Jasón

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Jasón

Desde que Damián tenía auto, Jasón no lo había acompañado demasiadas veces a la escuela y aunque jamás fuera a admitirlo en voz alta, lo cierto es que extrañaba esos momentos junto a su hermanito cascarrabias.

Por eso apreciaba esas ocasiones en que Damián aun le pedía que fuera por él a la escuela o le llevara a algún sitio, ambos sabían que solo eran excusas para verle, después de todo fue el mismo Jasón quien le enseño a conducir y el mocoso como en todo lo que se lo proponía era talentoso, sin embargo ninguno decía nada al respecto y se limitan a disfrutar de la muta compañía; como ese viernes que le había pedido le acompañara a Star City para su entrevista obligatoria por resultar semifinalista del concurso en el que tanto empeño había puesto.

- ¿Y cómo van las cosas con Rae? - pregunto curioso Todd notando como las mejillas de su siempre estoico hermanito se teñían de rojo para su diversión.

Aun le resultaba sorprendente que Damián tuviera novia, nunca pareció realmente interesado en las chicas, o chicos si a eso iban, así que sin lugar a dudas Rachel tenía que ser especial si lograba esas reacciones en el menor.

- Van bien. - dijo sin dar más detalles.

- Es bueno escuchar eso, después de cómo le pediste que fuera tu novia me sorprende que no saliera corriendo. - Se burló el mayor al recordar la historia que Dick le había contado, de cómo al saberse seleccionado para continuar en el concurso Damián había salido como alma que lleva el diablo de la mansión y en un arrebato adolescente decidió ir hasta casa de Rachel para contarle la noticia y demasiado emocionado había terminado besándole.

Por supuesto él y Dick se burlaban por ello cada que podían, pero les alegraba que pese a los modos de su hermanito bebe algo bueno había salido del arrebato y ahora tenía una novia que parecía de verdad soportarlo y más importante aún quererle.

- Cállate Jasón. - espeto el muchacho con ceño fruncido y muy enojado causando la risa de su acompañante.

- Bueno, llegamos. - anuncio entre carcajadas el mayor al aun ofuscado y avergonzado adolescente, cuando se detuvieron frente al enorme e imponente edificio de Queen Consolidated. - Suerte chico, búscame cuando termines, estaré por aquí buscando algo para desayunar.

El muchacho salió del auto echando humos y Jasón se fue en busca de un estacionamiento y algún buen sitio para llenar su estómago. Habían salido de Gotham temprano por la mañana y pese a las provisiones que Alfred les dio y los almuerzos empacados por una aterradoramente maternal Helena, él ya moría de hambre de nuevo.

No tardó mucho en localizar una cafetería que cumplía con sus estándares de comida grasosa y llena de tocino así que con toda la tranquilidad del mundo le envió a su hermanito la ubicación del lugar y ordeno una hamburguesa con queso extra y papas fritas. Mejor que Damián no lo viera consumiendo tal cantidad de carne o seguro le golpearía.

Una hora después de terminado su desayuno y con una rebanada de pastel a medio comer frente suyo, el menor de sus hermanos llego hasta la cafetería y se sentó junto a él con el ceño fruncido y cara de pocos amigos. No había que ser un genio para darse cuenta que algo le molestaba así que en lugar de fastidiarle hasta hartarlo decidió pedirle a la bonita mesera una pasta Alfredo, jugo de naranja y café para su enfurruñado hermanito.

Le dejo comer en paz y cuando por fin parecía que la cara de amargado amainaba un poco se decidió a preguntar que le pasaba. Damián frunció el ceño nuevamente pero esta vez al menos le contesto.

- Me han asignado el tema para clasificación final. - informo el menor.

- ¿Y es tan malo? - pregunto confundido Jasón pues dudaba que en realidad existiese algo que el pequeño demonio no pudiese pintar.

- Amor. - susurro acongojado.

- ¿Qué?

- ¡El maldito tema que me asignaron es el amor! - casi grito Damián, dejando en claro que la idea le exaltaba. - ¡Tengo que pintar diez estúpidos cuadros que reflejen el amor y no tengo ni puta idea de cómo voy a hacer eso!

Y finalmente tras ese arrebato es que el cerebro de Jasón decidió volver a funcionar comprendiendo que el enojo de su acompañante era en realidad frustración.

El amor era un tema complejo para los miembros de su familia. Jasón estaba seguro que Damián comprendía lo mucho que Helena, Dick o él le amaban; pero para un niño cuyos padres tenían tan abandonado y a quien aquel hermano que debía ser su mejor amigo parecía odiar, las cosas no eran tan sencillas.

- El amor tiene muchas formas de manifestarse Little D. - empezó el mayor después de minutos de intensa concentración. - Y a veces somos muy ciegos para notarlo.

- ¿De qué demonios hablas?

- No sé exactamente qué es lo que esos estirados quieren que pintes. Pero si de algo estoy seguro es de que en realidad has presenciado todas las muestras de amor que existen. - intento explicar Jasón; el cual al notar que tenía la atención de su hermano se animó a continuar.

- Sé que nuestros padres no son el mejor ejemplo de figuras paternas, te han descuidado toda la vida y en más de una ocasión han sido egoístas poniendo sus intereses antes que tu bienestar. - Antes la mención de dichas obviedades Damián no pudo menos que agachar un poco la cabeza en un intento de que sus ojos no mostraran la tribulación que aquello le provocaba y lo cual su hermano noto de inmediato. - Sin embargo, pese a lo que parece, esas actitudes no son debido a que no te amen D, desconozco el porqué de ese cambio en ellos; pero yo estuve allí el día que la foto que te regalo Alfred fue tomada y puedo asegurarte que nuestros padres te observaban como si el mundo empezara y terminara contigo. Ellos te aman demonio, a su extraña y descuidada manera lo hacen, al igual que Alfred y Ra's que no podrían estar más orgullosos de aquello en lo que te estas convirtiendo incluso si eso significa que los desafías todo el tiempo.

El menor no decía nada, simplemente le observaba con expresión estoica, sin embargo aquellos ojos que su madre le regalo siempre se habían encargado de externar aquello que no podía con palabras. La confusión y la sorpresa se reflejaban en ellos junto a algo muy parecido a la alegría.

- El amor siempre ha estado a tu alrededor Little D. En la forma que tus amigos se preocupan por ti, o el cómo tus mascotas intentan protegerte cuando creen que algo puede hacerte daño. - Ante cada palabra Jasón notaba como la mente de su hermano empezaba a trabajar a marchas forzadas, como si intentase resolver un misterio cuyas pistas aún se le escapaban. - La insistencia de Helena en tratarte como a un niño pequeño y las veces que Víctor ha servido de tapadera para tus escapadas nocturnas son formas de amor; incluso me atrevería a decir que la forma en que Rae te mira cuando están juntos entra en la categoría.

Damián le observaba sonrojado y parecía que en cualquier momento comenzaría a gritarle, sin embargo las palabras que salieron de su boca a continuación, poco tenían que ver con un reclamo.

- ¿Qué hay de Dick? - pregunto el menor, y tras una pausa añadió con algo de temor. - ¿Qué hay de ti?

Y ante esto Jasón no pudo menos que sonreír, pese a todo lo que han pasado juntos el menor aún se sentía inseguro del cariño que sus hermanos le tenían.

- Ni siquiera tendrías que preguntarlo D, sabes lo que sentimos por ti. - explico Jasón con aquella sonrisa que Artemis definía como seductora y que resulto ser contagiosa pues pronto ilumino en igual medida el rostro de su hermano.

- Gracias. - fue lo único que Jasón obtuvo tras su sentimental discurso.

- No hay nada que agradecer mocoso. Simplemente deja de pensar en el amor como el resto del mundo hace, y empieza a pensar en el amor como Damián Wayne lo ve.

Gotham Academy - A Damian Wayne's StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora