Al día siguiente, al despertarme, todo estaba muy tranquilo, no había ruido alguno que me molestase. Pero me sentía distinta, muchos pensamientos nuevos pasaban por mi mente en ese momento; empecé a mirar a mi alrededor. A medida que miraba los objetos que se encontraban ahí, mi mente me iba diciendo como se llamaba cada uno de ellos, aunque no los haya visto nunca antes.... "Silla", "mesita de luz", "lámpara", "estantería", "armario", "reloj", eran algunas de las cosas que me decía mi mente. Al mismo tiempo, también me decía para que servía cada uno. Todo era muy raro, decidí cerrar mis ojos para dejar de pensar en eso, pero entonces me empecé a imaginar otras cosas.... "Tren" me decía mi mente al mismo tiempo que me mostraba una imagen de ello en mi cabeza.
Empecé a desesperarme, pero, de un momento a otro, volví a sentirme normal. Abrí los ojos y.... Mi mente me volvía a decir lo mismo que antes, pero ya no me sentía acorralada por mis pensamientos.... Simplemente me sentía, pues, normal.
En ese momento me acordé de Lay, y de que supuestamente yo ya podía hablar, y quería comprobarlo. Me levanté y, cuando intenté caminar, en vez de caerme me quedé en dos patas, y empecé a avanzar así. Se supone que tendría que estar muy sorprendida, pero, nuevamente, me sentía "normal". Caminé (Si, caminé) hasta la puerta, la abrí y seguí caminando hasta llegar a la sala de estar (Que en realidad sólo era el comedor, porque lo único que había ahí era una gran mesa, muchas sillas, y algunas macetas con plantas dentro de ellas). Al llegar ahí vi a Lay sentada en una silla, estaba desayunando.—Hola Sofía— Dijo Lay sonriendo y levantando su mano para saludarme.
Yo también levanté mi mano, y sonreí.
—Esto está riquísimo— Dijo ella mientras comía— Alicia tiene comidas típicas del país, ¡Es genial!
Lay siguió comiendo, pero después dijo:
—Dormiste un montón— Dijo ella— dormiste aproximadamente 13 horas seguidas. Encima duermes como una roca, hice de todo para despertarte. Y Alicia dijo que era "normal" que durmieras tanto, para mí eso no era normal.
Yo me encogí de hombros, no era mi culpa que durmiera tanto, era mi cuerpo el que me lo pedía.
—Oh, oh, ¡Ya me acordé!—Dijo Lay levantándose rápidamente de la silla— ¡Ya puedes hablar!
Yo sonreí, al igual que Lay.
—A ver, habla— Dijo ella sonriendo.
Yo me quedé callada, no tenía el valor de decir ni siquiera una simple palabra.
—Vamos— Dijo ella— ¿Vas a hablar o no?
Otra vez no dije nada.
—Oh, ya veo— Dijo ella— No te animas a hacerlo ¿Verdad?Yo me encogí de hombros, otra vez.
—Bueno— Dijo ella— ¿Si no lo haces tú qué quieres que haga yo? No puedo obligártelo.
Lay se volvió a sentar, y siguió comiendo.
—¿Quieres?— Me preguntó.
Yo negué con la cabeza.
—Esta bien— Dijo ella, ahora seria.
Me quedé mirándola, pero ella me ignoraba. Decidí irme a otro lado y pensé: "Simón ¡Él puede ayudarme!" Entonces me dirigí a mi habitación.
Al entrar lo vi encima de mi cama. "Solo me fui por unos minutos y ya se subió ahí", pensé.—Simón— Susurré.
—Que quieres Kia....— Dijo él de mal gusto.
—Wow, te despertaste rápido— Dije yo.
—Si....— Dijo él— soy de sueño ligero.... ¿¡Pero que quieres!?
—¡Hey!— Dije enojada— Si me hablas así, no te lo digo.
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Mi doble vida: Una historia de lobos y humanos
AventuraDesde los 10 años yo creía que era un lobo, que había nacido como uno, pero que hui de la manada, transformándome en un humano. Entonces los humanos me encontraron, y cuidaron de mí. También pensaba que mi padre me buscaba, para que vuelva al bosque...