💭🕷⛓

364 74 34
                                    

—Jun, ¿no estabas con tu hermano? Ha venido solo y muy nervioso.

El niño levantó su vista del plato y miró a su madre.

—Es que... No sé.

—¿No sabías dónde estabas, Junhui?

Jun volvió su vista al plato mientras decía un "no" demasiado bajito como para que alguien pudiera oírlo.

—Mamá, da igual, estoy bien. Y es verdad, salí corriendo y me olvidé de que Jun es una tortuga.

Su madre preguntó entonces porqué corría, pero la respuesta del niño fue "Tenía frío".
La mujer no le dio más importancia y continuaron cenando.
Después de cenar, cada uno se fue a su habitación.

Cuando todos estaban en sus habitaciones, Jun esperó a que fuese medianoche y todos estuviesen durmiendo para completar su encargo. Llegó el momento. Salió de la habitación con el mayor sigilo posible y caminó de puntillas hacia las escaleras que llevaban al ático.

—¡Eh, tú!

Y dio un pequeño salto del susto. Se giró y se encontró a su primo Chan mirándole con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
Jun se tranquilizó y se acercó a su primo pequeño.

—Deberías ir a dormir, todos están durmiendo, hasta Minghao. ¿No decías que querías ser siempre como él?

El pequeño hizo un puchero y agachó la cabeza. El más mayor lo llevó en brazos difícilmente hasta su habitación.

—Ahora duerme.

—Espera, ¿a dónde vas? ¿Puedo ir?

Jun negó con la cabeza y cerró la puerta de la habitación de su primo. Esperaba que nadie hubiese despertado con la pequeña conversación de ambos.

Retomó su camino y subió al ático. Al llegar, se quedó petrificado ante la puerta, no sabía porqué, una extraña sensación de tranquilidad que nunca había sentido se estaba apoderando de él y no llegaba a entenderlo. Abrió la puerta y una luz espectral proviniente de la luna que se colaba por la pequeña ventana iluminó las escaleras.

Minghao, que en ese momento se había levantado a por un vaso de agua, pasaba por el pasillo cuando vio las escaleras del ático iluminarse como por arte de magia. Al contrario que su hermano, de él se apoderó una sensación de miedo y pánico, pero la curiosidad le pudo y se acercó a ver lo que pasaba. Llegó a la mitad de las escaleras y asomándose vio a su hermano entrar en el pequeño ático y cerrar la puerta tras de él.

A Minghao nunca le había gustado ese lugar, su madre le contó que hacía años los antiguos habitantes de la casa lo usaban como celda y sala de torturas, donde los encerraban y les cubrían la cabeza entera con una tela como la del hombre que había visto esa noche, y allí los dejaban morir.

Tenía miedo de que su hermano le pasase lo mismo que aquellas personas, y según lo que dijo su madre una vez: "una vez que entras al ático, nunca saldrás de él".
Por eso, el pequeño tenía tanto miedo de ese lugar.

El pánico creció cuando recordó que Jun no conocía la historia del ático ni las personas de las caras tapadas.

⌗ INJE ♡̷̷%՞˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora