Jack me devolvió a la vida y en mi casa se me ocurrió hacerle la pregunta más tonta:

-Jack, porque tienes cara de adulto-.

-Con más de mil años con vida, QUE CARA DEBERÍA TENER-.
Después de eso se despidió riéndose de su respuesta y me confirmó que mañana volvía.

Después de eso se despidió riéndose de su respuesta y me confirmó que mañana volvía

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(Jackgel)

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