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Warning: este capítulo puede herir la sensibilidad de algunas personas, por lo que si no te gusta la sangre, las muertes y las descripciones algo explícitas de todo lo anterior, te recomiendo que no leas esto y leas directamente el texto en negrita del final, gracias. :D

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Jun se acercó a su hermano con el cuchillo. La mirada de psicópata del mayor era cada vez más pronunciada.

Minghao no estaba asustado como anteriormente, sabía que después de eso, el ciclo volvería a iniciarse. Así que solo dejó que aquel demonio se divirtiese en el que iba a ser un festival de sangre.

Aproximó el afilado objeto a su córnea. La punta del arma se clavó en la parte baja de la esclerótica y un grito agudo inundó la sala, seguido por la risa macabra de Jun.

Sacó el ojo como si una de bola de helado se tratara, dejando el órgano colgando mientras el nervio óptico era lo único que lo unía aún a su cuerpo.

Jun tomó dicho nervio y lo cortó y, con el ojo sangrante en la mano lo abrió por la mitad dejando ver así el humor vítreo acompañado de sangre.

—Nunca había visto esta cosa así. Interesante...

Y lo lanzó hacia atrás como si ya no le interesase. Al volver su vista hacia Minghao este se había levantado y estaba a escasos centímetros de él.

El menor le dio un puñetazo con la mano ensangrentada con la que se había estado tapando el agujero que ahora tenía en la cara.

Jun se quedó un poco impactado pero le devolvió el golpe, saliendo así más sangre.

Hubo una dura pelea entre ambos. Puñetazos, patadas y sangre, mucha sangre. Pero todo acabó cuando Jun empujó a Minghao y se dio un golpe en la cabeza contra la mesita que había allí.

Se quedó tirado en el suelo, se había abierto el cráneo por el duro golpe contra la esquina del mueble y una especie de tics empezaron a darle por todo el cuerpo, sobre todo en la parte de arriba, es decir, la cabeza.

—Esta es la mía.—Susurró Jun con una macabra sonrisa que adornaba su rostro casi deformado por la locura y la sangre.

Tomó de nuevo el cuchillo que se le había caído a causa de la pelea y arremetió contra el único ojo que le quedaba, repitiendo lo que había hecho con el anterior. Aunque esta vez le costó más, ya que tenía el párpado bajado.

Cortó la piel sin ningún tipo de cuidado, desgarrándola y arrancó el único órgano de la vista que le quedaba.

Se arrepintió de haber partido por la mitad el otro goblo ocular, ahora no podría practicar sus malabares.

Se sentó en la cama esperando a que su hermano se despertarse, hasta que ese momento llegó.

Minghao se incorporó un poco, no veía nada. Se llevó la mano al otro hueco que tenía en la cara y lo supo al instante, ahora se había quedado ciego.

—¡¿Por qué me odias de esta forma?! —Gritó mientras movía la cabeza intentando ver algo aunque sabía que no podía.

—Haohao, no te odio, es solo que... Me he cansado de este juego, quiero reiniciarlo. Y tú vendrás conmigo.

Jun se levantó de golpe y se acercó a su hermano con furia, le tomó del hombro y lo puso justo en frente a él, quedando cara a cara.

—¡Déjame tranquilo de una vez! Quiero poder descansar en paz con mi familia de verdad.

—¡NO ME GRITES!

Jun había perdido la cordura al 100%. Metió ambas manos en la boca, apoyando una en la dentadura de abajo y otra en la de arriba. Y comenzó a hacer fuerza hacia los lados opuestos.

Minghao no podía gritar, su mandíbula empezó a crujir y su boca empezaba a estar mucho más separada que de costumbre.

El menor intentaba quitarse de encima a Jun tratando de empujarle con las pocas fuerzas que le quedaban, pero no consiguió nada.

Se escuchó un chasquido, el último, ya que paró antes de que fuera demasiado tarde para acabar con él del todo.

Minghao cayó al suelo con la boca totalmente desgarrada y sangrante. Había arrancado piel de sus labios y barbilla, que caía colgando del resto de la cara. Le había desencajado la mandíbula totalmente dándole un aspecto tenebroso y sangriento.
No podía mover la cara o lo que quedaba de ella.

Jun tomó de nuevo el cuchillo que había tirado, le dio una patada a su hermano para que quedase tirado sobre el suelo y se puso encima de él.

—¡Pero qué bonitas vistas tengo desde esta perspectiva!

Minghao no se movió ni hizo nada, por un momento pensó que ya estaba muerto, pero aún faltaba su toque final.

Con el cuchillo, empezó a cortar desde el extremo derecho hacia el izquierdo, haciendo que sangre a borbotones saliera de su cuello.

Ahora sí, estaba muerto. Escondió el cadáver debajo de una de las camas.

Con el mismo cuchillo ensangrentado por la sangre de un "medio inocente" como lo llamaba él, se lo clavó en la frente haciendo que un sonoro y ronco chasquido del cráneo inundara la sala y acabara también con la vida del mayor.

Ahora el ciclo debería empezar de nuevo.

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ESTO ES DEMASIADO INSANO. :)

Sí, sí, han muerto Jun y Minghao, los dos protas, por algo es JunHao ¿no? JAJAJAJ, no. :(

Bueno, el aspecto que tenía Hao en el capítulo de los 25 ceros, viene de aquí, Jun le hizo eso.

⌗ INJE ♡̷̷%՞˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora