⌗ INJE ♡̷̷%՞˖

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Minghao había despertado a media noche debido a un extraño sueño que ahora ni siquiera recordaba. Se levantó de la cama, se sentía muy raro, como cambiado además de numerosos tics que le estaban dando sin parar en el cuello, haciendo que su cabeza se moviera de forma sobrenatural. Agachó la mirada y vio sus manos totalmente deformes, sus dedos ya no eran como antes, se habían transformado en garras que se parecían a los cuchillos más afilados que hubiese visto nunca.

Salió de su habitación tambaleándose, como si fuese borracho. A su paso, iba rayando las paredes con sus nuevas y extrañas manos.

Se dirigió al famoso pasillo de los retratos, donde también se encontraba aquella sala del espejo que se suponía que estaba quemado y reducido a cenizas.

Llegó a aquel pasillo, temblaba violentamente y cada vez los tics eran más frecuentes. Comenzó a caminar de una forma pesada haciendo que cada paso que daba se convirtiese en un fuerte golpe que hacía sonar el suelo.

Cruzó el pasillo sin mirar a los retratos, con la cabeza agachada, hasta llegar a la puerta de la habitación del espejo.

Abrió la puerta lentamente y se adentró en la habitación. Una vez dentro, se dejó caer en frente de donde estuvo el espejo.

Dos sombras aparecieron detrás de él, Joshua y Wonwoo, y simplemente observaron la escena. Minghao se percató de su presencia a pesar de que ellos dos pensaban que no era así, cosa que le provocó al chico ganas de reír, pero se contuvo, aunque una macabra sonrisa empezó a dibujarse en su rostro.

La incertidumbre creció en los dos intrusos que lo observaban.

Minghao empezó a reír suavemente hasta que cesó como en un abrir y cerrar de ojos. Comenzó a murmurar unas palabras en algún idioma desconocido y el mismo espejo que había destruido Joshua allí presente, volvió a aparecer como por arte de magia. La risa psicópata del menor volvió y esta vez más fuerte. Levantó su cabeza y se vio reflejado en el espejo; su rostro estaba deformado por la locura, sus ojos abiertos de par en par, tenía una cicatriz horrible en el cuello —como si se lo hubiesen cortado con un cuchillo— y los tics que cada vez eran más agresivos le daban un aspecto demasiado lúgubre.

No pudo evitar mirar el reflejo de los dos espectros que miraban asombrados aquello, sobre todo el más mayor.

—¿Sorprendidos...?—Preguntó Minghao levantándose del suelo aún medio encorvado.

—¿Cómo has traído el espejo de vuelta? Nadie puede hacer eso, ni siquiera un... Como tú.

Pero no respondió. Terminó de incorporarse, ahora parecía mucho más delgado que antes, casi como un esqueleto y su ropa parecía más antigua y desgastada, se escucharon algunos crujidos que parecían provenir de su cara sumados a los violentos tics que ahora le hacían chirriar los huesos del cuello.

Se giró y fijó su mirada en ellos dos. Joshua y Wonwoo dieron un respingo, sobre todo Joshua, ya que Wonwoo se mantuvo quieto a pesar de lo que estaba viendo.

La cara de Minghao había cambiado, sus ojos parecían que iban a salirse de las cuencas, le faltaba un trozo de mandíbula, de su frente caía sangre proviniente de la cabeza y el corte en su cuello se había hecho más profundo.

Joshua lo reconoció al instante.

—Hacía tiempo que no te veía en tu verdadera forma, Ocho...

En ese momento, entró Jun en la habitación debido al ruido que había estado oyendo. Cuando vio a su hermano convertido en esa cosa tuvo que ahogar un grito de desesperación. Lo que le contó su padre cuando era pequeño era real.