Helena

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Helena

Nunca espero que observar a sus hermanos menores discutir frente a frente le resultase tan estresante. Todos en la familia estaban conscientes de que la relación de esos dos era más cercana al odio irracional que al amor fraternal, pero nadie tenía en claro la razón de que fuese así.

Lo cierto es que hasta donde Helena sabia, Dick y Jasón intentaron cada uno a su manera hablar con Tim y así averiguar sus razones tras el trato tan frio a Damián. Ambos fracasaron rotundamente, el tercero de los hermanos insistía en mantenerlos a todos lejos y se ocultaba tras un escudo de popularidad y trato afable con extraños.

A su vez Talía y Bruce, al igual que con Damián, se deslindaron del asunto en cuanto notaron que las calificaciones de Tim seguían siendo las más altas de la academia y a su vez demostraba ser el más talentoso de sus hermanos en las cuestiones que a Wayne Corps conferían. Mientras el chico cumpliera con las expectativas poco les importaba que fuera un completo idiota con el resto.

Damián por su parte nunca se quejaba de él, ni siquiera cuando resultaba obvio que los desplantes de su hermano mayor le herían, él simplemente se limitaba a encogerse de hombros y restarle importancia. Por supuesto que se defendía y vaya que lo hacía, pero jamás lo iniciaba o se quejaba.

El menor de los Wayne podía ser muy hiriente si lo deseaba, más de una vez lo había demostrado y aquellos que sufrían su ira nunca volvían a agredirle...excepto claro por Timothy que parecía no tener sentido de supervivencia. Sin embargo lo verdaderamente sorprendente era que pese a tener contra él la mejor de las armas Damián nunca uso su secreto contra el mayor.

- ¿Porqué? - pregunto finalmente el tercero de sus hermanos.

- ¿Por qué qué? - fue la contestación escueta de Damián que observaba a su hermano con mirada aburrida y ceño fruncido mientras acariciaba a su chinchilla Goliath que descansaba en aristocrático regazo del muchacho.

Helena no pudo evitar fruncir el ceño ante todo eso, su casa ahora estaba llena de mascotas, las cuales en realidad no le molestaban pero aún le resultaba difícil acoplarse a ello. Sin embargo lo que en realidad le sorprendía eran las constantes visitas de los Wayne a su departamento desde que Damián se mudase. Dick y Jasón se las arreglaban para visitarles al menos una vez a la semana cada uno y Alfred iba todos los martes y jueves, trayendo consigo sus deliciosos postres. Aquella familia con la que nunca había tenido relación antes, poco a poco se adentraba en su vida por completo. Ahora incluso Tim parecía a punto de sumarse a la ecuación.

- No juegues conmigo Damián, sabes perfectamente a que me refiero. - contesto aireado Tim. - Conocías mi mayor secreto y tuviste más de una oportunidad para usarlo. Sin mencionar que si lo hubieras hecho habría estado completamente justificado. - continuo el de ojos azules. - Pero nunca lo hiciste, a pesar de que te trate de la peor manera y me comporte como un imbécil nunca lo hiciste. - la voz de Timothy parecía a punto de quebrarse. - ¿Porqué?

Damián permaneció en silencio observando fijamente a su hermano, sin mover un musculo cual estatua permanecía inerte en el sillón. Sin embargo sus ojos verdes refulgían cual fuego y su mirada era tan escrutadora que habría hecho temblar a hombres adultos, ni hablar del efecto que tenían con un muchachito perdido como Timothy. Sin lugar a duda aquellos ojos hermosos pero letales eran la peor y la mejor herencia que Talía pudo dar al muchacho, una herencia que nadie excepto Damián había obtenido.

Cuan adulto lucia su hermanito en esa situación; sentado frente a su hermano en apariencia mayor, Damián lucia como el único en control de toda a su alrededor, con las manos de artista en su mascota, la mirada mortal y la expresión estoica era sin duda el vivo retrato de su padre con el añadido de la aterradora belleza de su madre.

Sin embargo un suspiro aburrido por parte del menor saco a Helena de su riguroso análisis; la curiosidad por lo que respondería Damián le carcomía por dentro.

- Si te refieres a lo tuyo con Kent. - comenzó Damián. - Nunca dije nada porque no me parecía importante. El con quien te acuestes es tu problema, a mí no podría interesarme menos.

La respuesta del menor pese a sonar acida y mordaz resultaba sincera, al muchacho en serio no importaba que su hermano mayor fuera gay, la calma con la que abarco el tema incluso dejaba entrever que no era algo en lo que pensara demasiado.

- Sin embargo. - añadió captando la atención de un sorprendido Tim y una divertida Helena que observaba todo desde el comedor. - Si piensas que esa situación es un secreto dentro de esta familia eres mucho más idiota de lo que imaginaba.

Y entonces la hija de Selina se dio cuenta como el color escapaba del rostro de su hermano menor mientras Damián seguía sin inmutarse, Tim lucia como si hubiese visto al mismísimo demonio frente suyo.

- ¿D...de qu..e hablas? - tartamudeo aterrorizado el ojiazul.

- Todos lo saben. Desde hace mucho tiempo y a nadie le importa. - explico Damián casi conciliador. - Ni siquiera a nuestros padres. Especialmente a nuestros padres.

- ¿Pero cómo? - Tim no cabía en su sorpresa, siempre creyó que era discreto, nunca dio señales obvias que lo pusiesen en evidencia y para su desgracia sabía que Damián no les había contado nada.

- Madre y padre podrán ser unos irresponsables con nosotros, pero no son tontos, una vez los escuche discutiendo sobre ello y lo único que al parecer les preocupaba era que tu creciente relación con Kent afectara tus calificaciones, como eso no sucedió dejo de importarles de inmediato. - la explicación del menor era tan desinteresada que incluso Helena sintió deseos de golpearlo. - Apostaría el dinero de ambos fideicomisos a que ellos incluso desconocen que se trata de un secreto.

- Pero Jasón y Dick. - en cierto modo parecía que a Tim no le sorprendía del todo lo de sus padres, si se paraban a pensarlo esos dos eran demasiado inteligentes y aterradores, por supuesto que algo tan importante como la sexualidad de su hijo no escaparía de sus agudas miradas.

- Dick estaba tras de mi aquella vez en el campamento, seguramente no lo notaste porque estabas demasiado concentrado en odiarme, pero él lo ha sabido el mismo tiempo que yo. - explico el ojiverde. - Por otro lado Jasón es el novio de Kara ¿en serio necesito explicarte como lo supo?

No, no era necesario, solo se necesitaba sumar dos más dos para entender que Conner se lo había dicho a su prima y esta al segundo hijo de los Wayne.

- ¿Y tú? - pregunto desconsolado Tim esta vez observando directamente hacia ella, el dolor impregnado en la mirada.

- Igual que Alfred. - trato de explicar la mujer. - No hubo un momento especifico, simplemente siempre lo supe.

- Ya veo. - acepto su hermano con los hombros caídos y apariencia cansada.

Parecía mucho más viejo de lo que en realidad era, como si todo el peso de sus decisiones al fin le cayera encima. Tras unos minutos de absoluto silencio Timothy finalmente se puso de pie y observo fijamente a su hermano.

- Lamento todo lo que te he hecho Damián, no merecías ese mal trato ni que te usara como chivo expiatorio a mis miedos.

El menor no dijo nada, simplemente asintió con su cabeza desinteresado en señal de que aceptaba sus disculpas.

- Gracias por mantener mi secreto. - dijo el mayor antes de marcharse con un aura de desconsuelo rodeándole.

- No hay de que.- contesto Damián quien junto a Helena observo marchar a su hermano. La mujer sabía que algo entre ellos había cambiado, pero también estaba segura de que existía algo que nunca sería reparado sin importar cuantas disculpas y agradecimientos intercambiaran.

Gotham Academy - A Damian Wayne's StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora