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MingHao siguió a la mujer de la cara tapada, y cuando giró el pasillo hacia la izquierda todo se encontraba vacío. No había ni rastro de la mujer.
Pero continuó avanzando por aquel pasillo que hacía tantos años le daba miedo. Aunque ya no.

Le daba miedo por los numerosos retratos de sus antepasados colgados en las paredes, pero ya no estaban, ahora las pareces estaban vacías.

De repente, sonó un pitido que se le hizo insoportable. Se encogió sobre sí mismo y se tapó los oídos. Cuando se volvió a levantar, los retratos estaban allí colgados. Cada uno de ellos, cada cual más tétrico que el anterior.

Hasta la pared del fondo, donde se distinguía el retrato de su antepasado más remoto.

—SeungCheol...

Quiso quitarse ese nombre de la mente, le daba escalofríos.
Prefirió pensar en lo que opinaba de ese pasillo cuando era pequeño.
Era un pasillo muy ancho y largo, decorado con una lujosa alfombra. Los demás pasillos también tenían alfombras, pero no tan bonitas como esa.
Las paredes estaban decoradas con lo retratos de sus antepasados, y donde no había retratos, había tapices o cualquier otra cosa.
Una cosa que le llamaba la atención de los retratos era que solo había uno de una mujer. KyulKyung. ¿Por qué no había más retratos de mujeres? El resto eran todos hombres. Nunca llegó a entenderlo.

Las puertas siempre estaban cerradas, y le frustruba no poder entrar a ninguna habitación, pero su madre le decía que estaban malditas, por lo que aumentaba su curiosidad.

Ahora, las habitaciones estaban abiertas y era la oportunidad perfecta para curiosear lo que siempre quiso saber de pequeño.

Entró a la más cercana. Parecía una habitación de matrimonio normal y corriente, lujosamente decorada, a juego con el pasillo. Se notaba que esa parte de la casa era más lujosa, quizá para honrar la memoria de sus antepasados. Pero igualmente, el tiempo había hecho de las suyas, y la oscuridad, las telarañas y la suciedad habían inundado esa zona de la casa también.

Entró a la siguiente habitación, un despacho. Tenía lo típico, estanterías enormes llenas de libros, una mesa, sillones, etc... Pero había algo que le llamó la atención, una pistola elegantemente decorada estaba encima de la mesa. No quiso tocarla, no quería tocar nada de esa zona de la casa.
Salió de ahí, y se fue a otra habitación, tan solo le quedaban dos por inspeccionar. En esta siguiente encontró un salón decorado con tapices y alfombras enormes, lujosos sofás, y una gran chimenea. No le gustó.
Salió en seguida de allí y se dirigió a la última puerta. La abrió. Al contrario que las demás habitaciones, esta estaba totalmente vacía. Las ventanas estaban tapadas con tablones de nuevo, al contrario que en las otras habitaciones.
Lo único que había en la habitación era un espejo enorme. Se acercó un poco al espejo reflejándose en él todo el rato. Hasta que escuchó una voz...

MingHao...

⌗ INJE ♡̷̷%՞˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora