Gotham Academy - A Damian Wayne's Story

Bruce

Bruce

Ser el último en enterarse de un evento tan importante en la vida de su hijo menor le había hecho sentir furioso y decepcionado de sí mismo a partes iguales.

Él mismo sería el primero en admitir que la paternidad no era una de las habilidades que él o Talía pudiesen presumir ante nadie. Que Tim creyera durante tantos años que su sexualidad era algo de lo cual avergonzarse o que Damián huyera a los brazos de Helena apenas se le presento la oportunidad eran las mejores pruebas de ello.

Pero es que como preocuparse por sus hijos menores si estos desde temprana edad demostraron ser más que capaces de cuidar de sí mismos. No es que se excusara por su comportamiento, no era tan cínico, pero sí bastante idiota pues nunca quiso ver lo mucho que sus hijos le necesitaban.

Incluso Talía, con su aparente egocentrismo estaba más al tanto de lo que ocurría en las vidas de sus hijos que él. Su esposa siempre sabía cuándo era el momento de regresar a la mansión y poner en cintura a sus mocosos, incluso si los métodos que utilizaban no eran del todo convenientes.

Y justo en ese preciso momento, mientras ella le ajustaba la corbata con aquellos delicados y mortales dedos suyos, es que notaba lo mucho que se habían perdido por culpa de su descuidada actitud.

Los hermosos orbes jade de su esposa, aquellos que solo Damián compartía, le observaban con picarda disfrazando el dolor. No era el único que sufría por los eventos recientes en sus vidas.

Bruce nunca lo diría, en especial no frente a ella, pero sabía perfectamente lo mucho que Talía lloraba cuando creía que nadie se daba cuenta de ello.

Su mujer sufría por el inminente derrumbe de su familia, más se negaba a externarlo porque era lo suficientemente fuerte para admitir que era culpa suya, suya y de Bruce. Especialmente porque, como toda madre, era consciente que de haberlo intentado siquiera, lo hubiese evitado.

Una vez que su corbata estuvo perfecta tomo entre las suyas las manos de la Al Ghul y con tristeza y cariño le beso, tratando de transmitir en ese efímero contacto todo lo que con palabras se veía incapaz de decir.

Ella lo entendió y correspondió con la misma calidez, dejando que una lágrima solitaria escapara por su mejilla.

- Debemos irnos amado. - dijo ella una vez se hubieron separado, imponente y sensual como solo ella podía aparentar. - Damián nos espera.

Él solo asintió y le siguió en respuesta. Su relación siempre fue compleja, enfermiza incluso se atrevieron a clasificar algunos; mas poco les importaban la opinión de otros, pues para ambos siempre estuvo claro que no importaba lo mucho que se lastimaran, el amor siempre era más fuerte.

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Seguro pensaron que nuestros queridos padres irresponsables nunca tendrían una verdadera aparición...pero oh sorpresa si que la tienen y es hermosa!!!!!! <3