Tim

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Tim

En un principio ni siquiera se planteó la posibilidad de asistir a la exposición; y su abuelo, poco dado a las suplicas, no le insistió después de la primera y única negativa. Sin embargo algo dentro de él le insto a hacer al menos eso por su hermano menor, aquel al que tanto hizo sufrir en el pasado por su idiotez.

Así que por eso ahora se encontraba en ciudad central, en aquella hermosa galería de arte financiada por los Queen, intentando pasar desapercibido observando con verdadera sorpresa e incluso algo de orgullo el trabajo de Damián.

Su demoníaco hermano se las había arreglado para ganar el segundo lugar de aquel concurso en el cual, según Dick, el muchacho realmente se había esforzado.

Haciendo gala de su apariencia no tan llamativa espero hasta el final de la premiación oculto tras una columna de mármol. Dejo que los invitados se aglomeraran alrededor de las obras un buen rato y mantuvo vigilada a su familia mientras las diferentes reacciones se hacían presentes conforme admiraban los cuadros del menor. Y solo cuando se sintió seguro de que nadie le vería, se atrevió a salir de su improvisado escondite y observar con sus propios ojos la exposición.

Los cuadros de Damián fueron puestos de moto que simulaban una espiral, lo que impedía observar los cuadros como una unidad e incitaba a admirarlos uno por uno.

Decir que el menor tenía talento era un eufemismo cuando sus propios ojos empezaron a escocer por las lágrimas que rebeldes insistían en salir tras observar el primero de los cuadros, aquel donde sus abuelos, espalda con espalda, admiraban el horizonte naranja cegador, como si del mismo infierno se tratara. El contraste entre el mirar altivo de Ra's y los ojos tranquilos de Alfred servía para recordar que sin importar cuan diferentes fueran, ambos amaban y se les amaba por igual. Orgulloso había titulado Damián a su obra y estaba más que claro no había pensado demasiado en ello al hacerlo.

El segundo y tercer cuadro del recorrido solo sirvieron para aumentar el agujero negro que insistía en tomar lugar de su estómago. Su madre y padre en el primero, Dick y Jasón en el segundo; ambas parejas peleando a puños e incluso sangrando. Los esposos con una mirada de deseo y pasión difícil de olvidar mientras que los hermanos con una sonrisa cómplice y juguetona en los labios cual niños.

Exigente y Fraternal eran los títulos elegidos y Tim no pudo evitar sonreír al pensar en lo acertados que ambos eran y lo bien que las pinturas reflejaban las relaciones de su familia, ni siquiera se detuvo a pensar demasiado en que él había sido relegado de las mismas.

La pintura siguiente mostraba a Jon de perfil, sonriendo como solo los Kent eran capaces de hacer, mientras un pequeño petirrojo posaba con delicadeza en su mano e intercambiaban una mirada amigable. Libre se titulaba y Tim apenas y lo soporto, Jonathan se parecía demasiado a Conner y ese recuerdo aun quemaba en el alma pese a tener un año entero sin saber noticia de él.

Maya y Colín fueron retratados juntos, ambos luciendo como si estuviesen al borde de la pelea. Maya a punto de colocarse una máscara sin expresión y Colín chocando los puños cual luchador callejero. Fuerte se titulaba y el tercero de los Wayne tuvo la impresión de que los menores impactaron en la vida de su hermano mucho más de lo que se permitió notar.

El siguiente cuadro le causo una inusitada ternura pues mostraba a las numerosas mascotas de Damián durmiendo todas juntas en paz y tranquilidad; escena que más de una vez pudo apreciar. Puede que Tim no fuese muy afín a los animales, pero siempre le pareció tierno el amor que su hermanito les profesaba. Puro se llamaba la obra y no pudo estar más de acuerdo con ello.

Solo restaban cuatro cuadros más para terminar con la exposición de su hermano y a estas alturas no le quedaba más que admitir lo sorprendido que estaba a causa del menor, no solo por su evidente talento, sino también por la sensibilidad que este había demostrado retratando de aquel modo todas las muestras de amor de las que ambos fueron testigos y él apenas se permitía descubrir.

Uno de los requisitos del concurso era un autorretrato, mas nada le preparo para lo que le esperaba una vez lo encontró. Ahora entendía porque su madre había salido orgullosa pero a gran velocidad hacia el baño de damas. En principio creyó que estaba llorando más se negó a aceptarlo, ahora sabía que así era.

El autorretrato de Damián le mostraba de espaldas caminando por un corredor vació con ventanas que daban a un solitario pero bien cuidado jardín, era un pasillo que Tim conocía bien pues se trataba del corredor principal de la mansión. Caminaba a solas, con la espalda erguida y el rostro viendo siempre hacia el frente, la pintura negra y los tonos grises le pesaron en el alma pues era una cuadro que solo reflejaba tristeza. Esa era la forma exacta en que Damián se sentía en la mansión, completamente solo...incluso cuando él estaba a unos cuantos metros de distancia.

Solitario le había titulado, como si hiciera falta leer el titulo para saberlo.

Con el alma aun abatida se alejó de la obra para continuar con el resto de las piezas. Nunca imagino la espiral de emociones que esa exposición le provocaría; los sentimientos de su hermano estaban plasmados en cada uno de los cuadros, todos aquellos a los que amaba y de los que había aprendido a amar. No le sorprendió que una de las representaciones más bellas fuese la de Víctor y Helena, pues hasta para él ese par de extraños eran el mejor ejemplo de cómo debe ser una pareja feliz, un amor ciego y sincero, un amor eterno.

El cuadro protagonizado por Rachel sí que le impresiono, apenas había visto a la joven un par de veces y aunque sabía que era bonita su hermano la represento como si de una diosa se tratase, la diosa del inframundo, sin una sonrisa pero con los ojos brillando de bondad. Si esa era la forma en que Damián veía a la joven en verdad esperaba que ella supiese corresponder la intensidad de ese sentimiento.

Definitivamente Ciego y Eterno eran sus favoritos, aquellos que reflejaban algo más que tristeza, dolor o sufrimiento, en ellos había esperanza y fe. Sentimientos que él nunca supo infundir en nadie a su alrededor pero que deseaba su hermano pudiese experimentar a futuro.

Con solo un cuadro más esperándole para terminar la exposición y volver al castillo de su abuelo donde pilas de tareas le esperaban, Tim ni siquiera se atrevía a fantasear con la idea de aparecer en uno de ellos, no se había ganado el derecho a esa posibilidad y tendría demasiada suerte si Damián aun lo consideraba siquiera miembro de su familia.

Por eso es cuando dio el último giro para llegar la pieza principal de la exposición se quedó petrificado al encontrarse frente a frente con un retrato suyo tan detallado como triste. En medio de sombras azules y violetas se podía observar a detalle la mitad superior de su cuerpo mientras en sus brazos sostenía la que siempre reconocería como la camiseta de Conner, aquella que este usaba en todos los partidos como capitán del equipo de americano. El trabajo con el pincel era tal que se distinguían claramente las lágrimas sobre la tela de la misma mientras la mitad de su rostro era cubierto por la maraña de cabello que solía tener antes de irse con el abuelo, los ojos empañados en lágrimas oscureciendo el azul de sus irises invitaba a acompañarle en el dolor e incluso y quizás reconfortarle

Era la pieza principal, el centro de la exposición de Damián Wayne Al Ghul, un cuadro exquisito, el más detallado de todos, doloroso, real...y era sobre él.

- Se llama desgarrador. - anuncio una altanera voz tras suyo.

- ¿Porqué? - pregunto Tim sin el valor de enfrentar al dueño de la misma, con las lágrimas cayendo por sus ojos sin control, tal cual había sido retratado. Simplemente no lo entendía. Era un pésimo hermano, le trato peor que a la escoria, le hizo sentir solo en su propio hogar y más de una vez le llamo de formas tan horribles que su vergüenza no alcanzaba a cubrirle el rostro...y aun así...aun así Damián le dedico un cuadro, la pieza principal, a él.

- Hay alguien con quien debes hablar. - fue la respuesta del menor. Y antes de que Tim pudiese dar la vuelta por completo y hacerle frente este ya había desaparecido dejándole a solas con la única otra persona a la que jamás podría engañar sin importar cuanto se esforzase.

- Hola Tim. - saludo el otro.

- Conner... - susurro Tim sin saber que a lo lejos Damián les observaba con una sonrisa altanera llena de satisfacción.

Gotham Academy - A Damian Wayne's StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora