Capítulo uno: Reencuentro.

24.8K 2.6K 1.1K
                                    

Se removió incómodo sobre las sábanas húmedas de su cama, un quejido suave saliendo de su boca. Le dolía todo el cuerpo, cada centímetro de músculo completamente tenso, como si hubiera corrido un maratón por tres días sin descanso, o como si hubiera estado haciendo flexiones una semana entera. Se sentía como la primera vez que lo habían castigado en la academia de Aurores y Tonks, su instructora, lo había hecho ejercitarse tanto que sintió vomitar los intestinos cuando todo terminó.

Intentó estirar un brazo hasta la mesita de noche a su derecha para alcanzar su varita, pero aquel mínimo esfuerzo le causó tonto dolor que decidió no seguir adelante. Era como haber sido despedazado, miembro a miembro, para después ser cosido de nuevo, a carne viva. En su lugar, intentó abrir los ojos, los párpados le pesaban y le dolían tanto como las otras partes de su cuerpo. Sin embargo, de alguna manera logró arreglárselas para abrirlos y no morir en el intento.

Lo primero que pudo ver fueron las irremediables sombras borrosas alrededor. Tal vez, si el cuerpo no le hubiera dolido tanto, hubiera podido levantar los puños y tallarse los ojos para despejarlos de las inclemencias del sueño, pero como la tarea parecía ardua e imposible en ese momento, se conformó con parpadear, eso sí, muy lentamente, hasta que sus ojos recuperaron toda la capacidad de visión que poseían, que no era mucha sin sus lentes.

Bueno, al menos estaba en su habitación.

Soltó un pequeño suspiro de alivio, arrepintiéndose casi de inmediato. Merlín, había dolido.

Dejó que sus ojos vagaran por entre la oscuridad de la habitación. La luz colándose por las orillas de las pesadas y oscuras cortinas indicaba que había amanecido en el exterior y sin embargo, dentro todo estaba tan oscuro que apenas era posible distinguir el desastroso caos en el que se había convertido su cuarto. Los libros de su estante abiertos y esparcidos en cada rincón, el florero que su madre le había regalado hecho trizas en una esquina, las cobijas de tejido destrozadas y hechas girones a sus pies y todas y cada una de las bombillas de la habitación completamente rotas.

Su magia parecía haber cobrado vida propia mientras él había estado padeciendo uno de los peores celos de toda su jodida vida, destrozando cada rincón, estrellando cosas y haciendo explotar otras. Harry pensaba que ya debía estar acostumbrado, pero cada que pasaba por una noche similar a esa, en la que se sentía como un animal más que como un ser humano, sólo podía llegar a la conclusión de que detestaba ser un Alfa, pero aun más, detestaba perder ante sus instintos y detestaba la forma en que se comportaba cuando lo dominaban.

Potter frunció el ceño con rencor para sí mismo, recordando la forma en que se había sentido estar en celo. Caliente, lleno de una urgencia infame, animal... salvaje.

Cerró los ojos con frustración. No quería pensar en eso. Pensar en su celo siempre lo hacía sentir sucio y desagradable, pero sobre todo, no quería pensar en eso, porque pensar en su ciclo de reproducción indudablemente lo llevaría a pensar en él y Harry no quería hacerlo.

El dolor en su cuerpo no se había disipado aún, pero la resolución de distraerse lo llevó a intentar incorporarse incluso en contra de todo el sufrimiento físico. Maldijo en cada movimiento que le tomó sentarse sobre el colchón y escupió algunas maldiciones más cuando intentó ponerse de pie. Su madre estaría realmente disgustada, pero Lily no estaba allí y Harry jamás le dejaría ver cuánto le hacía padecer su celo.

Cuando finalmente logró mantenerse estable, la tarea de caminar se volvió un poco menos imposible, así que Harry lo intentó esperando no parecer un completo idiota y fallando completamente. Por supuesto, las piernas eran lo que más dolían al día siguiente, eso y su brazo derecho que tenía que sufrir las consecuencias de que Harry fuese un Alfa joven, cachondo y sin una pareja con quién compartir sus celos en sesiones de masturbación excesivas.

Nobody'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora