Capitulo 1: La ciudad

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Mi padre es el "jefe de la manada", por eso está siempre muy ocupado en "reuniones importantes" de la manada, cuando él no puede cuidarme, pide a mi hermano, Cedrack, que lo haga, tengo muchos hermanos, pero él es mi hermano mayor, mi hermano favorito.

-Cedrack- Habló mi padre- ¿Puedes cuidar a Kia? Debo irme a otra reunión de la manada.

-Bueno papá- Dijo mi hermano.

Mi padre se despidió y se fué.

-bueno.... -dijo mi hermano con una vos bastante pícara- ¿Qué quieres hacer?

Mis ojos se iluminaron, y no tuve más duda de decir- ¡Quiero ir a la ciudad!

-¿La de los humanos?- Preguntó mi hermano sin necesitar respuesta alguna- ¿Estás segura de querer ir ahí?

-¡Siiii!- Dije yo muy segura de mí misma.

-Bueno....- Dijo mi hermano un poco preocupado por lo que podría pasar- Ya sabes lo que dijo papá, es muy peligroso, no podemos ir allí, hay muchos humanos malos....

-Si pero....- Dije yo pensando en una excusa para poder ir- También existen humanos buenos y, además, no vamos a entrar, solo nos quedaremos hasta el límite del bosque.

-¿De acuerdo?- Dije yo intentando convencerlo.

-De acuerdo- Dijo mi hermano todavía un poco dudoso.

Yo no pude esperar más y me fui corriendo hasta el lugar, mi hermano apenas pudo reaccionar.

-Espérame- Dijo él corriendo hacia mí.

-Alcánzame si puedes- Dije yo acelerando el paso.

Así nos divertimos, escalando rocas, escondiéndonos detrás de árboles, persiguiendo conejos, jugando a carreras, hasta llegar al límite del bosque....

Cuando llegamos y vi la cuidad me quedé maravillada.

-¿No es hermosa?- Pregunté a mi hermano maravillada por lo genial que se veía la cuidad.

-Nuestra cueva es mejor.... - Dijo él con tono de burla- Al menos tiene forma de cueva....

-¡Oye!- Dije yo estirándole la oreja como si fuera un juego.
-¡Ay!- se quejó- Ten cuidado Kia.
-Oh, lo siento- Dije yo, soltándole la oreja.
-Tranquila, estoy bien- Dijo él- Solo no lo vuelvas a hacer....
- Si, lo siento- dije yo.
Así pasamos un buen rato, jugando entre nosotros y contemplando la ciudad (o al menos yo), pero no todo podía salir bien, algo malo tenía que pasar....

Empecé a sentirme mal, me dolía la cabeza y apenas podía mantenerme de pie.

-hermano....- Dije yo.

-¿Qué pasa?- Preguntó mi hermano extrañado.

-Me siento mal....- Dije yo.

Mi hermano me quedó mirando para ver qué era lo que me pasaba hasta que en un momento puso una cara de preocupación y miedo a la vez.

-¿Qué pasa?- Pregunté yo sin entender nada de lo que sucedía.

-¡Kia!- Dijo mi hermano levantando la voz- ¡Tu pelaje!

Entonces vi mi pelaje, se estaba volviendo más denso y duro, y al mismo tiempo se iba desvaneciendo.

-¿Qué le está pasando a mi pelaje?- Dije yo muy asustada.

-Debemos irnos de aquí ahora!- Dijo mi hermano esta vez mucho más serio.

-Pero, ya no puedo caminar- Dije yo sin siquiera poder levantarme- Me siento muy débil y sin fuerzas.

-Tranquila- Dijo mi hermano volviendo a calmarse- Ven.

Mi hermano me cargó sobre su espalda y empezó a correr a toda velocidad hasta el lugar donde se encuentra la manada, a medida que nos acercábamos, yo empezaba a sentirme mejor, se me iban los dolores, recuperaba las fuerzas y, los más importante, ¡Mi pelaje volvía a estar normal! Cuando llegamos me sentía bien de vuelta, igual que antes de partir.

-¿Estas bien?- Preguntó mi hermano todavía preocupado.

-Si- Dije yo muy feliz porque mi pelaje volvía a estar normal.

-Fue una muy mala idea ir a la cuidad- Dijo mi hermano volviendo a ponerse serio- Nunca debimos haber ido ahí.

-Pero....- Dije yo intentando comprender lo que había pasado- Que fue lo que pasó ahí.

-No estoy muy seguro pero....- Dijo mi hermano también muy concentrado en lo que pasó allí- Papá tenía razón al decir que era un lugar muy peligroso, es mejor no volver ahí jamás.

-Hermano- Dije yo intentando hacerle una pregunta- ¿Me puedes hacer un favor?

-¿Qué quieres Kia?- Preguntó mi hermano sabiendo que ese favor serviría para sacarme de un lío.

-¿Puedes prometerme que no le contarás a papá lo que pasó?- Dije yo intentando convencerlo otra vez- Ya sé que papá debe saber de esto, pero no quiero que se enoje conmigo, y si necesitas una excusa, puedes decirle que fuimos a jugar con los conejos, de todas formas, es cierto.

-Mmm....- Mi hermano lo pensó un momento- Esta bien, pero con una condición, no puedes irte allí de vuelta de ninguna manera (porque mi hermano sabe que soy muy ingeniosa), sin que yo te lo permita, y también solo cuando yo pueda y quiera ir contigo.

-Ósea nunca- Dije yo lo suficientemente bajo como para que no me escuchara, pero igual me escuchó.

-Primero de todo- Dijo mi hermano un poco enojado por lo que dije- Agradece que te acepté el favor, sabiendo cual era el propósito de ese favor. Segundo, Agradece que no te di más condiciones que no ir sin mi autorización ni sin mí. Y tercero: Piensa lo que habría hecho papá si se enterara de que todo esto pasó, él no te perdonaría.

Mi hermano tenía razón, mi padre no me perdonaría, y no piensen que el simplemente se enojaría conmigo, él se decepcionaría, no confiaría más en mi ,ni en mi hermano, no dejaría que mi hermano me cuidara más y traería a alguien más, que seguro que no será tan bueno como mi hermano, no me dejaría salir de la cueva por mucho tiempo, me regañaría todo el tiempo, no me dejaría comer lo que yo quiera, me vigilaría todo el tiempo, etcétera, etcétera, etcétera.

Después de pensar todo eso, no tuve más dudas de decir que SÍ.

Desde ahí todo quedó olvidado, y nunca más pensamos en eso, o por lo menos no lo decíamos en voz alta, solo pasaba por nuestras cabezas.




Mi doble vida: Una historia de lobos y humanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora